¿La desigualdad va a peor? No para todos: los países pobres están cada vez más cerca de los ricos

Calles de la ciudad de Varanasi, India.
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La economía mundial ha vivido un cambio radical durante las últimas décadas. En Magnet hemos hablado de cómo se desarrolla e influye la desigualdad en la riqueza dentro de los países, pero a menudo surgen preguntas sobre las consecuencias distributivas a nivel global. ¿Se ha convertido el mundo en un lugar más o menos igualitario? Responder a este tipo de preguntas sobre la desigualdad global es difícil, ya que los datos de distribución en todo el mundo no siempre están bien medidos o son comparables entre países y épocas, principalmente por el diferente contexto político de cada región en la tierra.

No obstante, multitud de estudios que han estimado una distribución global del ingreso de los hogares combinando la información disponible de las encuestas de hogares, las cuentas nacionales y los registros fiscales administrativos sugieren que la desigualdad global ha disminuido desde los años 70, acrecentándose en los 90. Y el factor clave detrás de este desarrollo parece haber sido la convergencia de ingresos entre los países más pobres y más ricos.

Evolución. Desde la Segunda Guerra Mundial, la suerte económica de los países más pobres ha sido una de las principales preocupaciones de la investigación económica y la formulación de políticas, lo que se ha vuelto más urgente por el hecho de que los países en desarrollo se han quedado aún más rezagados que sus homólogos más ricos: el fenómeno de la divergencia económica.

En 1950, el ingreso per cápita en los Estados Unidos era 17 veces mayor que en la India en términos de paridad de poder adquisitivo. En 1990, esa proporción había aumentado a casi 30 veces la diferencia de ingresos. Los países ricos y pobres parecían estar creciendo en mundos diferentes. Sin embargo, para 2017, la proporción de respecto al PIB per cápita de la India se había reducido a solo 9:1. Pero no es el único país. La divergencia incondicional ha cambiado de rumbo hacia una nueva convergencia.

Los estudios. Según la investigación The New Era of Unconditional Convergence, que recoge análisis de diferentes épocas, realizada por profesores de Harvard y del Centro de Desarrollo Global, los países más pobres se han ido acercando a los más ricos, aunque lentamente, desde mediados de la década de 1990. Esta nueva era de convergencia no se deriva principalmente de la moderación del crecimiento en el mundo rico sino más bien del crecimiento acelerado en el mundo en desarrollo, que al mismo tiempo se ha vuelto notablemente menos volátil y más persistente.

Comparación de la desigualdad de ingresos entre países desde 1960 a 2000 y desde el 2000 hasta 2019. Comparación de la desigualdad de ingresos entre países desde 1960 a 2000 y desde el 2000 hasta 2019. El eje horizontal muestra el logaritmo natural del PIB real per cápita de la versión 10.0 de Penn World Tables., Y el eje vertical muestra el crecimiento real anual promedio durante el período indicado. Las áreas sombreadas representan un intervalo de confianza del 95% alrededor de la línea de regresión.

Podríamos decir que el crecimiento económico ahora se caracteriza sin ambigüedades por una convergencia incondicional. El desempeño estelar de un grupo seleccionado de países en desarrollo desde las décadas de 1960 y 1970, especialmente en el este de Asia, ha sido durante mucho tiempo objeto de estudio y debate. Pero el hecho de que una gran proporción de países en desarrollo haya comenzado a crecer más rápido que los países avanzados y a un ritmo acelerado comenzó a notarse hace una década.

Convergencia. La reciente convergencia entre países no se debe a que las naciones avanzadas reduzcan su rendimiento de crecimiento, sino más bien a que los países en desarrollo aumenten el suyo. Esto es cierto incluso en el período posterior a la crisis financiera mundial. Esencialmente, el crecimiento entre los países ricos se ha mantenido estable a lo largo del tiempo; por el contrario, el crecimiento de los países pobres ha aumentado.  El 42% de los países de bajos ingresos experimentaron una tasa de crecimiento promedio negativa durante la década de 1980 en comparación con el 16% de ese grupo en las décadas de 2000 y 2010.

La trampa de los ingresos medios. Algunos economistas y expertos han mencionado la trampa de los ingresos medios para explicar este fenómeno. Una manera de hablar de las economías apretujadas entre los competidores de países pobres de bajos salarios que dominan industrias inmaduras y los innovadores de los países ricos que dominan en industrias en desarrollo.

Pero el estudio revela que el crecimiento transversal en el período de convergencia exhibe un patrón de U invertido. Es decir, mientras que los países de ingresos medianos y bajos han crecido más rápido que las economías avanzadas desde la década de 1990, los países de ingresos medianos han crecido constantemente más rápido que todos los grupos, incluso los países de ingresos bajos, desde la década de 1980. Este sólido desempeño de ingresos medios, más trampolín que trampa, bien puede haber oscurecido el hecho y la velocidad de la convergencia.

En coeficiente Gini. El estudio Global Earnings Inequality 1970–2018, de Olle Hammar y Daniel Waldenström, se propuso desentrañar la desigualdad global utilizando datos sobre los ingresos laborales en la población activa durante los últimos 50 años para estimar la tendencia del desarrollo entre 1970 a 2018. Para ello midieron la evolución de la desigualdad global de ingresos entre ese periodo de tiempo en medidas de Coeficiente de Gini (una forma de medir la distribución desigual) para tres conceptos diferentes de ingresos: ingresos anuales brutos, ingresos anuales netos y salarios netos por hora.

Evolución del coeficiente gini desde 1970 a 2018. Evolución del Coeficiente Gini desde 1970 a 2018. Cálculos basados ​​en ingresos ajustados por la paridad de poder adquisitivo utilizando los niveles de precios de UBS en 2015, ponderados por la población en edad de trabajar e incluyendo a los desempleados. Los ingresos se refieren a los ingresos anuales y los salarios a los ingresos por hora.

Al observar las tendencias durante el período, las tres medidas ofrecen una imagen similar. La desigualdad global de ingresos se mantuvo prácticamente plana durante los años setenta, ochenta y noventa. Durante estas tres décadas, el Coeficiente de Gini de las ganancias netas globales se mantuvo estable en torno a 65. Luego se registró una gran disminución durante las décadas de 2000 y 2010. La caída durante este período es considerable: las ganancias netas Gini se redujeron de 65 en 2000 a 50 en 2018, es decir, 15 puntos en dos décadas. Una muestra de que la desigualdad global de ingresos es mucho menor desde entonces.

Gráficos: The New Era of Unconditional Convergence / Global Earnings Inequality, 1970–2018

Imagen: Unsplash

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