Warren Buffett se ha deshecho del 86% de sus acciones de TSMC. No son las mejores noticias para Taiwán

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Según Forbes Warren Buffett es el quinto ser humano más rico del planeta. Este inversor y filántropo estadounidense de 92 años tiene un patrimonio neto de unos 118.000 millones de dólares, y se ha granjeado la fama, posiblemente de forma merecida, de ser uno de los inversores más certeros en activo. Y es que a pesar de su avanzada edad sigue llevando el timón de Berkshire Hathaway, que es la empresa de inversiones que lidera desde los años 60.

Buffett conoce bien el sector de la tecnología. De hecho, su compañía tiene acciones de Apple y Amazon, aunque también ha invertido en farmacéuticas, bancos o empresas de alimentación, entre otros sectores. A mediados del pasado mes de noviembre este inversor hizo un movimiento inesperado: incrementó de una forma muy significativa su participación en TSMC a través de la compra de 60 millones de acciones. A Berkshire Hathaway esta operación le costó 5.000 millones de dólares.

No es nada extraño que Warren Buffett invierta en el fabricante que lidera el mercado de los semiconductores, pero en cierta medida resulta sorprendente que esta inversión llegase en un momento en el que esta industria se enfrenta a un descenso perceptible de la demanda. Tanto es así que Pat Gelsinger, el director general de Intel, y Dave Reeder, el director financiero de GlobalFoundries, han anticipado que 2023 no va a ser un buen año para los fabricantes de chips.

Sea como sea, Buffett acaba de dar un importante giro de timón: apenas tres meses después de incrementar su participación en TSMC de una forma muy notable Berkshire Hathaway ha vendido el 86,2% de las acciones que poseía de esta compañía, por lo que actualmente "solo" mantiene 8,3 millones de acciones. Es evidente que esta cifra es muy inferior a los 60 millones de los que hemos hablado un poco más arriba. Este movimiento ha provocado que las acciones de TSMC bajen un 6%, pero lo más importante es que nos anticipa los tiempos difíciles de los que nos hablan Gelsinger y Reeder.

TSMC encara un futuro inquietante. Mientras Intel y Samsung pisan el acelerador

El estado de forma de TSMC no está en entredicho. Actualmente acapara nada menos que el 54% del mercado mundial de los circuitos integrados, y tiene algunos de los nodos litográficos más avanzados. De hecho, a finales del pasado mes de diciembre inició la fabricación a gran escala de chips en su nodo de 3 nm (N3B). Sin embargo, no podemos pasar por alto que esta compañía está expuesta a las consecuencias que tendría una escalada de carácter bélico en el conflicto que mantienen actualmente China y Taiwán. Al otro gran fabricante de semiconductores taiwanés, UMC, le sucede lo mismo.

A finales de diciembre TSMC inició la fabricación a gran escala de chips en su nodo de 3 nm

A principios del pasado mes de agosto Mark Liu, el director general de TSMC, declaró que si finalmente China decide invadir Taiwán la compañía que dirige paralizaría inmediatamente sus fábricas. Presumiblemente las plantas que tiene en Estados Unidos, y quizá también las que están ubicadas en la China continental, podrían seguir en funcionamiento, pero es evidente que su negocio se resentiría de una forma muy profunda. Esta coyuntura unida al descenso de la demanda de chips durante 2023 que anticipan, como hemos visto, Gelsinger y Reeder, entre otros expertos, es lo que probablemente ha provocado que Buffett se deshaga de buena parte de sus acciones en TSMC.

No obstante, el futuro no se presenta tan incierto para todos los productores de circuitos integrados. Intel y Samsung son los mayores fabricantes de chips después de TSMC (ambos tienen una cuota de mercado aproximada del 17%), y, aunque también están expuestos al descenso de la demanda que ya se está haciendo notar, no lo están a un posible conflicto bélico entre China y Taiwán. No al menos en la medida en que lo está TSMC. Y es que no debemos pasar por alto que si esta guerra llegase a producirse desencadenaría una profunda inestabilidad de alcance global.

Lo interesante es que Intel y Samsung parecen decididas a aprovechar todas las oportunidades que les permitan arrebatar el trono a TSMC. A finales de octubre Pat Gelsinger aseguró que su estrategia a medio plazo pasa por tener los mejores transistores y la tecnología de integración más avanzada del mundo en 2025. Y Samsung, al igual que TSMC, ya está fabricando chips de 3 nm, lo que demuestra que su litografía más avanzada es muy competitiva. Además, para el Gobierno de Corea del Sur la industria de los chips es estratégica, por lo que presumiblemente respaldará los pasos que dará Samsung en el futuro. Así están las cosas.

Imagen de portada: TSMC

Vía: Reuters

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