Ya habrás visto lo bien que se está recibiendo el nuevo 'The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom'. Hemos pasado de un relativo temor -dadas las similitudes estéticas y aparentemente, mecánicas- a que el juego fuera poco más que un DLC magnificado de 'Breath of the Wild' a la consideración bastante extendida de que estamos ante una secuela a la altura del original. O incluso mejor.
No es para menos: la sensación de exploración infinita, de posibilidades abiertas para jugar a nuestro ritmo se conservan, pero la diversión se multiplica con una dificultad mucho más ajustada, con mazmorras y templos mejor diseñados y con la llegada de las Habilidades, que convierten la propuesta de Nintendo en un auténtico juguete de experimentación con las físicas de los objetos... si eso es lo que te apetece. Si no, cada uno puede entender 'Tears of the Kingdom' a su manera: es un juego para todos, y en todas sus caras muestra la excelencia.
No tiene nada de extraño que la crítica (y el público, en sus primeras reacciones entusiastas en redes sociales) haya recibido de forma unánimemente positiva el juego. Por ejemplo, en Opencritic se ha convertido en el juego mejor valorado de todos los tiempos. En diversos medios españoles se le ha calificado sin ningún reparo de "el mejor videojuego de la historia".
Y sin llegar a esos extremos, no hay más que dar un paseo por agregadores como Metacritic para comprobar que los elogios se suceden sin descanso. Medios como 'Pocket Tactics', 'PCMag', 'Atomix', 'Nintendo Insider', 'The Guardian', 'IFGN', 'Destructoid', 'Gamespot' o 'The Telegraph', entre muchos otros, le dan una puntuación máxima de 100.
¿Pero lo del mejor videojuego de la historia es un calificativo que se pueda aplicar al nuevo juego de Link? ¿Puede que estemos viviendo en directo el lanzamiento más importante de todos los tiempos? Mi teoría es que no, y se debe a razones que no tienen nada que ver con la calidad del juego, que me gustaría subrayar que, más que extraordinaria, es apabullante: la cantidad de ideas, momentos icónicos, recursos innovadores que presenta no ya muy a menudo, sino casi continuamente, sin dar respiro, es increíble. Es posible que ese "apabullante" es lo que haya tentado a tantos medios a dar una categoría tan absoluta al juego.
Algunos precedentes de lo mejor de la historia
Hace unas semanas hablaba con Retrocabeza de 'Tetris' y su condición de juego inmortal, y navegábamos por unas cuantas claves por las que seguía siendo un título esencial, tantos años después de su lanzamiento: torneos por internet que siguen atrayendo a gente, innumerables versiones para decenas de formatos, cada una con su estilo pero todas conservando su esencia... y aunque los tiempos lo han hecho evolucionar (de hecho, puede que su mejor encarnación sea muy reciente, el 'Tetris Effect Connected'), mantiene su personalidad, sus reglas y su aspecto intactos. Porque son perfectos.
Estaremos de acuerdo en que se puede discutir (como todo), pero 'Tetris' es también un serio contendiente a la título de "mejor videojuego de la historia". Pero creo que en la candidatura de 'Tetris' hay dos ejes por los que 'Tears of the Kingdom' no se puede mover (aún). El primero de ellos es el tiempo: 'Tetris' es tan relevante hoy como en su momento. El nuevo 'Zelda' acaba de salir al mercado.
El segundo eje por el que 'Tears of the Kingdom' no se desplaza con la misma categoría que 'Tetris' es su innovación en términos absolutos: no hay un antes y un después total, radical en su propuesta. Es más bien fruto de una evolución: es un 'Breath of the Wild' mejorado. Que se dice pronto: tiene tela sacarle punta a uno de los mejores juegos de todos los tiempos, y quizás el que ha sido mejor juego (hasta ahora) de su plataforma.
Es decir, todo lo que allí fallaba levemente -o más bien, todos los espacios donde había margen de mejora-, aquí están potenciados: la calidad de todos los puzles, que allí cojeaban en ocasiones, aquí es avasalladora; la exploración -que ya allí no parecía tener límites- aquí multiplica sus posibilidades; y las Habilidades -Ultramano y demás- dan un toque de experimentación a la aventura, la experimentación propia de un juguete con el que se puede trastear sin reglas predefinidas. Todo ello catapulta la categoría de 'Tears...'.
Sin embargo, no deja de ser una evolución, un perfeccionamiento de algo que ya venía de salida como un tremendo combo de virtudes. No me canso de decirlo: hablamos de juegos, estos dos últimos 'Zelda', que sin ningún miedo me atrevo a calificar de perfectos, o casi. Pero hay algo en el primer nivel de 'Super Mario Bros.', esa absoluta precisión, casi sobrenatural, en la forma en la que están colocados absolutamente todos sus elementos. O la estructura del laberinto de 'Pac-Man' y cómo cada partida se disuelve en una mecánica donde están implicados los distintos comportamientos de los fantasmas, las estrategias para resolver el mapa que va variando poco a poco y hasta los efectos sonoros del juego.
Hay algo en ese eje de innovación absoluta, de antes y después, de incluso cierta consciencia involuntaria de la relevancia de lo que se está haciendo en todos esos títulos que no está en 'Tears of the Kingdom'. No veo un pasar página, un golpe en la mesa. Veo un juego perfecto, muy merecedor de que le dediquemos cientos de horas exprimiendo todos sus secretos, pero no uno que ahora mismo podemos calificar del mejor de la historia.
Y eso es porque el eje del tiempo aún está por recorrer. No podemos juzgar en profundidad si ha habido un poso que nos permite echar la vista atrás y decir: "cierto, ese juego lo cambió todo". Dicho eso... ¿es 'Tears of the Kingddom' el mejor juego de una envergadura semejante de los últimos años y una visita obligada si te interesa el medio y sí, formarte tu propia opinión sobre cuál es el mejor videojuego de la historia? Por supuestísimo que sí.
Cabecera: Nintendo
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