Ayer os contábamos que Rocket Lab, la nueva ‘reina’ de la carrera espacial privada, había lanzado una “bola de discoteca” de metro y medio para “recordarnos, a la vez, lo insignificantes que somos en todo el universo y lo que somos capaces de hacer como especie”.
Según un buen número de astrónomos, también será un recordatorio de lo torpes que somos. Durante los nueve meses que pase en el espacio, la ‘Humanity Star’, como se llama el invento, interferirá con el estudio científico del universo y, si esta práctica empieza a popularizarse, puede ser un enorme problema.
Un grafiti llamado 'Humanity Star'
A la emoción generalizada por el éxito del lanzamiento del cohete de Rocket Lab, le siguió rápido el enfado de la comunidad científica cuando se descubrió que, junto al cohete y en secreto, Peter Beck, director ejecutivo de la empresa, había lanzado una esfera geodésica equipada con 65 paneles reflectantes.
La idea, según explicábamos ayer, era que la esfera reflejara la luz solar convirtiéndose en el objeto más brillante del cielo nocturno. Numerosos astrónomos han señalado que la contaminación lumínica ya es un problema lo suficientemente preocupante como para añadir objetos de este tipo. Mike Brown, astroso del CalTech, no ha dudado en llamarlo: “grafiti espacial” y en Axios lo calificaban como "simple truco publicitario"
Wow. Intentionally bright long-term space graffiti. Thanks a lot, @RocketLab. https://t.co/jvYBvQGyW3
— Mike Brown (@plutokiller) 24 de enero de 2018
O, como escribía Caleb Scharf, de la Universidad de Columbia en Scientific American: “colocar una esfera brillante al espacio es realmente abusivo. Y definitivamente es un recordatorio de lo frágil que es nuestro lugar en el universo" y de lo que nos queda por aprender. Richard Easter, de la Universidad de Auckland, reconocía en The Guardian que, aunque la "Humanity Star" no era un gran problema por sí misma, la sencilla "idea de que se convierta en algo habitual sacaría a los astrónomos a la calle”.
Imágenes | Kevin Gill
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