Entre 2013 y 2017 se produjo un desastre natural terrible en la costa norteamericana del Pacífico. Las estrellas de mar, vitales para la supervivencia de los bosques de algas, desaparecieron debido a una extraña enfermedad y un océano que estaba más caliente —y más lleno de aerosoles— que nunca.
5.750 millones de Pycnopodia helianthoides, las llamadas estrellas girasol, murieron, y con ellas desapareció el 91% de la población que va de México a Alaska. Ahora un grupo de investigadores las está criando en cautividad para tratar de salvar los bosques de algas que son un sistema clave para minimizar los efectos del cambio climático.
Cómo se salva una especie de la extinción
Al desaparecer estrellas girasol, los bosques de algas se quedaron a expensas de los erizos púrpura que se alimentan de ellas. Se dieron un atracón tras otro porque esas estrellas de mar —principal depredador de los erizos— no estaban allí para equilibrar la situación.
Eso provocó que esos erizos devoraran esos bosques de algas a lo largo de un tramo de 320 kilómetros de la costa norte de California. Las consecuencias fueron terribles para cientos de especies marinas que dependen de las algas: su cobertura ha caído más del 95%, lo que a su vez ha incidido en la devastación de las comunidades pesqueras.
El impacto es también claro para el cambio climático, ya que los bosques de algas son también un importante mecanismo de captura del CO2. Hay iniciativas como el reciente concurso organizado por Elon Musk que tratan de impulsar soluciones tecnológicas al respecto, pero la alternativa "natural" es clara.
Precisamente para luchar contra todos estos problemas un grupo de investigadores de la Universidad de Washington se han puesto a trabajar en un proyecto para repoblar la costa de estrellas girasol.
La idea es criar esas estrellas de mar en cautividad, una medida extrema que es necesaria ya que según los expertos las algas por sí solas no pueden activar esa repoblación.
Jason Hodin, máximo responsable del proyecto, comparaba la situación al juego de Jenga: "estamos eliminando miembros clave de la cadena alimentaria con la sobreexplotación pesquera, el cambio climático y otros insultos ecológicos. Si no miras con detenimiento el ecosistema parece robusto. Pero entonces te das cuenta de que no soporta que quites una pieza más, porque eso hace que toda la estructura se venga abajo".
El trabajo de estos investigadores aún está en desarrollo, pero los resultados son prometedores. Ese trabajo no obstante tuvo un primer obstáculo singular: conseguir estrellas de mar. Hodin contaba como antes de 2013 en tres días de marea baja podrían haber sacado 15 estrellas girasol de cualquier muelle. En lugar de eso tardaron seis meses en lograr capturar 30 de estas estrellas girasol debido a su masiva desaparición.
La cría en cautividad no es de momento tan efectiva como nos gustaría, y la proporción de estrellas que alcanzan el año de vida es aún baja. Las dudas son variadas (¿A qué edad soltarlas en el mar? ¿Con qué tamaño? ¿Las dejamos en grupos o separadas?), pero además deben tratar de identificar el patógeno que las mató hace unos años. Aún así, hay esperanza.
Vía | Bloomberg Green
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