Este viernes llega a nuestras pantallas una excepcional pieza de ciencia ficción que, pese a sus imperfecciones, puede presumir de algo que ninguna otra película de género en cartelera tiene: no es una secuela (ni quiere generarlas), no es una película-evento, no tiene un reparto de grandes estrellas ni se basa en nunguna producción previa. Solo es una fantástica pieza de autor que también funciona como espectáculo futurista, y que sienta unas bases muy estimulantes para la industria
Al frente de ella está Gareth Edwards, un director y guionista con una carrera llena de propuestas notables, como el kaiju eiga intimista 'Monstruos', la estupenda versión de Godzilla de 2014, o la notable 'Rogue One', quizás la más destacable de las películas de la última tanda de 'Star Wars' junto a 'Los últimos Jedi'. Un curriculum que deja muy claro qué ofrece 'The Creator': espectáculo de primera que no descuida la parte emocional de la historia.
En la película se nos cuenta cómo en el futuro hay una guerra entre la especie humana y el ejército de la inteligencia artificial. Un exagente de las fuerzas especiales es reclutado para localizar y ejecutar al Creador, un misterioso arquitecto de la IA que se rumorea que ha desarrollado un arma única que decantará definitivamente la balanza del conflicto del lado de las inteligencias artificiales.
'The Creator' no solo plantea cuestiones de gran calado acerca de ese gran enigma para la ciencia ficción de los próximos años que va a ser "La IA está aquí: qué dilemas morales e intelectuales nos propone, aparte de los legales y los del día a día". También lo hace con un genuino talante visionario a la hora de plasmar en imágenes las criaturas artificiales, los vehículos, el armamento, los conflictos de los años venideros. El trabajo de diseño de un mundo futuro marcado por la guerra es absolutamente impresionante.
La auténtica revolución de 'The Creator'
La película de Edwards, además, sabe introducir el delicadísimo tema de la empatía entre humanos y máquinas con una historia que pese a entrar en los códigos de "ciencia ficción con niño" nunca cae en la ñoñería o los convencionalismos. Dicho de otra manera: la película está producida por Disney (por Fox más bien, que ha quedado como división que aglutina los proyectos más interesantes y adultos de la casa), pero está lejos de una superproducción calculada milimétricamente al estilo de los blockbusters de la casa.
'The Creator' ha costado 80 millones de dólares, y cada uno de ellos luce en pantalla. Es una producción de presupuesto medio tirando a alto ('Blue Beetle' no costó demasiado más), pero su espectáculo es más consistente que los de la mayoría de las superproducciones que llegan a nuestras pantallas. El motivo: Edwards no solo está realmente dotado para plasmar la acción en pantalla, con un uso de la edición, la música y los efectos realmente notorio, sino que tras cada explosión hay una intención, y en Edwards la emoción es tan importante como el espectáculo.
De ese modo, 'The Creator' planta cara, con muchos menos recursos, a los ya repetitivos dejes industriales de las franquicias de éxito. Lo último de Edwards solo quiere contar una buena historia de la forma más vistosa posible, y aunque tiene un tercer acto que renquea levemente por los altibajos ritmo, su propuesta es mucho más sólida que la última media docena de películas de Marvel (no hablemos ya de Star Wars o DC). Arrasar en taquilla lo tiene complicado (aunque después del fenómeno Barbenheimer ya no deberíamos apostar el cuello por nada), pero está en el lugar correcto.
Cabecera: Disney
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