Polonia necesita reducir su dependencia del carbón. Actualmente casi el 80% de la electricidad que produce este país europeo procede de fuentes de energía fósiles, una cifra que lo coloca muy por encima del 35,9% de media que impera en Europa. Además, no tiene energía nuclear; su apuesta por las instalaciones fotovoltaicas es anecdótica (apenas rozan el 1,4% de la producción total de electricidad) y sus plantas eólicas solo producen poco más del 10% de la electricidad que necesita.
El desafío al que se enfrenta Polonia no es trivial. Este país es un vagón importante del tren europeo, lo que le impide mantenerse al margen de los compromisos que ha adoptado Europa en materia medioambiental. No obstante, el Gobierno polaco tiene un plan. Su propósito es desarrollar su industria nuclear con rapidez y lo necesario para reducir drásticamente su dependencia de los combustibles fósiles en poco tiempo. El problema es que parte de cero.
En esta coyuntura a la Administración polaca no le queda más remedio que contar con la complicidad de otros países europeos que tienen mucha más experiencia en el ámbito de la energía nuclear, y uno de los estados en los que se ha fijado es España. De hecho, actualmente se está celebrando en Madrid un encuentro entre empresas españolas y polacas que persigue establecer los vínculos que son necesarios para ayudar a Polonia a desarrollar su industria nuclear.
Polonia quiere poner en marcha su primera central nuclear en 2033
El itinerario que se ha marcado el Gobierno polaco es ambicioso. Su objetivo es que su primera central nuclear entre en operación en 2033, por lo que será necesario iniciar su construcción no más allá de 2026. Esta planta estará en Choczewo, una localidad de aproximadamente 5.000 habitantes alojada en el extremo norte del país, en la costa del mar Báltico. Cuando esté listo el primer reactor se pondrán en marcha más unidades con una periodicidad de dos o tres años para cada una de ellas.
Polonia necesita invertir más de 30.000 millones de euros en el desarrollo de su industria nuclear
En última instancia el plan de Polonia es que sus futuras instalaciones nucleares sean capaces de aportar el 23% de la electricidad que necesita no más allá de 2040. Y para lograrlo necesita invertir más de 30.000 millones de euros en el desarrollo de esta industria. Esta es, precisamente, la puerta de entrada de las empresas españolas. Lo que persiguen ambos países es cooperar para que Polonia lleve a buen puerto su estrategia, y las compañías españolas que contribuirán a este objetivo recibirán, como es lógico, una parte de ese dinero.
Curiosamente nosotros conocemos algunas de las que están mejor situadas. A finales de 2019 tuvimos la oportunidad de visitar la fábrica de barras de combustible que tiene ENUSA Industrias Avanzadas en Salamanca, y pocas semanas más tarde estuvimos en uno de los simuladores de sala de control que Tecnatom ha puesto a punto en la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes. Ensa y Newtesol son otras empresas españolas que tienen mucha experiencia en la fabricación de equipos para centrales nucleares, y probablemente también participarán en este proyecto.
En cierto modo resulta paradójico que Polonia esté decidida a forjar vínculos tecnológicos y empresariales con España en el ámbito de la energía nuclear. Por el momento el Gobierno español mantiene el itinerario fijado para el apagón nuclear, de modo que si todo sigue su curso la última central nuclear española que permanecerá activa, la de Trillo, cesará en 2035. En cualquier caso, este plan no invalida en absoluto a las empresas españolas con experiencia en el sector nuclear. Con toda probabilidad su actividad permanecerá más allá de 2035 incluso aunque todos sus clientes están alojados en el extranjero.
Imagen de portada: Foro Nuclear
Más información: ICEX | Foro Nuclear
Ver 35 comentarios