Carnegie Mellon e Intel siguen adelante con el desarrollo de su sistema de iluminación adaptativa para vehículos. Tras demostrar hace unos meses que su sistema era capaz de anular las molestias de la lluvia o la nieve (llevan desarrollándolo ya dos años) al quedar iluminadas por las luces del vehículo, ahora han presentado avances que tratan de evitar el deslumbramiento de los coches que nos encontramos de frente.
El sistema de los investigadores de Carnegie Mellon quiere sustituir las luces LED básicas de los vehículos actuales, compuestas por apenas una decena de ellas, por casi un millón de ellas. El objetivo es que esos haces minúsculos puedan evitar los copos de nieve, las gotas de lluvia y los ojos de los conductores de otros vehículos sin que la carretera o las señales de tráfico queden a oscuras.
La fuente de luz del prototipo es por ahora un proyector que ilumina una batería de más de 800.000 minúsculos espejos que son controlados por un ordenador. La información sobre qué espejo usar y cuál no la proporciona una cámara de infrarrojos que rastrea el exterior del coche en busca de señales de tráfico, objetos, otros conductores e incluso las gotas de lluvia o copos de nieve.
El sistema presente ahora mismo una respuesta de entre 1 y 2.5 milisegundos, suficiente para controlar el entorno del coche y poder aumentar la seguridad al volante, el principal objetivo de este desarrollo al que todavía le quedan unos años para ser realidad en la calle y unirse a otros que suponen ya el presente de la iluminación avanzada para vehículos.
Más información | Carnegie Mellon.
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