La semana pasada Franky Zapata deslumbró a todos en Paris al convertirse en el "soldado volador" capaz de sobrevolar sobre las fuerzas armadas francesas con su Flyboard Air. Una especie de propulsor de aire que le permite a una persona volar con velocidades de hasta 140 km/h y controlándose con la inclinación del cuerpo. El siguiente objetivo de Franky Zapata era cruzar el Canal de la Mancha entre Francia y Reino Unido, sin embargo el intento ha sido todo un fracaso.
25 de julio no es una fecha aleatoria, el "hombre" volador ha escogido esta fecha para cruzar el Canal de la Mancha porque precisamente 110 años atrás, el 25 de julio de 1909, el francés Louis Blériot realizó el primer viaje en avión sobre el Canal de la Mancha. Franky Zapata, campeón mundial de jet-ski, quería repetir la hazaña con su Flyaboard Air.
La necesidad de repostar en mitad del océano
A pesar de que las probabilidades de cruzar el Canal de la Mancha con éxito eran bajas (30% según el propio Franky Zapata), querían intentarlo. Para entender por qué ha fracasado hay que entender cómo funciona el Flyboard Air. Este aparato dispone de diferentes turbinas (un total de 5 turbinas con 250 caballos de potencia cada una) que expulsan aire para impulsar la plataforma y a la persona que hay encima. Es capaz de conseguir velocidades realmente altas, aunque a cambio de ello también consume una importante cantidad de combustible, queroseno concretamente.
Si nos fijamos en las imágenes vemos que el piloto siempre lleva una mochila, no es en vamos, ahí acumula todo el combustible necesario. Gracias a ello consigue que el Flyboard Air tenga una autonomía de aproximadamente 10 minutos. 10 minutos sin embargo no son suficientes para cruzar el Canal de la Mancha, planeaban hacerlo en unos 20 minutos.
Franky Zapata takes off in his bid to cross from France to England on his flyboard. The Frenchman's attempt failed a short time later when he missed a landing platform to refuel.
— Sky News (@SkyNews) July 25, 2019
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El piloto ha salido esta mañana de una playa cerca de la ciudad costera Calais en Francia. Desde Calais tenemos la anchura mínima entre el país inglés y el país francés, un total de 34 kilómetros. Dado que Flyboard Air no dispone de autonomía suficiente para cruzar todo el estrecho, se había planeado realizar una serie de paradas para repostar. ¿El problema? Es un paso muy concurrido, por lo que tras las preocupaciones expresadas por la autoridad marítima francesa decidieron realizar una sola parada para repostar con la que en principio podrían conseguir volar los 34 kilómetros.
Flyboard Air no se ha quedado sin combustible, sino que ha fallado a la hora de repostar. Disponían de una base en mitad del océano donde el piloto debía aterrizar y repostar, pero indican que debido al fuerte oleaje y a que la base se estaba moviendo ha aterrizado en el agua por unos centímetros. Sin daños para el piloto.
Independientemente de la impresión que genere ver a un humano volar sin alas, lo cierto es que Flyboard tiene una serie de desventajas aún complicadas de resolver mediante la tecnología. La reducida autonomía es una de sus desventajas, ya que sólo le permite operar durante unos minutos antes de tener que bajar a tierra de nuevo. Pero por otra parte encontramos la dificultad de pilotar este aparato. Según el inventor, se necesita un mínimo de entre 50 a 100 horas de práctica para poder apañárselas con Flyboard Air. Incluso él, siendo campeón mundial de jet-ski
A pesar del fracaso el Flyboard Air sigue su desarrollo. El año pasado el ejército francés invirtió 1,3 millones de euros para sacar adelante la tecnología. Las fuerzas militares francesas han expresado su interés en utilizar este tipo de aparatos como herramienta logística o incluso arma de asalta. Los resultados de momento parecen ser limitados, pero prometedores.
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