Hasta siempre, Philae

Hay que decir adiós al polizón del cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko. La sonda-robot Philae de la misión Rosetta no ha vuelto a enviar señales de actividad, algo que ha hecho que el centro de control de la misión asuma la realidad: la de que la despedida definitiva es ya inevitable.

Stephan Ulamec, uno de los responsables de la misión en el Centro Alemán Aeroespacial indicaba que "ya no enviaremos más comandos y sería toda una sorpresa que lográramos recibir una señal algún día". El cometa se aleja cada vez más del Sol y la incapacidad de Philae para recargar sus baterías ha hecho que la sonda no tenga ya apenas opciones de despertar.

El éxito espectacular de Philae

La misión, no obstante, ha sido un éxito espectacular, sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de una odisea de 10 años que culminó con el aterrizaje con éxito de una sonda en un cometa y en su viaje en su órbita al sol. Incluso habiendo tenido que hibernar tras agotar su propia batería, Philae "logró completar el 80% de los objetivos científicos de la misión" según el centro de control.

El verano pasado Philae logró hacer contacto varias veces más. El 13 de junio de 2015 por ejemplo envió información sobre su "estado de salud", y a partir de ese momento hubo siete contactos más, aunque "erráticos e impredecibles". El último contacto de Philae se produjo el 9 de julio de 2015, y a pesar de los intentos por restablecer ese contacto, no se consiguió que Philae volviera a comunicarse.

Los ingenieros y científicos de la misión admiten que las posibilidades de que Philae se comunique en el futuro son casi de un 0%, pero aún así están contentos con el resultado y por ejemplo con las imágenes que la cámara panorámica CIVA y la cámara ROLIS que estaba situada bajo el módulo de aterrizaje, a las que consideran irrepetibles. Lo logrado con Philae, afirman, será muy útil para futuras misiones similares. Hasta entonces, solo queda decir adiós a una sonda ya legendaria.

Hasta siempre, Philae.

Vía | PopSci
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