El cierre del año es una buena oportunidad para hablar de todo lo que uno proyecta para el siguiente, y en Intel han querido hacer olvidar algunos de sus recientes traspiés y dedicar una jornada muy especial a hablar de su futuro inmediato, que vendrá cargado de novedades relevantes.
La primera de ellas es su nueva arquitectura Sunny Cove, que llegará en 2019 y que dará por fin el salto al proceso de 10 nm que llevamos literalmente años esperando. La segunda, las mejoras que ofrecerán sus futuras GPUs integradas, con una generación de procesadores gráficos que dejarán (muy) atrás a los actuales Intel HD Graphics.
Sunny Cove y los 10 nanómetros
Sunny Cove seguirá estando derivada de Skylake, la arquitectura que debutó en 2015 y que se suponía iba a ser el último paso antes de que se diese el salto a los 10 nanómetros.
Como sabemos, la cosa fue muy distinta, e Intel ha alargado la vida del proceso de fabricación de 14 nanómetros de forma excepcional con varias generaciones de procesadores que han ido refinando sus prestaciones sin que las mejoras fueran especialmente notables entre unas y otras.
Con Sunny Cove eso cambiará: esta arquitectura permitirá ejecutar más instrucciones en paralelo con menor latencia, aumentan las caches de datos de nivel 1, y también se acelerarán las tareas de compresión, que ganarán un 75% de velocidad según los datos preliminares de Intel.
Con esta arquitectura también llegará un gran cambio al soporte de memoria virtual. Hasta ahora aunque las direcciones de memoria eran de 64 bits, solo había 48 bits útiles y un límite superior de 256 TB de memoria tanto en procesadores de Intel como en AMD.
Con Sunny Cove se aprovecharán 57 de los 64 bits, lo que permitirá acceder a un espacio virtual de direcciones de 128 PB y un total de 4 PB de memoria física, margen de maniobra más que suficiente para trabajar incluso con grandes centros de datos y supercomputadores. El supercomputador más potente del mundo, el Summit de IBM, cuenta con "solo" 2 TB de memoria, por ejemplo.
Intel aprovechará esta arquitectura tanto para su familia de procesadores Intel Core como para los Intel Xeon. Los primeros llegarán en la segunda mitad de 2019, con sus sucesores, Willow Cove, preparados para aparecer en 2020 y con Golden Cove en 2021. En el caso de los Intel Xeon la hoja de ruta no está tan clara y no hay fechas, pero buena parte del año seguirá estando dominado por Cascade Lake, aún en 14 nm.
Nuevas GPUs integradas para competir con gráficas dedicadas modestas
Otro de los anuncios importantes de este evento ha sido el que incidió sobre los chips gráficos integrados (iGPU) de la llamada Gen11, que contará con más del doble de unidades de ejecución (de las tradicionales 24 a 64) y que permitirá alcanzar rendimientos brutos de más de 1 TFLOP en operaciones de coma flotante.
Las llamadas Unidades de Ejecución (EUs) se multiplicarán también, y por ejemplo pasaremos de las tradicionales 24 EUs de la mayoría de los núcleos actuales a hasta 64 EUs en configuraciones de cuatro bloques de 16 EUs cada uno.
Estos bloques harán uso de un renderizado "basado en baldosas" que ahorra necesidades de memoria en las GPUs, y aquí la solución es muy similar a la que ofrecen las GPUs Mali y las Adreno de procesadores ARM.
Estos chips gráficos prestarán también especial atención a la decodificación por hardware del códec HEVC/H.265 con soporte de vídeo 4K e incluso 8K y con soporte también de HDR y de las tecnologías Adaptative Sync que son básicamente la versión "estándar" del FreeSync de AMD.
Según Intel eso permitirá que estos chips se basten para lograr que algunos juegos hoy injugables en micros con GPUs integradas actuales se puedan jugar, eso sí, con resoluciones 1080p y niveles de detalles bajos o medios. Un avance interesante que no obstante tendremos que evaluar cuando estos nuevos procesadores gráficos, que formarán parte de esa familia Sunny Cove, aparezcan en el mercado.
Poco o nada avanzó Intel de sus futuras tarjetas gráficas dedicadas, cuya arquitectura por lo visto será conocida como "Xe" y que contemplará soluciones de todo tipo, desde gama baja a gama alta, tanto en escenarios de gaming (esto es especialmente prometedor) como en el terreno de los centros de datos.
Vía | Ars Technica
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