Para los que nos gusta la literatura fantástica y de ciencia ficción, el Premio Minotauro ha sido durante años un galardón de referencia. Más que nada porque en un país como España que sea un premio impulsado por un gran grupo editorial como es Planeta y que además esté dedicado a este género, nos encontramos con una auténtica rareza.
De lo que siempre, como lector y "opinador", me he quedado con estos premios Minotauro es que son una buena forma de descubrir a nuevos (y no tan nuevos) autores y nuevos títulos de literatura fantástica en español que, en un mercado invadido por autores anglosajones, era difícil que entrasen en el radar del lector más casual o del que, simplemente, no termine de decidirse por alguna novela española.
Así que cuando el año pasado Ediciones Minotauro anunció la suspensión de la decimoquinta edición de sus premios, nos encontramos con una bombilla que se fundía. Afortunadamente para todos, la editorial comunicó hace unas semanas la reactivación del Premio Minotauro en una edición que se celebrará en 2020 y en donde Xataka es medio colaborador.
Y esta es una noticia fantástica porque da la oportunidad a cientos de autores (algunos noveles, otros con un curriculum algo más nutrido) a poder impulsar su carrera, y a miles de lectores poder conocer novelas bastante interesantes, que vamos a repasar.
‘Nieve en Marte’, de Pablo Tébar Goyanes (2017)
Nieve en Marte: Premio Minotauro 2017
Comenzamos, precisamente, con el último galardonado. Pablo Tébar Goyanes tiene una larga trayectoria como guionista en televisión. Es creador de ‘Diablero’, serie de terror mexicana que se puede ver en Netflix, pero en España ha cocreado ‘Mar de plástico’ y ha guionizado decenas de series.
En ‘Nieve en Marte’ nos encontramos con un thriller de Tierra moribunda en la que la humanidad se prepara para la gran evacuación. Mientras, acaba de llegar al otrora planeta rojo un especialista en lenguas muertas para un trabajo del que no le han contado nada.
‘Los últimos años de la magia’, de José Antonio Fideu (2016)
Los últimos años de la magia (Premio Minotauro)
Albaceteño de origen y maestro de profesión, José Antonio Fideu fue el ganador del premio Minotauro 2016 por ‘Los últimos años de la magia’, una novela con toques steampunk ambientada en una Londres victoriana donde la magia es real, pero está fuertemente perseguida.
Bebiendo mucho del cuento “de toda la vida” y con múltiples referencias a las criaturas de los hermanos Grimm, los seres de la literatura gótica y, en definitiva, a todo lo que podríamos situar en esta ambientación, Fideu enarbola una muy estimulante historia.
‘Los que sueñan’, de Elio Quiroga (2015)
Los que sueñan: Premio Minotauro 2015
Elio Quiroga tiene una larga carrera como cineasta. Es director de varios largometrajes y cortometrajes entre las que están las notables ‘No-Do’ y ‘La hora fría’. En el mundo de la literatura era viejo conocido antes de ganar el Minotauro con varios poemarios y novelas como ‘El despertar’.
En ‘Los que sueñan’, Quiroga cuenta la historia de Dante, un prestigioso e importante informático que ha visto cómo su vida ha cambiado drásticamente en un mundo desolado por la guerra y diversas crisis sociales. Un mundo que ha cambiado por completo y del que Dante se culpa completamente.
'Verano de miedo', de Carlos Molinero (2014)
Verano de miedo (Premio Minotauro)
La edición de 2014 fue una movidita. Su vinculación al Festival de Cine Fantástico de Sitges provocó no pocos debates en torno a la idoneidad de la alianza que se notó además en la tibia acogida que tuvo la novela ganadora, que enseguida tuvo la etiqueta de "juvenil" (con todos los prejuicios que conlleva) y no terminó de convencer a la crítica.
Carlos Molinero, guionista de televisión, propone una novela sobre un chavalote cuya "vida es una mierda" que está de vacaciones en el pueblo de la abuela cuando un vampiro es desenterrado.
‘Panteón’, de Carlos Sisí (2013)
Panteón (Biblioteca Carlos Sisí)
Para los amantes del género zombi, Carlos Sisí es un viejo conocido gracias a su saga de ‘Los caminantes’, ambientada en la ciudad andaluza de Málaga. Actualmente ha pasado de zombis a vampiros con ‘Rojo’ y está preparando una nueva entrega de ‘Panteón’, la novela con la que ganó el Minotauro en 2014.
En ‘Panteón’, la Tierra ya no existe y el universo conocido está “gobernado” por La Colonia, un asentamiento científico que logra equilibrar la frágil balanza de poder entre todas las facciones enfrentadas. Una muy ambiciosa novela que es contada desde varios puntos de vista, enriqueciendo con muchos matices una historia notable.
Hemos hablado con Sisí para que nos cuente de dónde surgió la idea para la novela y por qué decidió probar a presentarla al certamen:
"Me crié leyendo a Asimov y jugando con juguetes de Star Wars, así que esa ambientación me era (y es) muy poderosa. El espacio profundo, las naves, ¡los robots!. Tenía la mente muy amueblada para esos ambientes. Y quería, desde luego, escribir una novela de ciencia ficción. La única pega era que tengo poco tiempo para hacer cosas por amor al arte, y no estaba muy seguro de qué salidas tendría. Si el terror es minoritario, la ciencia ficción debe ser la peor cosa sobre la que se te puede ocurrir escribir. Casualmente, mientras andaba dándole vueltas a eso, vi la convocatoria del Premio Minotauro. Por aquel entonces tenía una aportación de diez mil euros, que sonaba como el motor del Halcón Milenario recién salido de fábrica, así que… me agarré a esa pequeña esperanza y empecé. Tardé muy poco en escribir PANTEÓN, salió de dentro, con ganas, sin ninguna vuelta, fluída. La presenté al premio y luego me olvidé."
Además, Carlos guarda muy buen recuerdo de la ceremonia de entrega y del trabajo que supone ser, además, jurado de un premio de esta envergadura:
"Resultar ganador fue una noticia fabulosa: La ceremonia de la entrega se quedará para siempre en mi recuerdo. Había canapés, bebidas, mucha gente de prensa, compañeros de letras y mucha gente importante del mundillo que hablaban contigo sobre el estado de la ciencia ficción, novelas que nos habían gustado, referentes, ¡cosas!. Los jueces se acercaban y te felicitaban, y comentaban el libro contigo. Lo mejor, sin duda, fue cuando me senté en el AVE de vuelta y empecé a ver las redes sociales. Había tantos, y digo tantos enhorabuenas, tantos corazones, tanta alegría y felicitaciones en mi muro, que me sentí… Me sentí genial. Fue bonito, y mucho. Aún a veces se refieren a mí como el “ganador del Premio Minotauro 2013”, y a veces se me ha dicho: “Hombre, ¡tú eres un Minotauro!”, como algo meritorio. Supongo que lo es. Al año siguiente fui jurado del Premio y me di cuenta del enooorme trabajazo de selección que es enfrentarse a la elección de una sola novela, entre las más de cuatrocientas que se presentan. Mucho leer, mucho valorar. Y una larga tarde de discusiones acaloradas con los otros miembros, entre el que estaba Javier Sierra, por cierto. Eso también lo recuerdo con cariño."
'La torre prohibida', de Ángel Gutiérrez y David Zurdo (2012)
La torre prohibida: Premio Minotauro 2012
La pareja creativoa formada por Gutierrez y Zurdo tiene en su haber un buen puñado de buenas novelas, como la que nos ocupa: un thriller de miedo en donde viajamos a la psique de Jack Winger, un reportero de guerra retirado que empieza a sufrir alucinaciones.
Si bien la novela es un tanto desigual a la hora de desarrollar las dos épocas temporales en las cuales vemos a Jack, tiene elementos que atrapan y que no te sueltan. La parte "del pasado" es apasionante, mientras que la del presente pide más paciencia.
'Ciudad sin estrellas', de Montse de Paz (2011)
Ciudad sin estrellas (Ciencia Ficción)
Montse de Paz tiene el "triste" mérito de ser una de las dos únicas ganadoras del Premio Minotauro en sus catorce ediciones. Leridana de origen, Montse ha consagrado su vida a la labor humanitaria pero sin dejar de lado su parte más literaria habiendo publicado un buen puñado de obras tanto de ficción como de no ficción de numerosos géneros.
En 'Ciudad sin estrellas' nos encontramos con la historia de un joven muchacho llamado Perseo que vive en una de tantas ciudades aisladas completamente del exterior tras un apocalipsis nuclear. El joven quiere descubrir si es cierto lo que se cuenta del mundo exterior en una agradable distopía que triunfa en lo que se propone.
'Crónicas del Multiverso', de Víctor Conde (2010)
Crónicas del multiverso (Ciencia Ficción)
Bajo el pseudónimo de Víctor Conde se esconde Alfredo Moreno, canario que llevaba ya adscrito al premio Minotauro desde sus inicios. De hecho, antes de ganar en 2010, ya había quedado finalista en las dos primeras ediciones del galardón por 'Mystes' y 'El teatro secreto'.
'Crónicas del Multiverso' es una de las obras centrales de su bibliografía con algunas "expansiones" literarias. Galardonada con el Ignotus, nos encontramos con la historia de un mundo aislado, la Variedad, cuya civilización más avanzada descubre que está muriendo.
'El templo de la Luna', de Fernando J. López del Oso (2009)
El Templo de la Luna (Bestseller Internacional)
Leyendo la sinopsis de 'El templo de la Luna' uno reconoce que, efectivamente, el autor es hijo de uno de los más importantes "parapsicólogos" que ha habido en la televisión, Fernando Jiménez del Oso.
En 'El Templo de la Luna' nos encontramos con todo un thriller sobre un arqueólogo que encuentra un misterioso artefacto en un templo de existencia inexplicable y los poderes dispuestos a hacerse con ello.
'El libro de Nobac', de Federico Fernández Giordano (2008)
El libro de Nobac (Premio Minotauro)
El uruguayo Federico Fernández Giordano cogió dos géneros que, a mi entender, suelen funcionar fenomenalmente bien (el policiaco y el fantástico) para elaborar un novela en la que se ve claramente su interés por el surrealismo y la obra de Borges, Casares y Poe.
La historia de 'El libro de Nobac' gira en torno a un libro que se reescribe cada noche y que todo lo que aparece en él se cumple. El dueño del libro maldito contratará a una periodista y a un escritor para que logren desentrañar el misterio de este libro que parece ser uno con Valdemar.
'Gothika', de Clara Tahoces (2007)
Gothika (Literatura Fantástica)
La otra ganadora del premio Minotauro es Clara Tahoces, cuya fascinación por el mundo de lo onírico y la fantasía la ha llevado a escribir una buena decena de libros y novelas, amén de colaborar con programas como 'Cuarto milenio'.
Con 'Gothika', la madrileña nos propone una novela de vampiros en la que una vampira viaja al Madrid de la era actual, donde conocerá a Alejo, un aspirante a escritor que busca documentarse en el ambiente gótico.
‘Señores del Olimpo’, de Javier Negrete (2006)
Señores del Olimpo: 1 (Premio Minotauro)
Nos encontramos con uno de los autores que más tiempo en activo lleva. Me refiero a Javier Negrete, autor de renombre desde prácticamente los comienzos de su carrera (ya en los 90 obtuvo unos cuantos Ignotus y UPC por sus primeros trabajos), este profesor tiene en la Grecia antigua su gran ambientación para escribir.
‘Señores del Olimpo’, novela con la que ganó el Premio Minotauro en 2006, es buen ejemplo de ello gracias a una magnífica combinación de mitología y “trama palaciega” en donde los mortales se ven a merced de los acontecimientos mientras los dioses andan “a lo suyo”, por lo menos hasta que ven que los gigantes avanzan imparables.
Javier Negrete recuerda con gran entusiasmo esos primeros años del Premio Minotauro:
“Lo cierto es que hay otros certámenes, como me ocurrió con el UPC o más tarde con el Edebé o el Gran Angular, en los que fui finalista, de los que me enteré desde fuera. Con el Minotauro fue diferente. Yo ya había publicado La Espada de Fuego cuando se convocó por primera vez. Recuerdo muy bien la gran fiesta en la que se le entregó, ya que, además, fue una ocasión de alegría personal: la primera edición la ganó, como es bien sabido, mi gran amigo León Arsenal con la novela Máscaras de matar, que ya había tenido ocasión de leer tiempo antes en un manuscrito que él corrigió para el premio. La segunda edición la ganó otro compañero de andanzas literarias en la CF y la fantasía, Rodolfo Martínez, así que es comprensible que me mordiera el gusanillo y decidiera participar en la tercera edición. No había podido hacerlo en 2005, ya que venía de terminar El espíritu del mago y no tuve tiempo, pero sí pude presentarme en 2006 con Señores del Olimpo.
Recuerdo la noche de la entrega como un momento increíblemente emocionante… tal vez demasiado. En otros premios, el jurado se reúne días antes de la entrega y le comunica su veredicto al premiado por teléfono. En esta ocasión, estábamos allí varios de los finalistas más prensa, aficionados, muchísimos amigos… y el jurado seguía reunido y no terminaba de salir la fumata negra. Había un casi empate entre Rafa Marín y yo, pero finalmente la balanza se inclinó de mi lado. ¡Casi me da un infarto! Cuando recogí el premio y empecé a posar para las fotos, Rafa fue el primero que vino a felicitarme. Fue muy curioso: en 1991 participé, sin haber publicado nunca, en el primer premio de novela corta de la UPC, y entonces quedé finalista mientras que ganaron ex aequo Rafa Marín y Ángel Torres, a los que yo conocía y admiraba como lector. Y en 2006 gané yo y ellos dos fueron finalistas. Suelo bromear con que el padawan se convirtió en jedi, gracias al Minotauro ;—)”
Además el madrileño, que cuenta ya con una veintena de novelas publicadas (la última, ‘Odisea’, recién salida del horno), nos cuenta que el recibir el premio le ayudó bastante a escalar en su carrera literaria.
“La promoción y la distribución del premio me vinieron muy bien para subir un peldaño más en mi carrera literaria. La novela, por cierto, ganó el premio a la mejor novela extranjera de fantasía publicada en Francia en el festival Utopiales de 2008, de modo que aún me trajo alguna satisfacción más. Fue la primera vez que utilicé el mundo griego —en este caso el mitológico— para una novela larga, pero no la última. Precisamente ahora en Odisea, que acaba de publicarse, aparecen escenarios y personajes de Señores del Olimpo, aunque con un enfoque un tanto distinto. Lógicamente, me siento muy agradecido tanto al premio Minotauro como a la editorial en sí, en la que tengo publicadas, además, otras cinco novelas. Por eso me parece una noticia excelente que, después de no convocarse en 2018, vuelva a la vida este año. Creo que la fantasía y la ciencia ficción, que en tiempos no se consideraron respetables, se han convertido ya en mayores de edad y que impregnan con sus elementos de maravilla y anticipación otros géneros. Así que es estupendo que el premio fantástico por excelencia se convoque de nuevo. ¡Le deseo, por supuesto, larga vida y muchos éxitos!”
'Los sicarios del cielo', de Rodolfo Martínez (2005)
Este incómodo ropaje: Volume 2 (La Ciudad)
Ganador de un buen puñado de Ignotus, Rodolfo Martínez puede que sea uno de los escritores más veteranos (y laureados) en ganar un Minotauro. El asturiano, de hecho, ambientó 'Los sicarios del cielo' en el mismo universo de 'El abismo en el espejo' y el ciclo "La ciudad", dándonos a entender que estamos ante una fantasí urbana.
Republicada recientemente por Spórtula bajo el título de 'Este incómodo ropaje', la novela gira en torno a Remiel, dueño de un bar que se ve involucrado en el ataque a un proxeneta. Pronto nos encontraremos con un cóctel que incluye agentes el Mossad, samurais, sacerdotes y criaturas angelicales.
'Máscaras de matar', de León Arsenal (2004)
Máscaras de matar (Premio Minotauro 2004)
El honor de ser el primer ganador del Minotauro corresponde a León Arsenal, todo un veterano en el círculo de los relatos que empezaba a hacer sus pinos en el mundo de la novela, sobre todo histórica. De hecho, podemos considerar a 'Máscaras de matar' como un rara avis dentro de su faceta novelística.
En un mundo con magia, chamanismo y poderes inexplicables, nos encontramos con la historia de las gentes de la región de Seis Dedos, organizadas en una estructura social muy compleja. En este ambiente nos encontramos con Corocota, un cazador de cabezas Arma, en la tortuosa persecución de la anatemizada bruja Tuga Tursa.
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