El pasado 1 de octubre, un hombre fue asesinado a tiros en Chicago. Tenía 27 años. La Policía lo encontró en North Park, uno de los distritos situados al norte de la ciudad. ¿Lo peor de todo? Que este no es un hecho aislado. Es más, ese mismo día también mataron a otro joven de 28 años. Fue en South Shore
.
Este es sólo un breve (brevísimo) resumen de lo que acontece en Chicago cada 24 horas. Porque el promedio es precisamente ese: dos asesinatos al día. En 2016 la ciudad estadounidense registró el año más cruento de sus casi dos últimas décadas y este 2017 va camino de igualarlo.
Año 2016, Chicago: 762 asesinatos
Tal y como reza este título… sí, Chicago registró la friolera de 762 asesinatos en 2016. Esto supone un 57% más que el año anterior, cuando hubo 496. En los diez meses que llevamos de 2017 la cuenta asciende ya a 530 homicidios.
Son cifras que resultan todavía más escandalosas si hablamos en términos comparativos. Madrid, que tiene casi la misma población que Chicago (3.1 millones de habitantes, frente a los 2.7 de la ciudad estadounidense), registró el pasado año 19 asesinatos. En otras palabras, en Chicago hay 28 homicidios cada 100.000 personas. En Madrid 0.6. Mismo porcentaje, por cierto, que el de Barcelona.
Pero si vez de irnos a Europa nos quedamos en EE.UU... Chicago sigue siendo la ciudad de más de un millón de habitantes con mayor tasa de homicidios por cada 100.000 personas. La diferencia es, además, sustancial.
Fue en enero de 2016 cuando los asesinatos de Chicago han vuelto a suponer un verdadero quebradero de cabeza para las autoridades, tanto a nivel regional como estatal. Aquel mes hubo un incremento interanual de homicidios de casi el 70%.
Desde entonces policías, criminólogos, el laboratorio de crimen de la universidad de Chicago y un largo etcétera están tratando de encontrar una explicación que dé respuesta a esta escalada de violencia.
Factores a estudiar: la tenencia de armas, sus leyes y la táctica policial
Chicago es una de las zonas donde el acceso a cualquier tipo de munición siempre ha estado fácilmente disponible en jurisdicciones cercanas debido al tráfico de armas. La ciudad colinda con Indiana y Wisconsin, dos de los estados con las leyes de armas menos estrictas. En Wisconsin no hace falta un permiso para la compra de munición. En Indiana ocurre lo mismo. Además, las ventas tampoco quedan registradas y no se requiere una verificación de antecedentes.
De hecho, un estudio de la Policía de Chicago ya demostró que un 60% de las armas ilegales de la ciudad provenían de otros estados.
Esto se suma a que las leyes en Chicago han dejado de ser tan estrictas. Anteriormente, la ciudad tenía prohibida la venta de armas de fuego dentro de sus límites, hasta que en 2014 un juez tumbó esa norma. Ahora sus leyes no son tan prudentes como las de otras grandes ciudades de EE.UU. Por ejemplo, los habitantes de Chicago no están obligados a registrar sus armas, mientras que en Nueva York y Los Angeles, sí. Además, en Chicago, la pena por la posesión de armas ilegales prescribe en un mínimo de 12 meses. En NY, el vencimiento es de unos tres años y medio.
Hablamos, pues, de una ciudad donde más de un 90% de los asesinatos que se cometen son producidos con armas de fuego.
Ese porcentaje de asesinatos es superior en Chicago que en otras metrópolis estadounidenses como Nueva York, Los Ángeles, Houston o Philadelphia, según datos del Laboratorio de Crimen de la Universidad de Chicago.
Y si hablamos del total del número de homicidios... Nueva York y Los Ángeles han conseguido desde la década de los 90 reducir su tasa de asesinatos de forma considerable. Varios rotativos estadounidenses apuntan a que una de las causas de este descenso en NY ha sido un cambio en las tácticas policiales.
Por ejemplo, aquí el New York Post, citando a las autoridades, dice que tan sólo el 8% de los policías en la urbe de Illinois trabajan como detectives. En Nueva York, son casi el doble. Además, este estudio realizado por el Chicago Tribune constató que en agosto de 2016, de los más de 400 asesinatos que se habían producido, las autoridades de la ciudad sólo habían conseguido resolver 92 casos.
Por lo pronto, la ciudad de Chicago ya ha optado por ampliar el conocido programa Compstat, que se sirve de estadísticas para analizar la tendencia del crimen y que fue instaurado por la Policía de NY en 1995.
Segregación racial: un 94% de las víctimas son de raza negra o latinas
Además de la tenencia de armas (en España está totalmente prohibido), otro de los factores diferenciales entre Madrid y Chicago es la enorme segregación racial que registra la ciudad estadounidense.
En Chicago, un 78% de las víctimas son afroamericanas y un 16%, latinas, según datos del Laboratorio de Crimen de la Universidad de Chicago. No sólo eso sino que buena parte de los homicidios que se comete en Chicago se produce en los distritos con más segregación racial. La siguiente imagen lo muestra de manera más detallada: a la izquierda el número de asesinatos por distritos; a la derecha, la distribución de la población de raza negra por distritos.
En cualquier caso, la violencia que vive Chicago ya ha despertado la voz de alarma a nivel nacional. El Laboratorio de Crimen de la Universidad de Chicago ha elaborado un informe de una treintena de páginas en las que aseguraba que explicar el auge de asesinatos en Chicago es altamente complicado.
Y es que según detalla en su escrito, no hay una razón explícita que responda a los porqués. Ni la segregación racial se ha profundizado en exceso, ni el acceso a armas ha incrementado súbitamente. Por su parte, sí que relaciona el salto en los homicidios con una serie de acontecimientos de trascendencia como la publicación del vídeo en que la Policía mata a Laquan McDonald con la consiguiente investigación del Departamento de Justicia de EEUU a la Policía de Chicago.
Europa frente a EE.UU: quita la posesión de armas y obtendrás una tasa de asesinatos 25 veces menor
No hay ninguna ciudad al otro lado del Atlántico que se acerque ni lo más mínimo a las cifras de Chicago en particular ni de EE.UU., en general. De las urbes europeas con más población, París es la que registra las estadísticas más altas. Según Eurostat, en 2015 la capital francesa tuvo 175 víctimas por homicidio. Esto se traduce en 7.8 cada 100.000 personas.
Al igual que Nueva York o Los Ángeles, la capital francesa ha visto reducir, y mucho, su número de asesinatos, tal y como detalla aquí Le Figaro. El problema es que ahora esas cifras están volviendo a aumentar. ¿La causa? París está siendo durante estos últimos años objetivo de atentados terroristas y esto está engordando los números considerablemente.
Aún así, como vemos en el gráfico, ninguna de estas ciudades supera los 10 asesinatos cada 100.000 personas. Son datos, pues, que están muy por debajo de las estadounidenses. Y mucho de esto tiene que ver con la tenencia de armas, donde los números hablan por sí solos.
Según datos de Small Arms Survey, Estados Unidos es el país que mayor número de armas tiene por cabeza. Tiene más de un centenar cada 100 personas. El segundo es Yemen con casi 60. Alemania tiene, por ejemplo, unas 30 cada 100 habitantes. España unas 10. Además, atendiendo a las cifras de homicidios con armas de fuego, Estados Unidos tiene, en este aspecto, una tasa 25 veces mayor en comparación con el resto.
En el caso de EE.UU, lo que ocurre es que hay unos cinco Estados que concentran buena parte de las armas del país. Wyoming es el que más despunta con 195 cada 1.000 personas. Le siguen Columbia (66), Arkansas (41) y Nuevo México (40,5). Otros 40 estados no llegan ni a 15 armas por 1.000 habitantes.
Pese a todo, la Unión Europea sigue con los ojos puestos en el crimen organizado de Europa. Buena parte de las causas de éste son el tráfico de drogas, bandas de ladrones, tráfico de migrantes y tráfico de personas. Pese a todo, sus números en este aspecto siguen estando muy por debajo de otras zonas como las del sur de América.
Latinoamérica, la región más violenta del planeta
De las 50 urbes con mayor número de homicidios todo el planeta, un 86% se encuentran en Latinoamérica, según datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la droga y el delito (UNODC). Hablamos de una región con una enorme desigualdad, crimen organizado, con enormes tasas de narcotráfico, secuestros y, al igual que en Estados Unidos, un alto número de armas de fuego.
Desde la ONU, el Banco Mundial y UNODC, llevan tiempo intentando ver cómo frenar la oleada de violencia que sufren desde hace años a estas áreas.
La ciudad que mayor número de homicidios tiene cada 100.000 personas es Caracas. Concretamente, 130.3. Pero no sólo la capital de Venezuela, sino el país en sí lleva lustros con unas tasas de crimen preocupantemente altas. Este artículo de la BBC se encarga de desgranar algunas de las causas.
Según el medio británico, un punto de partida en Venezuela podría ser lo que se conoce como el viernes negro con la devaluación del bolívar. Entonces, la economía comenzó a pender de un hilo y la brecha social se agravó. Eso sumado a la revolución bolivariana, un clima de inestabilidad política y la importación de armas. De hecho, 8 de cada 10 asesinatos en Venezuela se producen con arma de fuego, según datos del Observatorio Venezolano de Violencia. En Magnet ya hemos hablado, en más de una ocasión, sobre la difícil situación que atraviesa Venezuela, puedes verlo aquí o aquí.
El de Caracas es un caso más o menos parecido al de Acapulco, en México. Esta ciudad, que no llega ni al millón de habitantes, tuvo en 2016 unas 918 víctimas por asesinato. Es decir, 113.24 cada 100.000 personas. Según este editorial de La Nación, la principal causa del crimen en México son las bandas de narcotráfico que “no sólo pelean a sangre y fuego por el control de un negocio que no deja de proporcionarles cuantiosas utilidades y por rutas privilegiadas”.
Venezuela y México. Caracas y Acapulco. El caso es que ambas urbes o países sirven como fotografía de lo que ocurre en la mayoría de ciudades de Latinoamérica. Brasil, Colombia o Guatemala las siguen muy de cerca, como vemos en el gráfico anterior. Desde el Banco Mundial ya avisaron: la violencia en Latinoamérica se trata de un problema con tintes epidémicos.