Acer ha forzado la máquina de los tamaños de las dispositivos portátiles para jugar hasta un extremo que roza lo cómico: su Nitro Blaze 11 tiene una pantalla de 10,95 pulgadas, lo que da la impresión de estar sosteniendo un portátil sin teclado. Es decir, una pantalla un 50% más grande que una Steam Deck, que ya tiene un tamaño más que respetable. Los límites de lo que entendemos por consola/PC portátil se llevan al extremo con este pequeño monstruo de algo más de un kilogramo de peso.
Técnicamente, la consola va a la par de su lujosa pantalla: procesador AMD Ryzen 8040HS, 16GB de TRAM LPDDR5X y hasta 2TB de almacenamiento SSD NVMe. El precio no es el más asequible del mercado, como se puede suponer: arranca en 1.099 dólares y crece según aumenta el almacenamiento interno. Estará disponible, según se ha anunciado en el actual CES 2025 de Las Vegas, a partir del segundo trimestre de 2025.
Como jocosamente decían los maestros de Aftermath, en las fotos promocionales de Acer se ve a gente "jugando a los remasters de Tony Hawk en una superficie a la que podría acoplar ruedas y usar como monopatín". ¿Es demasiado grande este dispositivo? Desde luego, hacen falta unas manos grandes para sostenerlo: cualquiera que haya jugado a una Steam Deck sosteniéndola en vilo (como en teoría hay que sostener una portátil, por otra parte) un buen rato, se puede encontrar con un molesto dolor de muñecas que le dure horas. En el caso de la Nitro Blaze 11 podríamos hablar de dolencias casi clínicas.
Burro grande, ande o no ande
Sabemos bien que la industria tech, con la finalidad de vender continuamente en ciclos infinitos, tiene que generar necesidades continuas, sin importar que contradigan a la necesidad inmediatamente previa. A finales de la década pasada vivimos una progresión en los móviles hacia pantallas cada vez más grandes, que llegaron a 7 pulgadas y más en una escalada de pantallones que, sencillamente, paró en un momento dado. Cuando los móviles dejaron de caber en los pantalones. En los últimos años hemos visto el proceso contrario: determinadas marcas y la moda de los plegables nos intentan vender la idea de que los móviles pequeños no estaban tan mal.
Esa tendencia se ha contagiado a uno de los últimos caprichos de la industria: las consolas portátiles (llamémoslas así aunque esencialmente sean PCs de bolsillo, cuando llevan incorporados los mandos para diferenciarlas de las tablets) y esta Acer podría muy bien ser una señal de que estamos llegando a un límite. Sumergirse en los vivos colores de la pantalla de una Steam Deck o cualquiera de sus competidoras de última generación es un placer, pero sigue siendo un placer fácil de sostener en las manos durante un rato, sobre todo cuando el peso del dispositivo permite moverse por los botones y sticks con comodidad.
La prueba de que la propia Acer es perfectamente consciente de estos excesos es que la consola está preparada para separar los mandos laterales como en una Nintendo Switch, y la pantalla puede colocarse erguida para jugar como si fuera una tablet. Es decir, la idea es la de un dispositivo de juego transportable y con una pantalla extraordinaria, pero que incorpora los mandos porque las consolas gaming están de moda. Una moda que, por lo que se ve, está llegando a su punto de ebullición.
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