“Como no nos den agua ya no garantizamos su supervivencia, puede ser que se pierda la producción”. Estas palabras, que se escuchaban la semana pasada en la Mesa Nacional del Ajo que se ha celebrado en Las Pedroñeras, son un buen resumen de lo que vive el campo español. Todo el campo español.
El problema es que mientras todos nos centramos en la sequía, los golpes no dejan de acumularse. Y cada golpe debilita aún más a un sistema agrario
Una situación cada vez más crítica. Según los datos de la Mesa, la siembra de ajo se ha reducido un 20% a nivel nacional. Sin embargo, hay zonas como Andalucía en las que las restricciones son mucho más bajas y ya ha caído hasta la mitad.
El motivo es fácil de adivinar: la sequía, cuyas peores consecuencias aún no han llegado a la población general, sí han impactado al campo y las restricciones de agua en las zonas agrícolas son el pan nuestro de cada día.
El agua que no llega. Tanto es así que, en el caso andaluz, los agricultores llevan semanas pidiendo a la Conferencia Hidrográfica del Guadalquivir que adelante el "desembalse" de agua (que suele realizar más tarde) para que los cultivos no agonicen y se acaben perdiendo.
Mientras tanto, en la cuenca del Ebro están tomando medidas y, en los datos, se aprecia que los agricultores están abandonando los productos de regadío y se está plantando más secano. El año pasado, ya se produjeron recortes del 40% en la cuenca del Guadiana y en la del Duero hubo enormes complicaciones para abastecer a los distintos sistemas agrarios.
Más allá de la sequía. Hace pocos días, las noticias de la falta de pimiento rojo y otros vegetales en Reino Unido llenaban los periódicos. La "crisis de la ensalada", la llamaban. No obstante, aunque el Brexit agrava los problemas, no es algo que solo afecte a ellos. Durante semanas, ha sido casi imposible encontrar un pimiento rojo en todo España.
Y lo más curioso es que esto no es consecuencia de la sequía, sino de la ola de frío de hace unas semanas. Un pimiento rojo tarda aproximadamente dos semanas en coger ese color en la mata, pero el frío y la falta de sol han ralentizado el proceso hasta un mes y ha parado la producción (con el consecuente desabastecimiento en los supermercados).
Una tormenta (im)perfecta. El problema es que ahora la falta de agua y las consecuencias para los cultivos de esa "ola de frío" extemporánea están impidiendo que (aunque las temperaturas sean buenas) que se recupere la producción a un buen ritmo. Esto no afecta al pimiento verde, porque no necesita madurarse; pero la ausencia de un pimiento incrementa la demanda del otro y el resultado final es un desbarajuste considerable en el ámbito de los suministros.
Ningún cultivo sin problemas. Recordemos que, el año pasado, la sequía ya redujo el cultivo de arroz hasta un 70% en España. Y que hubo que adelantar la vendimia en Jerez, Montilla, Penedès y Canarias casi un mes y eso supuso tener entre un 25 y un 30% menos de uva. En La Mancha y La Rioja, los vendimiadores se encontraron de hecho muchos racimos secos por falta de agua.
Es decir, esto afecta a cultivos de regadío (como el arroz) y a cultivos leñosos de secano (como el vino y el olivar). No hay prácticamente ningún cultivo sin problemas. La cebada, que se ha considerado el cultivo que mejor resistió, ha cosechado un 20% menos que la temporada anterior. Y lo cierto es que a la ganadería también le afecta de lleno. En este contexto no es de extrañar que la superficie cultivada vaya reduciéndose.
¿Qué podemos hacer? Por un lado, los agricultores están tratando de protegerse. Ya sea plantando cultivos menos demandantes o buscando soluciones tecnológicas. En los últimos meses, el cultivo de frutos rojos con métodos hidropónicos está creciendo bajo la promesa de un uso mucho más contenido del agua (hasta una tercera parte).
Por el otro, solo queda cruzar los dedos. AEMET ha dicho que, pese a que esta semana se espera muy calurosa, los modelos dicen que lloverá en abril. Esperemos que sea así. Lo que no sabemos (ni hay ningún modelo que nos lo diga) es si el campo aguantará hasta que llegue el agua prometida.
En Xataka | Los largos periodos de sequía van a ser cada vez más y más normales.
Imagen | Bruno Neurath-Wilson/Kirsty TG
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