El Gobierno estadounidense está haciendo todo lo que está en su mano para evitar que China se haga con los semiconductores de vanguardia que necesita para desarrollar su industria militar. Su estrategia ataca dos frentes diferentes. Por un lado persigue impedir que los fabricantes de circuitos integrados chinos consigan los equipos de litografía de última generación que necesitan para producir chips de alta integración. En este terreno la empresa neerlandesa ASML y las japonesas Tokyo Electron, Nikon y Canon llevan la voz cantante.
El otro ingrediente esencial de su receta consiste en evitar que China se apodere de los semiconductores más avanzados que fabrican actualmente NVIDIA, Intel o AMD, entre otras empresas con alineación occidental. En cualquier caso, la herramienta a la que está recurriendo la Administración estadounidense para hacer valer sus intereses son las sanciones contra China y los países de su órbita, entre los que se encuentran Irán o Rusia. Lleva desplegando estas prohibiciones varios años y nada parece indicar que vaya a dejar de endurecerlas a corto plazo.
Cada vez que el Gobierno de EEUU aprueba un nuevo paquete de sanciones se esfuerza en recordar a sus aliados que estas medidas persiguen dificultar el acceso de China a los circuitos integrados que son necesarios para poner a punto armamento de última generación. Como cabía esperar, el Gobierno chino ha respondido incrementando drásticamente los recursos que destina al desarrollo de su industria de los semiconductores con un propósito muy claro: independizarse a medio o largo plazo de las tecnologías procedentes del extranjero.
Ya se alzan voces autorizadas que pronostican lo difícil que será detener a China
Hay un componente indispensable para la industria de los semiconductores del que aún no hemos hablado: el software que se utiliza para diseñar los circuitos integrados de vanguardia. Actualmente está en manos casi de forma exclusiva de las empresas controladas por EEUU y sus aliados, por lo que China necesita tener urgentemente sus propias herramientas de software especializadas en el diseño de chips. Y parece que va a tenerlas pronto. Una de las empresas chinas que ya están trabajando en esta área es SEIDA, y, curiosamente, su líder conoce muy bien la idiosincrasia estadounidense.
SEIDA tendrá listo su software de diseño de chips a principios de 2024
Liguo "Recoo" Zhang es chino, pero ha vivido durante varias décadas en EEUU y ha trabajado en Siemens EDA, la filial estadounidense de esta compañía alemana que domina el mercado del software de diseño de chips en China. Zhang dirige actualmente SEIDA y en el plan de negocio que presentó en 2022 con el propósito de captar nuevos inversores recogió que su empresa tendrá listo su software de diseño de chips a principios de 2024. No obstante, esto no es todo. Y es que en ese documento SEIDA defiende que su plan pasa por "romper el monopolio extranjero".
Presumiblemente el software en el que está trabajando SEIDA será utilizado por SMIC, Hua Hong Semiconductor y otros fabricantes chinos de circuitos integrados. De hecho, SMIC es uno de los inversores de esta empresa. Peilun "Allen" Chang, el director de operaciones de SEIDA, asegura que Zhang y otros exempleados de Siemens EDA abandonaron esta compañía alemana como consecuencia de las sanciones de EEUU.
Su propósito es trasladar a China su conocimiento porque están convencidos de que pese a sus esfuerzos el Gobierno estadounidense no podrá frenar el avance tecnológico de China. Estas personas han desarrollado su carrera profesional en EEUU y presumiblemente conocen bien la industria de los semiconductores, por lo que parece razonable aceptar que cabe la posibilidad de que estén en lo cierto. Ya lo veremos.
Imagen de portada: TSMC
Más información: Reuters
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