Un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford ha desarrollado un sistema de computación singular: normalmente el agua no es precisamente buena aliada de la electrónica y los ordenadores, pero en el laboratorio de estos ingenieros han logrado crear un ordenador síncrono que funciona con la particular física de las gotas de agua.
Aunque este ordenador puede realizar cualquier operación que realizan los ordenadores convencionales, su ritmo de trabajo es mucho más lento. Eso no importa demasiado, porque las aplicaciones que tienen en mente sus creadores son distintas y muy ambiciosas. "Ya tenemos ordenadores digitales que procesan información. Nuestro objetivo es desarrollar una nueva clase de ordenador que puede controlar y manipular de forma precisa la materia física".
La capacidad de controlar con precisión estas gotas usando computación de microfluidos es algo en lo que el investigador principal, Manu Prakash, lleva ya tiempo trabajando, y podría dar lugar a aplicaciones en biología, química, e incluso en fabricación digital escalable en otros campos.
Las aplicaciones parecen prometedoras
Una de las bases del desarrollo de estos investigadores es un campo magnético rotatorio que actúa como un reloj y que permite que todas las pequeñas gotas de agua se muevan de forma sincronizada. El concepto es muy similar al de los relojes que manejan las operaciones de los microprocesadores tradicionales, y permite distribuir y organizar el trabajo de forma adecuada.
En esos singulares ordenadores creados por Prakash y Georgios "Yorgos" Katsikis se utilizan distintas formaciones de varillas de hierro -parecen "tes" e "íes" sobre esas superficies- que acaban ofreciendo un acabado que recuerda al de juegos de puzzles como el Pac-Man. Con una capa de cristal sobre esas formaciones y una capa intermedia de aceite aplican las gotas de agua, a las que se les han inyectado nanopartículas magnéticas.
Eso, unido al campo magnético -la polaridad cambia cuando el campo cambia- hace que las gotas se muevan en una u otra dirección como si fueran coches que van por unas pequeñas carreteras. La presencia o ausencia de una gota cuenta como un uno o un cero, y el citado reloj hace que todo opere en perfecta sincronía. Según Katsikis esa base permite replicar cualquier circuito: "danos cualquier circuito con lógica booleana en el mundo, y podremos construirlo con estas pequeñas gotas magnéticas que se moverán en él".
La escalabilidad del sistema -el campo magnético puede controlar millones de gotas de forma simultánea- hace que las aplicaciones sean realmente versátiles. La aplicación a corto plazo de este singular ordenador será crear un laboratorio de química y biología con un comportamiento singular: cada gota podrá almacenar ciertos elementos químicos y llevar a cabo ciertas pruebas en lugar de usar los tracicionales tubos de ensayo. La idea irá más allá pronto, ya que Prakash y su equipo pretenden desarrollar una herramienta de diseño que permita que los circuitos basados en gotas de agua estén disponibles a todos los públicos, de forma que otros investigadores profesionales o aficionados puedan aprovechar este concepto que parece tener mucho recorrido.
Vía | ScienceDaily
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