Poco a poco la tecnología detrás de los rayos tractores deja de ser más propia del terreno de la ciencia ficción para ser cada vez más real. Se han conseguido avances que parecen minúsculos pero ya se han logrado mover, en pequenísimas distancias, algunos objetos. Otros lo hacen a su manera utilizando las olas para remolcar objetos.
Dejando de lado las olas y centrándonos en los láseres, un equipo de investigadores de la universidad nacional de Australia ha dado un paso muy importante en la tecnología de los rayos tractores: han logrado mover un objeto con un diámetro de la quinta parte de un milímetro una distancia total de 20 centímetros.
Hablando en estas unidades de tamaño parece que lo que se ha conseguido es irrelevante pero si tenemos en cuenta los experimentos previos nos damos cuenta de que el avance es sustancial: alrededor de 100 veces la distancia recorrida. Poco a poco estos haces de luz ya son capaces de ir moviendo objetos más grande y desde más distancia.
La investigación no termina aquí pero para este grupo de científicos el avance es lo suficientemente importante como para empezar a hablar de escalar la tecnología para arrastrar objetos de mayor tamaño. De momento solo hablan de supuestos pero algunos usos posibles resultan muy atractivos.
¿Cómo funciona este rayo tractor?
Hay muchas aproximaciones a la hora de definir cómo funciona un rayo tractor. La más conocida es la que se basa en utilizar la fuerza de la gravedad pero la técnica que emplean estos científicos australianos es diferente. Este rayo tractor emplea la energía de un rayo láser calentando partículas y el aire alrededor de éstas.
Las partículas quedan atrapadan en el centro oscuro del rayo. La energía del láser golpea las partículas para viajar atravesando su superficie. Donde son absorbidas se crea un punto caliente en la superficie, el aire de las partículas impactando con los puntos calientes aumenta la temperatura y sale disparado de la superficie lo que causa un movimiento de las partículas en la dirección opuesta.
Lo interesante de esta tecnología es que su uso es reversible. Es decir, se puede usar en ambas direcciones tanto para atraer como para repeler. Uno de los usos que proponen sus creadores es utilizarlo para repeler la contaminación. Suena bien, pero todavía hay que seguir investigando.
Vía | Nature
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