Tras casi dos meses desde la entrada en vigor del Brexit hemos sido conscientes del caos que se avecina en las relaciones comerciales entre los países miembros de la Unión Europea y el Reino Unido. Tenemos que recordar que el país británico se encuentra a la cabeza del e-commerce en Europa y, aunque se haya llegado a acuerdos que facilitan el libre comercio entre ambos lados, existen daños colaterales que no solo se reflejan en las imágenes de camiones detenidos durante días en las fronteras de Kent, sino en los propios usuarios.
Y es que el Brexit tiene muchas más implicaciones en la vida de muchos españoles de a pie de las que pensamos. De hecho, ya es para muchos compradores un dolor de cabeza. ¿Por qué? Nos hemos dado cuenta de que muchas de las cosas que pedíamos por Internet vienen de allí y el panorama administrativo ha cambiado.
Las compras online que se realizan en tiendas y portales web de Reino Unido han pasado a considerarse importaciones desde el día 1 de enero. Esto quiere decir que estas compras están sujetas a trámites de aduana, IVA y otras gestiones que además de suponer retrasos en los envíos, también pueden convertirse en cargos adicionales en los servicios de entrega.
Lucas Vara, residente de Madrid, se quejaba hace unos días en Twitter de lo que había tenido que pasar para comprar un disco edición especial de Steven Wilson en la tienda británica Townsend Music. Según nos cuenta, la llegada del producto estaba prevista para este 29 de enero, a pesar de que lo había pedido el año pasado. ¿Costes de envío? 20 euros. Nada desproporcionado. El pasado 3 de febrero se le notificó que se le iba a entregar al día siguiente, pero el paquete nunca llegó. “Empecé a sospechar de que tenía que ver algo con Aduanas, así que vi que actualizaron la información del envío de UPS y pude leer varias veces Paquete retrasado por una interrupción relacionada con el Brexit".
Unos días más tarde recibió un correo del despacho de aduanas. “Allí me encontré con la sorpresa de que tenía que pagar un importe de 40,55 euros: 22,40 en concepto de Cargos de administración del Estado, 15 euros por Cargos de aduana y el correspondiente IVA”, cuenta indignado. Estos 40,55 eran adicionales a los 20 de envío que ya había pagado con anterioridad. En definitiva, Vara tuvo que abonar alrededor de 60 euros solo para que el disco llegara a su casa. “La alternativa era quedarme sin disco y perder unos gastos de envío que de por sí ya eran altos o pagar todo y ya no volver a pedir nunca nada más. Opté por la segunda", señala.
No es la primera vez que tiene dificultades a la hora de comprar desde el 1 de enero. En otra ocasión fue a pedir una caja de vinilos a WARP, un sello de música electrónica y al ir a completar el pedido le indicaban que a su dirección española no era posible hacer el envío. Esta es la respuesta que le dieron: "Estamos teniendo dificultades a la hora de tramitar tu pedido. Dado al tamaño del producto, el envío se realizaría via servicio DPD, pero actualmente no están gestionando pedidos hasta que algunos problemas derivados del Brexit y las restricciones en la aduana se solucionen”. “Lo que más me llama la atención de esto es que ahora mismo no disponen de la opción de enviar según qué productos fuera de Reino Unido”, explica Vara.
IVA, DUA y formalidades aduaneras
El artículo 23 del Reglamento 1186/2009 de la UE establece que las mercancías procedentes de terceros países podrán importarse sin aranceles si su valor es inferior a 150 euros. Sin embargo, el acuerdo firmado el 24 de diciembre entre Unión Europea y Reino Unido, establece que de momento no existirán aranceles ni se establecerán cuotas para las mercancías originarias de ambas partes, si bien los movimientos de mercancías están sujetos a formalidades aduaneras.
La formalidad en la aduana consiste en la tramitación del Documento Único Administrativo (DUA) de Importación y en la liquidación del IVA, que en el caso de la importaciones, se hace en la aduana. La ley también establece que los bienes importados cuyo valor no exceda globalmente de 22 euros estarán exentos del IVA. Sin embargo, dicha exención desaparece el 30 de junio.
Más concretamente: si su pedido cuesta menos de 22 euros, no te preocupes por el momento, porque los bienes de este importe o menor no pagan IVA ni tampoco aranceles hasta el inicio del mes de julio. Si el pedido cuesta entre 22 y 150 euros, es necesario realizar los trámites aduaneros correspondientes para liquidar el IVA, de lo que se suele encargar la agencia de transportes (Correos, FEDEX, DHL UPS, etc.) cobrando una comisión por ello. Si supera los 150 euros no tendrán por ahora aranceles, aunque sí estarán sujetos a formalidades aduaneras.
Estas formalidades son principalmente la queja de muchos consumidores, que han visto como el precio de sus productos ha comenzado a hincharse tras la entrada en vigor del Brexit. ¿Pero de cuánto hablamos? La comisión de la empresa de transporte por la tramitación varía dependiendo de la empresa en cuestión. Correos, por ejemplo, cobra 5,88 euros por la presentación a la Aduana y otros 19,03 euros por la tramitación del Documento Único Administrativo (DUA) simplificado para mercancías por valor inferior a 150 euros o 24,62 euros por el DUA ordinario, cuando la mercancía cuesta más de 150 euros.
Carlos Pi, de Madrid, ha vivido esto mismo en sus propias pieles. Este coleccionista de figuras, juguetes antiguos y comics solía comprar en EEUU pues es donde más productos encontraba y más baratos eran. Como los sablazos de aduanas eran cada vez más habituales, empezó a buscar en Reino Unido. Cuenta que fue llegar enero y se llevó una sorpresa, digamos que no buena. “Compré 18 comics antiguos por eBay a una empresa de antigüedades el año pasado. El precio era 125 euros y tuve que pagar 35 euros solo por las formalidades en aduanas y gestiones de la empresa de envíos. Algo que no me había pasado antes”, explica.
Ahora, al igual que sucede con los vendedores de EEUU en eBay, como el envío lo tramitan asociados de la misma empresa, junto con el valor del artículo ya aparece lo que tienes que abonar de Aduanas, que te lo cobran automáticamente al pagar el artículo y el envío. “Por mi parte se acabó lo de comprar en Reino Unido. Ahora busco en Francia o Alemania, pero hay mucho menos material”, confiesa.
A Fran Pérez le pasó algo parecido. En su tienda Nigramercato venden ropa y zapatillas, pero también incluyen en su catálogo libros de arte. Estos libros los solían comprar en Reino Unido antes del Brexit. Hasta ahora. “Encargamos una hornada de libros cuyo importe total era 600 euros y tuvimos que afrontar 120 euros extras de impuestos y gestión con la empresa DHL. Se nos encareció cada producto en 5 euros aproximadamente y no lo sabíamos hasta que nos avisó nuestro proveedor. Los gastos de gestión de la empresa de envíos fue de 30 euros y el total se lo tuvimos que pagar directamente al mensajero, para nuestra sorpresa”, relata Pérez.
Ileana Izverniceanu, directora de comunicación y relaciones institucionales de OCU (Organización de consumidores y usuarios) nos explica que “estos trámites se hacen en la aduana, mediante un agente de aduanas que se encargan en nombre del cliente de gestionar el despacho de aduanas y del pago de los impuestos. Las agencias de transporte cuentan con agentes de aduanas y cobran una comisión por realizar estos trámites”.
Pero a partir del 1 de julio todo podría cambiar. “Cada pedido que venga de un país fuera de la UE tendrá que pagar IVA. A cambio, los trámites aduaneros se simplifican, ya que serán las tiendas situadas en el extranjero las que tendrán que cobrar el IVA e ingresarlo posteriormente en la Hacienda del país de destino. Por tanto, aunque se pagará IVA, se ahorrarán las comisiones del agente aduanero”, señala Izverniceanu.
El flujo de importaciones por compras online de particulares ha crecido exponencialmente y según la portavoz de la OCU, “era necesario una mejora en la regulación, ya que la exención de IVA hasta 22 euros servía de coladero y se importaban muchas mercancías con una valor declarado inferior al real, lo que suponía una pérdida de recaudación y una competencia desleal, ya que estos comerciantes extranjeros vendían a precios menores al no aplicar IVA a sus productos”.
Algunas empresas ya prefieren no vender fuera del país
Todos estos trámites se han convertido en un dolor de cabeza tanto para los usuarios que realizan los pedidos, cuyos bolsillos sufren más que antes, como para las empresas británicas que ven cómo los pedidos pasan días en la frontera y se les llena el buzón de atención al cliente de quejas y reclamaciones. No es ajeno a nuestro país. Al igual que sucede en las Islas Canarias, muchas empresas ya se replantean si vender fuera de sus fronteras.
Oscar Martin, de Navarcles, teme que la empresa donde compró un producto dé marcha atrás en los envíos y, mientras, ya ha experimentado retrasos considerables. Se trataba de un videojuego edición limitada y exclusiva. “Los pedidos llevaban abiertos varias semanas, y se empezaron a enviar a finales de enero a los que habían comprado desde Reino Unido. A los compradores del resto de Europa se nos cancelaron los pedidos y se hizo la devolución del dinero. Nos dijeron que estaban pensando en una solución, ya que por el Brexit tendrían que empezar a considerarlo como exportaciones. Que lo máximo que podrían hacer era guardarnos la reserva para no quedarnos sin el producto”, explica.
Afortunadamente, hace unos días, se les ha permitido comprar el producto. “La tienda nos ha avisado que si Aduanas retiene el pedido tendrá que seguir los procedimientos habituales y que puede haber costes adicionales y que obviamente tendremos que pagar el IVA antes de recoger el paquete. De hecho, llevan días estrujándose la cabeza para ver cómo envían todos los pedidos al resto de Europa tras el Brexit. Hasta marzo nos han dicho que nada. Veremos si al final llega o no”, explica.
Como sea, la experta en Consumo de la OCU es clara: “Habrá que esperar a que entre en vigor en julio el nuevo sistema y realmente se simplifican los trámites. Entendemos que, en cualquier caso, las compras online desde o hacia el Reino Unido disminuirán drasticamente a consecuencia del Brexit”.
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