¿Qué es un segundo? Un... ¿segundo? ¿60 partes de un minuto? Desde hace más de sesenta años lo que entendemos por segundo prácticamente no ha variado. Si bien los relojes marcan con precisión cada segundo, a menudo esto no es suficiente para determinadas tecnologías o experimentos científicos. Ahora, un grupo de investigadores dice tener un método 100 veces más preciso que los relojes atómicos de cesio, los utilizados desde 1960 para medir el estándar del tiempo.
Los relojes atómicos son esenciales en muchas tecnologías para definir con precisión cómo funcionan algunos productos y servicios cómo puede ser el GPS. También sirven en investigaciones científicas para analizar componentes o medir distancias. Apenas tienen desviaciones y se requieren millones de años para que un reloj atómico se desvíe un segundo hacia adelante o hacia atrás. Ahora bien, pueden ser más precisos.
Un grupo de investigadores de la Red Óptica del Reloj Atómico de Boulder (BACON) en Estados Unidos ha publicado un nuevo estudio comentando los experimentos que han hecho para medir de forma más precisa el tiempo. Utilizando relojes atómicos con átomos diferentes al cesio y comparando sus mediciones han podido determinar una precisión hasta 100 veces mayor.
Nuevos relojes atómicos, nuevo estándar
Los relojes atómicos utilizan la frecuencia de una transición atómica específica como un estándar de tiempo estable. Según explican, compararon tres relojes atómicos hechos con átomos de iterbio (ya vimos cómo esto permitió tener el reloj atómico más preciso del mundo), con átomos de estroncio y con un solo átomo de aluminio cargado eléctricamente. Estos, en principio, permiten frecuencias más altas que los relojes atómicos de cesio, ofreciendo así hasta 100 veces más de precisión.
Ubicando los relojes en diferentes laboratorios y con 1,5 kilómetros de distancia entre ellos, se pusieron a comparar las mediciones que daban. La información fue enviada tanto por un enlace al aire libre con láser como por una fibra óptica. Con esto han podido experimentar mediciones hasta 10 veces más precisas que otras comparaciones de relojes.
¿Para qué? Para poder obtener medidas de tiempo aún más pequeñas y así tener un estándar aún más preciso de lo que mide un segundo exacto. Además de mejorar la definición del segundo, mejores comparaciones de relojes ópticos podrían beneficiar a otras ramas de la ciencia. Por ejemplo pueden servir para entender mejor cómo la gravedad afecta al tiempo, para estudiar la materia oscura o para cosas "tan insignificantes" como detectar cambios en la corteza terrestre.
Más información | Nature
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