Alguien está pasándose de tragona en el universo y no queremos mirar a nadie, pero la tenemos relativamente cerca. Entre nuestros vecinos siderales se encuentra la galaxia Andrómeda, que según se ha ido viendo se ha ido "comiendo" otras galaxias y al parecer la Vía Láctea figura en su menú.
No es algo que vaya a suceder a corto plazo (hablando desde el punto de vista del ser humano), pero según se está estudiando la galaxia Andrómeda será, en cierto modo, nuestra verdugo. Las galaxias colisionarán y al parecer saldremos perdiendo, aunque en esta ocasión Andrómeda tampoco se salvaría y la Vía Láctea podría ser una digestión más pesada que las previas.
Andrómeda, creciendo gracias a su suculento menú de galaxias
4.000 millones de años es la cuenta atrás que el equipo de investigadores de Dougal Mackey, astrónomo de la Universidad Nacional de Australia, ha establecido para la colisión entre Andrómeda y la Vía Láctea, en la que formaremos parte de esas galaxias que ya se ha comido previamente nuestra vecina. El cálculo y el triste (para nosotros) desenlace lo han establecido tras analizar de manera detallada los datos de la Pan-Andromeda Archaeological Survey, un estudio que recoge datos de las observaciones con el telescopio CFHT en Hawaii.
Este estudio se dedica a explorar la estructura y el contenido de Andrómeda y la galaxia del triángulo (M31 y M33 respectivamente), de ahí que haya sido lo que ha nutrido principalmente el trabajo que estamos comentando, publicado en Nature. Explican que Andrómeda ya "se comió" una galaxia hace 1.000 millones de años, lo cual es posible rastrear gracias a los halos estelares como comentan los investigadores.
Esta fagocitación es, de hecho, uno de los motivos de crecimiento de las grandes galaxias. Y en el caso de Andrómeda Mackey y su equipo encuentran al menos lo que serían dos conjuntos diferenciados de restos, probablemente separados en miles de millones de años, con lo cual podrían establecerse dos épocas de crecimiento de Andrómeda. Es decir, dos platos, dos galaxias con las que colisionó y gracias a lo cual creció (dejando de una algún resto más que de otra).
Al final se le indigestaríamos
Como decíamos aún nos queda (al ritmo que vamos, nuestro peor enemigo somos nosotros mismos), aunque según explicaba el propio Mackey a Vice la colisión esta vez será algo distinta a las previas dado que Andrómeda y la Vía Láctea tienen una masa similar y que la primera también saldría escaldada, al destruirse los discos espirales y converger en un sistema de forma elíptica.
Además, "Milkdromeda" (apelativo de la publicación derivado de Milky Way y Andrómeda) tampoco tendría consecuencias demasiado notables en los sistemas solares de cada galaxia, según el equipo (quizás muramos, pero el sistema solar podría mantenerse). Por ahora falta tener más datos con otros observatorios para ir comprobando esta hipótesis, como las que esperan obtener de los futuros y más avanzados observatorios como el telescopio ELT (a la espera de que comience su actividad en 2024).
Imagen | NASA/JPL-Caltech
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