'Spider-Man 2' es un juego soberbio. Consciente de que no puede repetir el impacto de la primera entrega, pero habiendo experimentado ya con las posibilidades de expandir el mundo original gracias al continuista y estupendo 'Miles Morales', Insomniac inyecta en esta secuela las novedades suficientes para que el juego no parezca un clon del primero, pero sin perder nada de su estilo.
Obviamente, la innovación primordial es que ahora tenemos (en principio, porque el contenido desbloqueable es muy abundante) a dos superhéroes arácnidos, Peter Parker y Miles Morales. Las historias de ambos, cada cual con sus motivaciones, se desarrollan de forma independiente, como también lo hará su progreso en el juego: ambos tienen sus propios árboles de habilidades, más un tercero compartido. Y las técnicas se adaptan a las características de ambos, que aunque se controlen igual, difieren en aspectos como las picaduras eléctricas de Miles.
Más allá de eso, el juego se siente muy similar al primero, pero con todo pulido hasta el extremo. Si balancearse por la ciudad ya era una experiencia en sí misma, una que había reformulado por completo los desplazamientos en el género sandbox, aquí se ha mejorado notablemente, con infinidad de movimientos más naturales en el balanceo (pura cosmética, pero multiplican la satisfacción de lo que en otros juegos es un mero trámite), y muchísimos sistemas para aligerar los viajes. A lo que se suma un mapa casi el doble de grande y un buen sistema de transporte instantáneo.
Otro tanto ha sucedido con los combates: gracias a la llegada de los parries, las peleas se vuelven más agresivas y prima en ellas el ataque, más que un mero esquivar continuo. 'Spider-Man 2' encuentra al fin su identidad más allá de la sombra de los 'Arkham', y en lo práctico, Insomniac incluye unos fantásticos atajos para los poderes especiales que harán que exprimamos en combate muchas de las nuevas posibilidades de los héroes, como las patas mecánicas, los poderes eléctricos de Miles o los apabullantes poderes del simbionte.
No todo van a ser telarañas
Sin embargo, y aunque se puede asegurar que 'Spider-Man 2' es uno de los juegos indudablemente imprescindibles del catálogo de exclusivos de Playstation 5 (si se me pregunta, diría que es una prioridad por encima de 'God of War: Ragnarok'), su mera existencia pone sobre la mesa una serie de preguntas. La principal es: ¿es este maremágnum de secuelas que viven de una mejora indiscutible pero derivativa de los hallazgos de un juego previo a lo que nos van a condenar los AAA?
No vivimos malos tiempos para la industria, ni remotamente: una consola como Nintendo Switch, absolutamente ajena a los vaivenes de la industria, está teniendo un fin de ciclo estupendo; y si bien en las otras dos de sobremesa y en PC la cosecha de exclusivos no está siendo tan notoria como en generaciones previas, ambas se mantienen con buenas ventas, un fandom fiel y servicios como Game Pass que están cambiando poco a poco las reglas del juego. 'Spider-Man 2' es a la vez una noticia estupenda (por su apabullante calidad) y un toque de atención.
Un toque como lo era también 'God of War: Ragnarok'. Ya en nuestra crítica hablábamos de la sensación de estar ante un producto derivativo. Una sensación no tan apabullante en 'Spider-Man 2' porque este es, a nuestro juicio, superior: quizás no tan espectacular, pero sí más focalizado a un estilo concreto, más trabajado en sus diseños, más preocupado de ofrecer una experiencia compacta que de brindar un mundo enorme que descubrir. 'Spider-Man 2' es un sandbox, pero funciona sin hubs, sin aburridas misiones de relleno, con contenido extra valioso y coherente.
Pero la sensación está ahí: ¿por qué un 'Spider-Man 2' cuando podíamos haber tenido un juego igual de notable protagonizado por otro héroe Marvel, si no se quiere dejar del todo de exprimir la vaca lechera?. La respuesta está tan clara que no hace falta extenderse demasiado en su enunciado: porque 'Spider-Man 2' ya está "a medio hacer" cuando arranca su desarrollo. Solo hay que pulir los problemas del primero y seguir sumando características.
Y eso deja una extraña sensación amarga: jugar de cabo a rabo a 'Spider-Man 2' estos últimos días ha sido todo un viaje de emociones fuertes, mecánicas impecables y fan-service bien canalizado, y a la vez un continuo preguntarse por qué no vemos más a menudo juegos como 'Returnal' o 'Hi-Fi Rush', por decir un par de exclusivos de esta generación que igual no dan tanto espectáculo. Pero sí la sensación de que la industria avanza en alguna dirección.
Cabecera: Sony
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