No es ningún secreto que el mundo es hoy un lugar mucho más cálido de lo que lo era a principios del siglo XX. Para entonces la revolución industrial ya había comenzado a aumentar la media de las temperaturas globales, pero nada comparable con el estado actual: siglo y medio después de la revolución industrial en Europa, el mundo es cada vez más industrial, más urbano y cada vez quema más combustibles fósiles.
¿Quién paga el pato? A largo plazo, nosotros. A corto plazo, el hielo. Tanto en el Ártico como en la Antártida se está evaporando, y tan sólo proyectos de escala surrealista pueden ya detener o revertir el proceso. Pero también sufren los glaciares de montaña: antiguos neveros permanentes que habían permanecido en las cordilleras durante siglos y que en el plazo de apenas cien años han retrocedido de forma dramática.
Por fortuna, hay fotografías para documentarlo. Es la idea que ha sobrevolado el proyecto "Repeat Photography" de la United States Geological Survey. En ella, la agencia gubernamental compara con fotografías de más de un siglo de distancia cómo eran los glaciares en 1913 y cómo son hoy. Las imágenes abarcan toda clase de glaciares de montaña y se han tomado desde los mismos puntos de vista. A menudo, hay más de dos.
Es un proceso que sirve para mostrar de forma gráfica hasta qué punto nuestro modelo económico y productivo tiene consecuencias en el medio ambiente (a menudo impredecibles). Los glaciares han sufrido un especial retroceso en los últimos diez años, como atestiguan las imágenes tomadas a mediados de la pasada década (y comparadas con las actuales). El resultado es un viaje fascinante pero también preocupante a través de los parques naturales de América del Norte y de sus vetustos, amenazados glaciares.