El paradigma laboral ha cambiado mucho en los últimos años impulsado por fenómenos como la Gran Renuncia, con una gran masa laboral cambiando de empleo; o la renuncia silenciosa, una dinámica que, tal y como describió el Foro Económico Mundial, consiste en hacer lo mínimo posible para mantener el puesto de trabajo. Esta última ha hecho saltar todas las alarmas por el gran impacto que está teniendo en la economía global.
Renuncia silenciosa y la falta de compromiso. La renuncia silenciosa surge como respuesta a una combinación de condiciones laborales que no satisfacen a los empleados y una situación económica que les impide dejar su puesto de trabajo. Según el informe State of the Global Workplace 2023 publicado por la consultora Gallup, el 59% de los trabajadores de todo el mundo se encuentran en esta situación de renuncia silenciosa. El dato asciende al 79% para Europa.
Gallup establece tres niveles de implicación para los empleados: comprometidos, no comprometidos y activamente desconectados. El estudio considera a los no comprometidos y activamente desconectados como empleados en situación de desmotivación y, por tanto, sensibles a la renuncia silenciosa. La consultora estima que seis de cada diez empleados de todo el mundo estarían en esta situación de compromiso mínimo con su empresa.
Estrés y salario como principales detonantes. La consultora achaca el aumento de la renuncia silenciosa al incremento de las tasas de estrés entre los empleados y a unos salarios muy afectados por la inflación. El 44% de los empleados consultados indica que sufre estrés durante la mayor parte de su jornada, mientras que el 28% vincula su falta de compromiso con la empresa con su salario.
La falta de motivación tiene graves consecuencias económicas. Según el informe de Gallup, la falta de motivación y compromiso de los empleados ha reducido los niveles de productividad en las empresas que está derivando en una caída del 9% del PIB mundial.
Esta caída implica unas pérdidas económicas de 8,8 billones de dólares al año. Cifra que se incrementa con respecto al mismo informe de Gallup de 2022, donde se estimaba este impacto en el 11% del PIB mundial, con un coste de 7,8 billones de dólares.
La productividad en España. En España, el nivel de productividad y eficiencia también apunta a la baja, con un descenso del 4,38% según el II Barómetro Adecco Outsourcing sobre productividad y eficiencia.
Esta baja productividad se registra principalmente en empresas con menos de 10 empleados, que no siempre cuentan con recursos para mejorar las condiciones de sus plantillas. En cambio, aquellas con plantillas entre 250 y 1.000 empleados que cuentan con más recursos aplican planes de formación y conciliación dejando mejores porcentajes en productividad y eficiencia.
Spain is different. Los datos de la Cámara de Comercio de España indican que el impacto económico en España de esta bajada en la productividad quedan amortiguados por un incremento en las cifras de empleo y el crecimiento del 3,8% del PIB interanual, por lo que las pérdidas económicas ocasionadas por la renuncia silenciosa en España no tendrían la magnitud que sí tiene en otros países.
Es más rentable irse que atrincherarse. Según las conclusiones del informe de la consultora Gallup sobre el estado de los puestos de trabajo a nivel global a los trabajadores que se sentían más comprometidos con su trabajo se les tendría que ofrecer un aumento salarial promedio del 31% captar ese nuevo talento, mientras que los empleados que no estaban comprometidos solo necesitaban un aumento salarial del 22 % para cambiar de empresa.
El 51% de las personas encuestadas buscan un nuevo empleo de forma activa o pasiva y lo consideran una buena forma de mejorar sus retribuciones, aunque el bienestar y las oportunidades para crecer profesionalmente son cada vez más apreciadas por los empleados.
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Imagen | Pexels (Karolina Grabowska)
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