No corren buenos tiempos para el teletrabajo. O no tan buenos al menos como hace un par de años, cuando la pandemia obligó a muchas empresas a abrazar a marchas forzadas un sistema descentralizado, con empleados en remoto, que hasta entonces habían visto con escepticismo o incluso un desinterés indisimulado. Los últimos datos del observatorio ONTSI muestran que está en retirada: si en 2021 representaba en 13,6%, en 2022 suponía ya el 12,5%. Curiosamente, hay estudios que rompen lanzas a favor de esta fórmula laboral, como los que indican que facilita el acceso al talento y sale a cuenta para los bolsillos de los empleados.
Esa última es la lectura que deja un informe reciente de Ringover.
¿Quién gana más dinero? La conclusión del estudio de Ringover, firma con sede en Atlanta (EEUU) que ofrece un servicio de telecomunicaciones basado en la nube, es clara: quienes trabajan en remoto ganan un buen pellizco más al año. Para ser precisos, cerca de 8.600 dólares. Su análisis se ha centrado en 15.800 ofertas de trabajo registradas en las 30 ciudades más pobladas de Estados Unidos, pero arroja unas cuantas lecturas interesantes a esta orilla del Atlántico.
Una de sus conclusiones más relevantes es que los empleados en remoto de EEUU ganan, de media, 8.553 dólares —o un 9,7%— que "sus homólogos que trabajan en la oficina". En el caso de los profesionales con un modelo híbrido la brecha es algo menos marcada: sus salarios eran 140 dólares inferiores a los de sus contrapartes en remoto. Las diferencias entre quienes trabajan a distancia o desde las instalaciones de la empresa podían oscilar, eso sí, entre territorios.
¿Hay más diferencias? Sí, las hay. Del estudio se infiere que el nivel de responsabilidad de cada empleo influye en la brecha que pueda haber entre el trabajo remoto y el presencial. En el caso de los gerentes de oficina, por ejemplo, aquellos que desarrollan sus tareas a distancia ganaban un 31,71% más que quienes lo hacían en los despachos. El informe también detectó una diferencia abultada entre los directores de relaciones públicas, con una brecha del 30,16%.
Los autores del estudia aseguran que solo identificaron seis funciones en las que los empleados que acudían a la oficina ganaban más que sus homólogos en remoto: el caso más flagrante es el de los desarrolladores web junior, que ingresaban de esa forma, desde las instalaciones de la empresa, un 12,52% más que a distancia.
¿Qué concluye el informe? Básicamente, que los trabajadores en remoto ingresan más que los que ejercen de forma presencial. "A nivel nacional ganan un 9,76% más que los que realizan la misma función en una oficina. Mientras que los que trabajan de forma híbrida ganan una cantidad similar, un 9,61% más que los que trabajan en una oficina", detalla. En valores netos, eso se traduce en un salario medio de 95.158 dólares para los teletrabajadores, de 95.018 en el caso del modelo híbrido y 86.305 para los presenciales. Los valores del estudio superan con creces en cualquier caso tanto los sueldos medios registrados en España cono los de los propio Estados Unidos, que en 2022 registraban 61.623 euros anuales.
Al centrar la lupa en las ciudades, el estudio constató que solo en cinco de las 30 analizadas el salario promedio de los trabajadores en remoto era inferior al que se ofrecía en anuncios para vacantes presenciales. El caso más evidente era el de San Antonio, en Texas, con una diferencia de casi el 7%. El análisis también identificó ciertos roles en los que las ofertas híbridas eran las mejor posicionadas en cuanto a remuneración, por encima de la opción del trabajo en remoto o presencial.
¿Y por qué ganan más? El estudio apunta que las empresas pueden estar reflejando en las nóminas de sus trabajadores en remoto parte del dinero que dedicarían a las instalaciones. A fin y al cabo Global Workplace Analytics calculaba en 2021 que las compañías puedan ahorrarse una media de 11.000 dólares anuales por cada trabajador remoto a media jornada, una suma que se explica por el menor gasto en alquileres, pero también la mayor productividad y una disminución del absentismo, tendencias que constatan varios estudios publicados desde 2021.
"Es probable que repercutan en sus empleados el ahorro que supone disponer de un espacio de oficina reducido, o incluso no tener oficina, para atraer a los mejores talentos con salarios más elevados", explican los autores del estudio, que lanzan en cualquier caso un aviso importante: hay investigaciones que corroboran que ya hay empleados dispuestos a cobrar un 14% menos a cambio de trabajar en remoto, con lo que no es descabellado pensar que esa brecha acabe reduciéndose.
¿Es la única explicación? Hay otras posibles. En juego entran más factores, como la mayor capacidad para buscar empresas más lucrativas, sin el hándicap geográfico. Al fin y al cabo un trabajador en remoto no tiene por qué condicionar la decisión de en qué empresa trabaja a cómo de cerca le queda de casa o si está o no dispuesto a mudarse. Gusto desliza la posibilidad de que los teletrabajadores estén mejor pagados o que haya empleados con buenos salarios que se trasladen a zonas de ingresos más bajos, donde otros profesionales similares no cobran lo mismo.
Ambos perfiles pueden mostrar también algunas diferencias importantes. Las propias estadísticas de la ONTSI, organismo español, constatan por ejemplo una prevalencia del empleo a distancia bastante mayor entre los trabajadores por cuenta propia. En su caso alcanza el 26,4% frente al 10% de los asalariados.
¿Es el único informe sobre la materia? No. Hace meses la firma estadounidense Gusto divulgó por ejemplo un estudio que muestra que los trabajadores en remoto tienen el doble de probabilidades de ganar un sueldo superior a la media local en comparación con sus compañeros de industria que ejercen de forma presencial. El porcentaje de incremento se mueve de hecho entre el 17 y 58%. Otra pincelada interesante la aportaba en 2022 Hired, con sede en San Francisco, que identificó que los profesionales de la tecnología que trabajan a distancia ganan más que los que acuden a la oficina en 15 de 17 mercados.
Por supuesto no todo son ventajas y puntos fuertes. Como recuerda Fortune, la fórmula del trabajo en remoto tiene también su "coste" para el trabajador, un peaje en forma de activos intangibles, como la menor posibilidad de establecer contactos o recabar opiniones críticas. Ejemplo claro de esa desventaja es el conocido como "sesgo de proximidad", la tendencia a dispensar un trato preferencial a aquellas personas con las que se comparte un mismo espacio físico de trabajo.
Imagen de portada: Jornada Produtora (Flickr)
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