¿Por qué el coronavirus ha afectado de forma desigual a las regiones de un mismo país? El grueso de ciudades más afectadas comparten una característica: son ricas. Madrid, Barcelona, Londres, Nueva York, Seattle, Milán. Nodos de transporte y epicentros de la economía. Grandes aglomeraciones transitadas a diario por millones de personas.
Y cuyo aire está sucio.
Impacto. ¿Ha podido jugar la contaminación un rol en el impacto de la epidemia? Un estudio provisional elaborado por investigadores de la Universidad de Harvard y centrado en las principales áreas metropolitanas de Estados Unidos lo sugiere. Una mayor concentración de partículas en la atmósfera de una ciudad cualquiera estaría relacionada con una mayor letalidad de la enfermedad.
¿Por qué? Por las características del COVID-19. Se trata de una enfermedad respiratoria cuya gravedad varía en función de la edad del paciente y de sus condiciones preexistentes. Las partículas y otras impurezas del aire derivadas de la contaminación tienen un impacto directo en el deterioro de nuestro sistema respiratorio. Regiones altamente contaminadas, así, serían más vulnerables al virus.
Cifras. Según los autores, incrementos marginales en la concentración de partículas finas podría aumentar la mortalidad del coronavirus hasta en un 15%. Un ejemplo: si durante las últimas dos décadas Manhattan hubiera reducido sus niveles de partículas en el aire a razón de un microgramo/metro cúbico por año, hoy Nueva York contabilizaría 248 muertos menos.
Importancia. ¿Correlación implica causalidad? La crisis desatada en ciudades como Madrid o Milán obedece a múltiples factores. La contaminación no es la responsable de la epidemia, pero sí ha podido contribuir a empeorarla. El estudio, ante todo, advierte sobre la necesidad de destinar recursos públicos (más camas UCI, más respiradores) en previsión de los factores ambientales de cada región.
Múltiples factores. Lo analizan nuestros compañeros de Xataka: las disparidades regionales en España son tan elevadas que la explicación sólo puede ser múltiple. Hay cierta correlación entre riqueza y número de fallecidos, pero otras posibles causas, como la densidad o las camas UCI, son más esquivas. Al fin y al cabo, la región aparentemente más afectada es una poco habitada, como Soria (y muy envejecida).
Más enfermos. Sí sabemos que la contaminación es un problema de salud pública. Uno que multiplica el riesgo de contraer determinadas enfermedades, como las respiratorias, críticas frente a una pandemia como la causada por el coronavirus. Y una que imprime un estrés especial a los sistemas de salud de las grandes ciudades, causando la muerte prematura de unas cuatro millones de personas en todo el mundo.
Imagen: GTRES