El precio de la electricidad es algo que siempre nos preocupa a todos. No en vano supone una parte sustancial de nuestros gastos mensuales, especialmente en invierno y en verano, que es cuando hacemos uso de radiadores y el aire acondicionado.
A eso se suma la intranquilidad que produce que, si estamos acogidos a la tarifa PVPC, el precio pueda variar cada hora de cada día del año, con grandes subidas cuando se superponen varios factores negativos, como una mayor demanda en momentos de menor producción de las energías renovables.
Aunque este último invierno no ha sido tan duro como el de 2017, en el que se alcanzaron máximos de 0,10 €/kWh sólo de coste de energía (0,145 €/kWh con peaje de acceso, 0,184 €/kWh con impuestos), la electricidad en España sigue siendo una de las más caras de Europa. En el lado opuesto, en Ucrania tienen la electricidad más barata de Europa, a un precio de 0,04 €/kWh con impuestos. Pero ¿es el ucraniano un modelo a seguir?
El precio de la electricidad en España
Aunque en verano de 2019 el precio de la electricidad ha llegado a mínimos históricos desde septiembre de 2016, la tendencia general es alcista y seguimos pagando la electricidad bastante más cara que hace tres años. De hecho, el precio medio de la electricidad antes de impuestos y peajes durante el primer semestre de 2019 fue de 0,072 €/kWh, mientras que en 2016 fue de 0,048 €/kWh, es decir, un 50% más cara.
Claro que lo de la tendencia alcista no es algo que afecte únicamente al nuestro país, sino que es algo común en toda Europa, tal como se puede ver en este gráfico de Eurostat (precios con impuestos y otros costes incluidos).
Sin embargo, ese no es el mayor problema del mercado eléctrico español: somos el tercer país que más cara paga la electricidad antes de impuestos. Solo nos supera Irlanda (una isla) y Bélgica. De hecho, pagamos hasta un 50% más por la electricidad que Portugal o Alemania, y eso que tenemos un mix eléctrico teóricamente mejor para unos precios bajos. Si no fuera porque estamos a la cola en impuestos, los españoles tendríamos la electricidad más cara de todo el continente.
La electricidad más barata de Europa
Analizando los últimos datos de Eurostat (del segundo semestre de 2018), se observa claramente que España está a la cabeza de los países con la electricidad más cara, solo por detrás de Dinamarca (0,31 €/kWh), Alemania (0,30 €/kWh), Bélgica (0,29 €/kWh) e Irlanda (0,25 €/kWh).
La energía ucraniana es más barata gracias a su gran número de centrales nucleares
En el otro extremo, países del Este como Ucrania, Serbia, Albania, Bulgaria o Turquía. En su momento ya hablamos de cómo Serbia conseguía su electricidad a un precio muy inferior al nuestro: la principal compañía eléctrica del país es de propiedad pública, usa el carbón como fuente principal de energía y los consumidores pueden acogerse a precios regulados por el estado.
El caso de Ucrania, aunque comparte ciertas similitudes, es diferente.
¿Por qué la electricidad es tan barata en Ucrania?
En dos palabras: energía nuclear. Ucrania tiene en marcha 15 reactores nucleares que son responsables del 49% de la generación de la energía. El resto proviene plantas de carbón (37%), de gas (6%) e hidroeléctrica (5%), con un porcentaje poco significativo -aunque creciente- de energías renovables.
Este es un mix eléctrico que ayuda a mantener los precios a la baja. Por un lado, las centrales nucleares deben estar siempre en funcionamiento, lo que las obliga a entrar a la subasta eléctrica a coste cero -al igual que ocurre con las renovables- y eso ayuda a que a menudo no se tengan que activar las centrales más caras, como las de ciclo combinado. Por otro lado, dependiendo de su extracción, el carbón puede ser más económico que el gas o el petróleo.
Además, como broche, hasta julio de 2019 el mercado mayorista era un monopolio de la empresa estatal Energorynok, que compraba energía de los productores y la vendía a las distribuidoras a precios fijos.
Así pues, la pregunta es, ¿sería este un modelo exportable a España?
¿Se puede exportar el modelo ucraniano?
Las energías renovables ayudan a reducir el coste de la electricidad, ya que no se pueden "apagar"
Si miramos a nuestros vecinos europeos, parece que van hacia modelos que se alejan de un mix eléctrico similar al ucraniano por diferentes motivos. En el caso de la energía nuclear, por el problema de los residuos radioactivos y el grave impacto de un eventual accidente. Francia, por ejemplo, va a cerrar un tercio de sus centrales en ocho años, y Alemania se ha comprometido a cerrar las suyas antes de 2023, algo que hará Bélgica para 2025. En el caso del carbón, por ser la industria más contaminante de Europa, según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Por su parte, Ucrania se encuentra ahora en la tesitura de que debe renovar sus centrales (muchas ya amortizadas, pero también obsoletas) al tiempo que responde a una demanda de electricidad que, si bien no ha crecido en los últimos años debido a la crisis ucraniana, se estima que lo hará notablemente en las próximas décadas.
La llegada del mercado liberalizado a Ucrania puede subir los precios un 135% en los próximos dos años
Además, Ucrania también debe avanzar hacia un mercado liberalizado, uno de los prerrequisitos para recibir ayuda de la Unión Europea. Es por ello que en julio se puso en marcha un nuevo modelo de mercado mayorista para promover la competencia y facilitar una futura integración con Europa.
Eso ya ha provocado que los precios subieran notablemente en julio, y seguirán haciéndolo. El Instituto Ucraniano para el Futuro (así se llama) estima que los precios para los hogares subirán un 28% en 2019, y un 84% en 2020.
Entonces, ¿qué debe hacer España para conseguir electricidad más barata?
Alemania ha incrementado en 10 puntos la presencia de las renovables en su mix eléctrico
Si miramos los datos, Alemania, por ejemplo, consigue precios significativamente más bajos que los nuestros (antes de impuestos). Para lograrlo, ha incrementado su porcentaje de renovables de un 25% en 2016 a un 35% en 2018, y reducido su dependencia de los combustibles fósiles (carbón, gas, petróleo...) del 62% al 48,3% en tan solo dos años.
Eso ayuda reducir el coste de la electricidad ya que, como hemos comentado, las energías renovables como la eólica o fotovoltaica no se pueden "apagar" y por tanto entran a la subasta a coste cero, ayudando a reducir el precio final al que se paga toda la energía producida.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos alemanes, en España tenemos un mix eléctrico con menor dependencia de energías fósiles y un mayor porcentaje de energía nuclear y renovables (40,1% en 2018), lo que en teoría debería garantizarnos un mejor precio antes de impuestos. Una contradicción que deja abierta la pregunta de qué hace que paguemos la electricidad tan cara.
Foto | Johannes Plenio
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