Presentados durante la IFA de este año, ya se han puesto a la venta los Griffin Evolve, unos altavoces que prometen eliminar los cables. Y lo consiguen.
Mientras otros modelos requieren que cada altavoz vaya conectado a la corriente, los Griffin Evolve funcionan con baterías que ofrecen una autonomía de 10 horas. De este modo, lo único que tendremos que conectar a la corriente es la base, que sirve como unidad de recarga y donde conectaremos también el iPod, disponiendo también de una entrada de línea.
Los altavoces pueden colocarse hasta a 45 metros de distancia y, al funcionar por radiofrecuencia, no tienen problemas en caso de que haya paredes por el medio. Se incluye un mando a distancia con el mismo alcance que nos permitirá controlar el iPod.
Y si nos parecen poco dos altavoces podremos conectar todos los que queramos, para poder escuchar música en cualquier lugar de casa. Lo único malo es el precio, 349.99 dólares, bastante elevado para unos altavoces que, al menos por el tamaño, no parecen demasiado potentes.
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