Puede que te gusten los juegos de conducción, pero en este segmento hay toda una gama de soluciones: desde aquellos que se conforman a jugar con el mando de la consola o con el teclado del PC a hacerlo con un volante y pedales que añaden más realismo. Por supuesto, el cielo es el límite, y hay soluciones prohibitivas que ofrecen la experiencia de simulación más poderosa del mercado.
Entre las empresas que se dedican a este campo está CXC Simulations, una firma que desde hace años se encarga de desarrollar sistemas completos de simulación tanto para videojuegos de conducción como para simuladores de vuelo. Estas soluciones ponen a nuestro alcance prestaciones alucinantes, pero eso sí, a precios de escándalo: id preparando 60.000 dólares.
Mucho más que una silla con un volante
El producto estrella de CXC es el llamado Motion Pro II, un "monstruo" de 250 kg de acero y aluminio que tiene el aspecto de haber sido extraído del interior de un coche. En este sistema encontramos un asiento de carreras Sparco con su correspondiente cinturón de seguridad de cuatro puntos, además de un sistema de pedales que no tienen mucho que ver con los que ofrecen los accesorios de las consolas y sí (y mucho) con los coches reales que circulan en las carreteras.
A esa base se le suma el salpicadero de fibra de carbono, tres pantallas LED de 55 pulgadas, un sistema de sonido de 1.500 W y un PC que controla toda la experiencia y del cual no se saben los datos específicos. Todo ese hardware está complementado con un sistema de vibración y movimiento que hace que todo lo que pasa en pantalla tenga su efecto... en nuestro cuerpo.
Eso hace que para los que lo han probado el Motion Pro II ofrezca la experiencia más cercana a la real en simulación de juegos de coches, y la cosa se pone interesante cuando además se le añade unas Oculus para que la inmersión sea total. En CXC han ido perfeccionando sus sistemas para hacer que cada vez menos dependan de los sistemas que ofrecen los desarrolladores de fabricantes y creen sus propios complementos para que la simulación sea aún más real, algo que les da mucho trabajo pero que por lo visto tiene resultados palpables.
El problema, claro, es que todos esos componentes y trabajo tienen un coste elevado: el Motion Pro II tiene un precio de partida de 49.000 dólares, pero si queremos el sistema con tres pantallas —ya que estamos...— tendremos que desembolsar 60.775 dólares. Ahí es nada.
Vía | Ars Technica
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