Esta semana nos enteramos que el módulo ruso Nauka de la Estación Espacial Internacional (ISS) había sufrido una fuga de refrigerante. Roscosmos confirmó a través de un mensaje en su canal de Telegram que el desperfecto fue detectado en un circuito de respaldo. Dado que el sistema de refrigeración principal funcionaba sin inconvenientes, de acuerdo a la agencia espacial rusa, no había posibles riesgos para la tripulación e incluso para las próximas operaciones programadas.
Aquel evento, que fue detectado por las cámaras de los controladores de vuelo dela NASA en el Centro Espacial Johnson, no puso en riesgo a los astronautas en ningún momento, según los comunicados oficiales. Sin embargo, ha inducido cierta alarma en los especialistas por una importantísima razón: se trata de la tercera fuga de refrigerante en menos de un año que se produce en naves rusas, una de las cuales produjo un quebradero de cabeza a los miembros de la ISS.
Una fuga de refrigerante tras otra
Retrocedamos un poco en el tiempo, en concreto hasta el 14 de diciembre de 2022. Ese día, la cápsula Soyuz MS-22, que se encontraba acoplada a la ISS y debía traer de regreso a la Tierra al astronauta Frank Rubio a los cosmonautas Serguéi Prokópiev y Dmitri Petelin, empezó a arrojar refrigerante al espacio. Roscosmos dijo que el inconveniente se produjo por el impacto de un micrometeorito y la nave fue catalogada como “no segura” para un reingreso tripulado al planeta.
Mientras la agencia espacial estadounidense y la rusa reorganizaban su calendario de vuelos a la estación espacial, el 11 de febrero se encontraron con otro episodio de similares características. Aquella vez, una cápsula de suministro Progress MS-21, también acoplada a la ISS, tuvo un problema en el sistema de refrigeración. El sistema de monitorización registró una pérdida de presión en el circuito y se confirmó la pérdida total del líquido de propiedades tóxicas.
Hasta ese momento, la NASA había aceptado todos los argumentos sobre los fallos en los vehículos de Roscosmos, pero puede que este tercer incidente tenga un desarrollo diferente. Como recoge AFP, algunos especialistas independientes han empezado a preocuparse por la fiabilidad de los sistemas rusos y no olvidan en mencionar el fracaso de la misión Luna 24, que podría haber vuelto a poner a la nación en un lugar destacado en la industria aeroespacial.
Afortunadamente, en desenlace final de las dos primeras fugas de refrigerante fue positivo. La cápsula Progress M-21 regresó a la Tierra al igual que la Soyuz MS-22, aunque esta última sin tripulación. Los astronautas que habían quedado varados en la ISS volvieron al planeta el pasado 27 de septiembre a bordo de una cápsula Soyuz MS-22. Pero todavía hay asuntos que resolver tras la última fuga.
La NASA había programado dos caminatas espaciales. Una para este jueves 12 de octubre y otra para el 20 de octubre. Debido a la fuga de refrigerante del módulo Nauka, la agencia espacial estadounidense ha suspendido de manera indefinida ambas EVA. Si bien la fuga ha cesado, los ingenieros continúan trabajando para dar con el origen del problema. Roscosmos, de momento, no ha indicado si los micrometeoritos han estado involucrados en este otro problema.
Imágenes: NASA
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