Cisma en el vino riojano: por qué algunas bodegas alavesas han roto con la Denominación de Origen

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Es conocido el limitado reconocimiento del que disfrutan los vinos españoles en los mercados internacionales, al menos en comparación a sus pares franceses e italianos. Hay una excepción a esta norma: las denominaciones de origen Ribera de Duero y Rioja, depositarias de unas señas de identidad, prestigio y calidad muy por encima del resto de regiones vinícolas españolas. Sendas DO proyectan y ensalzan el valor de cualquier vino. ¿Quién querría independizarse de ellas, pues?

"Nosotros", responden al otro lado del Ebro un grupo de productores de la Rioja alavesa.

La historia. La desarrolla en detalle El País: una cuarentena de bodegas desea comercializar sus vinos bajo la etiqueta Arabako Mahastiak/Viñedos de Álava, independientemente de la DO Rioja. La proposición es firme, ha sido aprobada por el gobierno vasco y ya está en la mesa del Ministerio de Agricultura, responsable de trasladar la propuesta a la Comisión Europea. Por el momento, los productores díscolos podrán etiquetar sus vinos como "Viñedos de Álava". Si la CE resuelve en su favor, podrán exportar las botellas con su nueva marca, al margen de Rioja.

Dimensiones. Se trata de una ruptura que se remonta varios años en el tiempo pero que sólo ahora está al borde de la resolución. La DO Calificada, el verdadero objeto de disputa, ya ha anunciado que recurrirá su aprobación, si llega, en los tribunales. Todo ello pese a lo relativamente pequeño de la disputa: las bodegas sediciosas representan 14 millones sobre el total de 75 millones facturado por los productores alaveses en 2020; a su vez un porcentaje pequeño sobre los 235 millones vendidos por la Denominación de Origen en su conjunto a lo largo del año.

En total, apenas un 6% de todo el vino Rioja. Ni siquiera la totalidad de las bodegas alavesas son partidarias de la ruptura. ¿Tan grave es?

La clave. La respuesta es sí, pero sólo por el precedente que sienta. Los argumentos de Viñedos de Álava resultarán familiares: que si un clima singular, que si unos usos geográficos e históricos diferenciados, que si formas de recoger y transformar la uva particulares. En el fondo subyace una batalla por el control del Consejo Regulador, donde las bodegas alavesas, más pequeñas, son minoría frente a los productores riojanos y los principales conglomerados de la región. En este reportaje del año pasado uno de los bodegueros rupturistas lo expresaba con claridad:

El Consejo regulador está controlado por empresas que manejan volúmenes de producción elevados y su modelo de negocio, y sus precios de mercado son incompatibles con los de las explotaciones familiares.

El argumento. De fondo subyacen críticas bastante antiguas al funcionamiento de la DOC. Las bodegas alavesas piden formas más modernas de categorización y comercialización, salir del sistema crianza-reserva-gran reserva y apostar por denominaciones más localizadas y particulares. Sucede que esto es algo que la DOC ya ha hecho. En 2019, por ejemplo, se abrió la clasificación "Viñedos Singulares", distinguidos por sus "características agroecológicas y climatologías propias". Hoy son 121 proyectos los incluidos ya bajo la etiqueta, para un total de 200 hectáreas (sobre 67.000 en toda la DOC, muy poco).

También existen ya denominaciones subregionales (Rioja Alavesa, Rioja Alta y Rioja Baja) y una definición un tanto amplia de los terrenos que abarca la DO (hay un municipio en Burgos y ocho en Navarra, más allá de La Rioja y la provincia de Álava tradicionales). Por denominación, las DOC son instituciones antiguas y conservadoras, pero también Rioja se ha ido abriendo a nuevos tipos de uva y elaboraciones más vanguardistas (las "variedades experimentales" que llevan una década circulando).

Disputa por el dinero. El debate sobre las facilidades o dificultades que plantea la DOC es muy antiguo y subyace en las inseguridades propias de los productos españoles en el mercado internacional (más populares a granel, baratos, que embotellados; también sucede con el aceite). La DOC facilitó las exportaciones. Hoy exportar es más sencillo lejos del paragüas "Rioja", lo que ha empujado a los bodegueros alaveses a romper la baraja. También hay disensión en los cupos (Viñedos de Álava quiere recudir el rendimiento de las viñas a 6.000 kilos/hectárea, frente a los 6.500 de Rioja).

Todos amigos. En un proceso de creciente internacionalización de la marca Rioja, la más exitosa fuera de nuestras fronteras, Viñedos de Álava ha entrevisto una oportunidad. Pero también cierta zona de confort. La futura DOP permitiría la convivencia en una sola bodega de dos denominaciones de origen distinta (Rioja y Álava), lo que les permitiría independizarse manteniendo las ventajas de la marca madre. Esto, como es lógico, espanta a los bodegueros riojanos (los alaveses tendrían que elegir: o Viñedos de Álava o Rioja). Esto también ofrece pistas sobre el bajo grado de diferenciación que ambas DOP plantearían en su salida al mercado.

Como explicaba David Palacios, presidente de la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas, en esta entrevista:

Las denominaciones de origen son figuras de calidad para nuestros vinos. Una nueva ha de tener unas características especiales y diferentes con las que ya existen en cuanto a viñedos, clima, suelo, bodegas, viticultores... Si cumplen esas condiciones, adelante. Pero hacer una escisión de algo que ya existe no se puede considerar una nueva denominación.

La defensa. Viñedos de Álava defiende lo contrario: se permitiría una maceración carbónica en la elaboración; se impediría la vendimia mecánica y los sacauvas; y se limitaría el uso de sauvignon, chardonnay o verdejo, permitiendo la moscatel. También se defienden apuntando a Burdeos, donde la DOC opera como paragüas de varias sub-regiones comercializadas y explotadas como tal (Pauillac, Margaux o St-Julien para el Médoc; Pessac-Léognan para Graves); Pomerol y Saint-Émilion para el Libournais; y así sucesivament). Por ahí camina la propuesta del PNV.

El precedente. ¿Suficientes atributos para diferenciar la DOC alavesa? La Comisión Europea decidirá. El relato de Viñedos de Álava camina más en paralelo con el precedente de ruptura con una denominación de origen más célebre, el de los supertoscanos. Aquí se relata su historia. Desde principios de los '70 y hasta mediados de los '90, varias bodegas y productores rompieron con Chianti y comenzaron a producir vinos bombásticos, al estilo bordelés, en las antípodas de la finura de la uva sangiovese, para posicionarse en el mercado de lujo internacional. Les funcionó y a día de hoy marcas como Tignanello siguen siendo míticas.

Aquellos vinos rompieron con las rigideces de un consejo regulador, entonces sí, muy anquilosado, e introdujeron nuevas uvas (francesas) y mezclas y nuevas técnicas de procesado y envejecimiento. Fue una ruptura real, pero también eran otros tiempos. Muchos de aquellos vinos, tras venderse como "de mesa" durante años, entraron en IGT o regresaron a la DOC tras las reformas introducidas a partir de los '90. Algunas, quizá el referente remoto de los alaveses, consiguieron su propia DOC (Bolgheri Sassicaia, la única DOC para una sola finca).

Imagen: SGFP/GTRES

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