El Commodore 64 se vendía como churros, pero los ingenieros de la empresa sabían que la era de los ordenadores de 8 bits tenía fecha de caducidad. En 1983 tres de ellos se unieron para crear un ordenador de 16 bits que pudiera triunfar en el mercado empresarial, y aquel proyecto acabó cristalizando en el Commodore 900.
Ese modelo, desconocido para muchos, sorprendía especialmente por el uso de un sistema operativo llamado Coherent, un ineresante clon de los sistemas UNIX. Ni su arquitectura de 16 bits ni aquel sistema operativo sirvieron de mucho: el otro gran proyecto de Commodore, el Amiga, acabó arrasando y dejando al Commodore 900 en el olvido.
Unix estaba bien, pero AmigaOS era mucho AmigaOS
El ordenador desde luego era muy distinto al Amiga que acabó por ser el foco absoluto de Commodore, y eso a pesar de que su diseño recuerda claramente a la caja del Amiga 2000, aunque tuviera ligeras diferencias en sus dimensiones y por supuesto en sus puertos.
El Commodore 900 constaba por ejemplo de una unidad de disco de 5,25" —los Amiga apostaron por los disquetes de 3,5"—, y estaba basado en un rarísimo procesador Zilog Z8001 a 10 MHz (nada del Motorola 68000 de los Amiga) acompañado de 512 KB de RAM y de un disco duro de 20 MB.
La idea era la de convertir al C900 —también conocido como Z-8000 o Z-Machine— en una alternativa viable a las máquinas PET/CBM que habían tenido cierto éxito en el mercado empresarial en Europa.
Se esperaba que su fabricación comenzara en 1985 en Alemania, pero solo se fabricaron 50 prototipos que se vendieron como máquinas de desarrollo antes de que el proyecto se cancelara.
Además de su procesador, la sorpresa del equipo probablemente era su sistema operativo Coherent, un clon de UNIX algo limitado (no tenía pila TCP/IP por ejemplo) que permitía disfrutar de la potencia de la consola de comandos pero al que también era posible sacarle el jugo en el ámbito de los gráficos.
Un usuario ha reunido ahora toda la información que ha encontrado disponible sobre el Commodore 900 en este sitio web dedicado a la retroinformática. Allí encontramos esquemas del ordenador o manuales de uso de Coherent, pero también la hoja de ruta de un proyecto que finalmente no llegó a buen puerto.
A ello contribuyó decisivamente el hecho de que el Amiga 1000, el primero de aquella legendaria familia, era mucho más potente y versátil. No solo por su hardware y sus chips dedicados, sino también por su sistema operativo, un AmigaOS que fue todo un hito por cosas como su multitarea apropiativa.
No ayudó el hecho de que Commodore tuviera que hacer una apuesta importante: no tenía capacidad para fabricar de forma masiva el C900 y el Amiga 1000 al mismo tiempo, y acabaron apostando por el último. A la vista de los acontecimientos y del éxito del Amiga, acertaron.
Aún así lo que ocurrió con el C900 es una lástima. La propuesta de Commodore con esta máquina era singular, sobre todo en una de las dos versiones que apareció, una estación de trabajo con soporte de gráficos de 1.024 x 800 píxeles (en un monitor monocromo, eso sí), algo inaudito para la época.
Vía | VintageComputer.ca
Más información | Datamuseum.dk
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