No es la primera vez que os hablamos de intentos por imprimir en 3D elementos - o gran parte - de un coche, pero del dicho al hecho hay un camino muy largo, y muchas cosas que demostrar, especialmente en aquello que tiene que ver con la seguridad, también en la rentabilidad con respecto a métodos tradicionales de creación.
Lo que os enseñamos hoy es un coche, pero también un nuevo sistema de creación del esqueleto del cuerpo del vehículo, basado en la impresión 3D. Blade es el nombre del protagonista de nuestra noticia, y Divergent Microfactories los encargados de poner en práctica la nueva tecnología y dar forma a la criatura.
Divergent se ha ido directamente al segmento de los superdeportivos, ya que consideran que probar su nueva forma de construir coches se tiene que hacer en un campo exigente. Una vez demostrado, será fácil trasladar el proceso a coches más sencillos, y posiblemente venderle la idea a otro pez más gordo.
Una nueva forma de crear vehículos
Lo dicho, lo que realmente está impreso en 3D es el chasis o estructura principal del vehículo, donde van a descansar el resto de elementos - motor, asientos, carrocería -, que por ahora son creados de forma tradicional, aunque con muchos de ellos se podría hacer una aproximación al campo de la impresión.
Para la creación de los componentes, se pasa de la típica resina plástica al aluminio, con uno sistema de impresión basado en láser que trabaja el metal en polvo. Es capaz de crear módulos de conexión de elementos tubulares, llamados “nodes”. Esos nexos darán cabida a tubos de fibra de carbono que conformarán el esqueleto.
Para Kevin Czinger, el responsable de todo esto, la industria del automóvil ha estado bastante estancada en las últimas décadas, con avances importantes en el diseño de los elementos, pero no tanto en los procesos de fabricación. El CEO estima que montar una fábrica de creación como la que ellos están dando forma, no saldría por más de 10 millones de dólares.
Con Blade quieren demostrar que pueden crear un superdeportivo con la relación peso-potencia de un Bugatti Veyron, reduciendo materiales, energía y polución. En definitiva, una nueva forma de crear la base de un vehículo.
Prestaciones al máximo nivel
Para demostrar que el sistema de creación puede dar cabida a un superdeportivo, decidieron colocar en Blade un motor de cuatro cilindros capaz de desarrollar 700 caballos, y que se alimenta tanto de gasolina como de gas natural. Está construido en aluminio, y es derivado del de un Mitsubishi EVO.
El motor de 2,4 litros ha sido desarrollado por AMS Performance, y es capaz de colocarse a una velocidad a 100 kilómetros por hora en poco más de 2,2 segundos. Se podría conducir durante 400 kilómetros con él en modo gasolina, y algo más de 100 kilómetros con gas. Prestaciones que no tienen nada que ver con los carritos de golf que otros andan imprimiendo.
También cabe la posibilidad de estudiar nuevas formas de propulsión en el futuro, como la integración de baterías y jugar con la hibridación, o pasar directamente a que sea completamente eléctrico. Como curiosidad, el CEO de la compañía ya tuvo una empresa que se dedicaba a este campo, sin mucho éxito.
Gran parte de culpa en las prestaciones la tiene el peso del conjunto, que es de solo 635 kilos. En él hay al menos 70 piezas impresas como las que os hemos descrito anteriormente, con un peso total inferior a los 45 kilos.
Sobre los elementos tubulares, se elige el carbono por sus reconocidas propiedades, pero también por no alargar demasiado el proceso de impresión, de ahí que solo se realice con él lo que son las partes de conexión.
La carrocería y otros elementos que descansan sobre el chasis están construidas en composite, o material compuesto con el que conseguir la unión de diferentes propiedades. Pero no es realmente importante para la estructura del vehículo, y podría construirse o imprimirse con otros materiales.
Una vez creado el conjunto, lo siguiente que tienen que hacer es demostrar que es robusto, y que cumple con las regulaciones de seguridad que hay en los principales países. También será interesante comprobar cómo vive el paso del tiempo el complejo puzzle de elementos.
¿Se va a vender?
A Divergent Microfactories le gustaría producir 10.000 unidades en un año, que para ser un vehículo tan especial, me parecen muchas. Por ahora no hay nada sobre precios o fechas de disponibilidad de Blade.
Pero lo que realmente le interesa a la compañía es licenciar su sofisticado sistema de impresión, hacer que otros hagan uso de su tecnología. Mientras la idea evoluciona, esperemos que a buen puerto, podemos conocerlo mejor en la siguiente galería:
Ver 6 comentarios