Hamburguesas para tu coche eléctrico: Australia utilizará aceites reciclados para cargarlos en zonas remotas

Hamburguesas para tu coche eléctrico: Australia utilizará aceites reciclados para cargarlos en zonas remotas
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No es un secreto para nadie que la expansión del coche eléctrico dependa en gran medida de su red de recarga. De hecho, en numerosas ocasiones se ha alertado de que España va muy retrasada en lo que a instalación de postes de recarga. En Europa, las asociaciones de fabricantes también presionan a la Unión Europea a tomar medidas más ambiciosas. Y, por el camino, siguen naciendo curiosas ideas para la recarga de coches eléctricos.

Hasta ahora, donde más crece el coche eléctrico es en las grandes ciudades. Muchos postes de recarga, espacios públicos donde enchufar el coche y un cinturón radial de estaciones de servicio eléctricas a los que acudir si la batería empieza a pedir auxilio. Sin embargo, estos problemas se agravan cuando se quiere viajar y, más especialmente, en zonas despobladas, donde la distancia entre cargadores se multiplica y el número de enchufes disponibles es mucho menor.

Puntos De Recarga En Australia Por Electromaps

Un país muy particular

El párrafo anterior era una descripción de lo que sucede en España, pero otros países sufren el mismo problema. Es lo que sucede en Australia que, para más inri, está considerado como el segundo país con menor densidad de población del mundo, con 3 habitantes por cada km2. No es de extrañar que, si acudimos al Electromaps, comprobemos que el número de cargadores disponibles es desolador.

Como sucede en España, la inmensa mayoría de sus cargadores se concentran en Sidney, Melbourne o Perth pero, además, hay que sumar que gran parte del interior del país lo conforman amplios parajes completamente deshabitados. Y si un conductor tiene que hacer cientos de kilómetros para ir hasta la ciudad más cercana, es evidente que el coche eléctrico no parece la mejor solución, al menos por ahora.

Y a lo anterior se suma que las autoridades australianas no son las instituciones que más interés han mostrado por el coche eléctrico. A finales de 2020 se anunció la imposición de un nuevo impuesto a la carga de coches eléctricos. El objetivo era compensar el dinero que se dejaría de recibir con la sustitución de un coche de combustión por uno cero emisiones, al carecer este último de consumo de combustibles fósiles, gravados con sus correspondientes tasas. Y no es el único impuesto que se ha aplicado en los últimos meses, el año pasado se aprobó el primer peaje por uso de carreteras a este tipo de automóviles.

Medidas excepcionales para lugares excepcionales

Ni la geografía ni la demografía australiana invitan a pensar en una expansión del coche eléctrico. Tampoco en un apoyo institucional a corto plazo. Y, sin embargo, hemos conocido de un curioso proyecto que, en un país con su propia idiosincrasia, tiene mucho sentido.

carretera-australia

A mitad de camino de Perth y Adelaida se encuentra Nullarbor Plain, una inmensa planicie de tierra desértica que en su punto más ancho se extiende durante 1.200 kilómetros. Y, sin embargo, Polestar ha conseguido cruzarla recorriendo 750 kilómetros en coche eléctrico gracias a la curiosa idea de Jon Edwards, un ingeniero mecánico jubilado que ha creado BiØfil, una estación de carga eléctrica que funciona con aceite para cocinar ya usado.

Esta estación de carga rápida de 50 kW (hasta ahora Nullarbor Plain sólo contaba con enchufes lentos de 7 u 11 kW) utiliza el aceite usado del restaurante Caiguna Roadhouse, un área de descanso con estación de servicio y espacio para pasar la noche. Allí, un generador con motor de combustión consigue transformar el aceite usado en energía eléctrica y permite dar un puñado extra de kilómetros a los coches eléctricos allí aparcados. Así, el aceite de las hamburguesas y perritos calientes alimentan cuerpo, alma y coches eléctricos.

Desde ABC aseguran que utilizar aceite usado para cargar los coches eléctricos era cinco veces menos costoso que apoyar la electrolinera con paneles solares o la red eléctrica. En cuanto a su capacidad, se necesitan alrededor de 20 litros de aceite para la recarga de cada vehículo y, como decíamos, para ponerla en marcha se necesita un motor de combustión, por lo que la recarga no es completamente limpia.

Sin embargo, este original proyecto es interesante en su propio contexto. En un país donde es difícil encontrar apoyos para la expansión del coche eléctrico, han encontrado un medio barato para reciclar el aceite usado y, además, ofrecer el único punto eléctrico de carga rápida para todo el área de Nullarbor Plain. No será la mejor solución, pero puede ser una buena solución.

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