Los caprichos geográficos y medioambientales de Australia le han dotado de un ecosistema faunístico y floral incomparable. La isla cuenta con miles de especies endémicas, imposibles de encontrar en otros puntos del planeta. Muchas de ellas dan miedo. Mucho miedo. Esto es algo particularmente cierto para sus serpientes, pero también para algunos de sus insectos, muchos de ellos aún por descubrir y estudiar.
¿Qué hacen los científicos australianos cuando se topan con una nueva avispa gigante? Recurren al diccionario popular de nuestra era.
Marvel. Así es. La agencia científica nacional, CSIRO, acaba de anunciar el descubrimiento de 165 nuevas especies de animales y plantas. En la batería de hallazgos podemos encontrar a un buen puñado de insectos voladores. Resulta que, en un alarde imaginativo, algunos han recibido el nombre de los personajes más célebres de Marvel. No es algo del todo infrecuente en la comunidad científica, pero sí llamativo.
El listado. Así, caminando por el interior de Australia podremos encontrarnos con Deadpool, una libélula (humorolethalis sergius) destacada por su talento al asesinato y marcada por unas pequeñas manchas negras en su cabeza "que se asemejan a la máscara de Deadpool", según un entomólogo de la agencia. También con la Viuda Negra, una mosca (daptolestes feminategus) de impactante anatomía; o con Stan Lee, otra mosca (daptolestes leei) simpática por su bigote blanco.
Hermanos. Hay espacio para todos, incluidos Thor y Loki. El primero bautiza a una mosca de tonalidades rubias (daptolestes bronteflavus), y el segundo a otra de sibilina apariencia y razonable parecido con el personaje interpretado por Tom Hiddleston. Su nombre en latín es también un homenaje: daptolestes illusiolautus, una ilusionista elegante. Todos ellos compaginan un nombre común con otro científico. El primero tiene un objetivo claro. Llamar la atención.
Por qué. Lo explica una de las investigadoras autoras del homenaje, Juanita Rodríguez: "Hemos descubierto una nueva especie de avispa-araña que sólo se puede encontrar en un área muy afectada por los incendios de este verano, de modo que ahora podemos monitorizar su recuperación". Sin un nombre, las especies son invisibles a ojos de la ciencia (y de las autoridades que financian programas de investigación o recuperación). Darles nombres llamativos es una buena forma de redirigir recursos.
Tendencia. No es la primera vez que los científicos del CSIRO hacen algo parecido. El año pasado otra mosca recién descubierta fue bautizada como "Night King", en honor al todopoderoso villano de Juego de Tronos. Al igual que las actuales, el nombre tenía algo de relación con sus poderes: la mosca desarrollaba su actividad en invierno, contaba con una suerte de corona en espinas y convertía a sus víctimas en "zombies".
Azul y en botella. Dado que tan sólo un cuarto de los insectos endémicos de Australia han sido descubiertos y catalogados por la ciencia, es de esperar que en el futuro otras moscas y avispas alucinantes deban sus nombres a referencias de la cultura popular. Al fin y al cabo son más divertido que millones iteraciones del mismo nombre en latín.
