Me cuesta concebir la idea de que haya alguien que no sepa que exista el 'Pressing Catch', aunque seguro que no son pocos los que lo conocen por un nombre muy diferente al que Telecinco decidió darle en España allá por los 90 a las emisiones de WWE, la gran empresa detrás de un formato televisivo que combina las peleas con unas historias más o menos inspiradas para justificar que haya dos o más personas dándose de leches en el interior de un ring.
Sin embargo, el grado de conocimiento hacia el wrestling varía de forma notable en función de cada persona y con este artículo busco ofrecer una guía para los novatos que en mi opinión podrían llegar a disfrutar con lo que nos ofrece WWE si le dieran una oportunidad, pero también para aquellos que fueron fans en su momento y dejaron de verlo y no me olvido de los seguidores de toda la vida que lo siguen tan o más activamente que quien esto escribe.
¿Realmente merece la pena?
Estoy convencido de que hay muchas personas que únicamente conocen el ‘Pressing Catch’ por Hulk Hogan y quizá The Rock que podrían disfrutar mucho con el wrestling, ya que no deja de ser una mezcla muy saludable entre competición deportiva y ficción televisiva. El problema es que muchos usan esa peculiaridad para atacarlo diciendo que los luchadores no se pegan de verdad y que encima el resultado del combate está amañado, algo que puedo entender que moleste a aquellos que incluso apuestan su dinero por cierto resultado, claro que ahí ya es culpa tuya el desconocer la realidad del asunto.
La cuestión es que si nos ponemos finos podemos utilizar argumentos similares para atacar casi cualquier entretenimiento televisivo, pero lo que uno debería tener claro sobre el ‘Pressing Catch’ es que la mejor forma de definirlo es hablando de un culebrón para hombres en el que la práctica totalidad de las tramas se resuelven a golpes. ¿Cuál es exactamente la diferencia respecto a otra serie de televisión en el hecho de que alguien haya decidido de antemano quién es el ganador?
Sospecho que los amantes de los deportes no dejan de ver en el ‘Pressing Catch’ una especie de prostitución de algo que tanto les gusta, de ahí que muestren una mayor predilección por el boxeo o las artes marciales mixtas, donde los golpes son muy reales aunque luego a veces sean la base para grandes decepciones como el combate entre Mayweather y Pacquiao. No obstante, me cuesta aceptar que se desacredite de esa forma al wrestling cuando lo único que hacen es controlar el efecto de los golpes para evitar accidentes y sólo en casos muy llamativos no llegan a pegarse de verdad.
Los motivos para darle una oportunidad
Está claro que el wrestling no es plato del gusto de todo el mundo y que, como he comentado, tiene que hacer frente a varias quejas recurrentes que algunos simplemente no pueden ignorar, pero seguro que algunos de vosotros habéis tenido curiosidad sobre la posibilidad de que os guste y no habéis decidido hacer solucionarlo. Pues bien, estas son las claves que debéis tener en cuenta sobre si podrías pasar un gran rato con el ‘Pressing Catch’:
Es un pasatiempo en el que siempre se da alguna explicación a las peleas y hay un equipo de guionistas haciendo todo lo posible por idear historias que seduzcan a la mayor cantidad de público posible. Como es lógico, habrá algunas tramas que nos importen bien poco y que simplemente podremos ignorar, pero en WWE siempre acaban dando con las teclas adecuadas en alguna ocasión para ofrecernos una rivalidad que realmente nos interese, creando así algún tipo de conexión emocional que ayuda a que el “simple” entretenimiento pase a otro nivel.
El carisma de los luchadores es algo que se tiene muy en cuenta, ya que incluso WWE, la compañía detrás de lo que en su día conocimos por el nombre de ‘Pressing Catch’, se define como entretenimiento deportivo, por lo que es genial si pueden darnos una pelea que nos deje asombrados, pero lo realmente importante no es eso. La consecuencia de ello es que, salvo afortunadas casualidades, no vamos a encontrar a los mejores luchadores, pero sí a aquellos con suficiente gancho para atraer nuestro interés.
El realismo de las peleas es algo que intenta cuidarse al máximo, lo cual no quiere decir que haya ciertos golpes o momento que den una clara sensación de estar diseñados de antemano en lugar de formar parte de una evolución fluida y natural de un combate. Justo encima de este párrafo tenéis el que está considerado como una de las mejores peleas de la historia, y ya os aviso que serán pocas las veces que vais a ver algo de ese nivel, pero casi siempre hay al menos destellos de genialidad y de vez en cuando podemos ver muy buenos combates en los que lo que menos importa es quién acaba llevándose la victoria.
El sentido del espectáculo es algo que está cuidado al detalle, contando para ello con montadores de primera para ver maravillosas promociones de los combates; y es que hay algunas que he visto incluso tantas o más veces que la mejor de las peleas. Las propias entradas de los luchadores al ring son muy vistosas, alcanzando otro nivel durante los PPVs, y el trabajo de realización suele ser impecable, potenciando las virtudes y empequeñeciendo en la medida de lo posible los fallos que van sucediéndose.
Ya os aviso que son –muy- pocas las veces en las que todas las virtudes alcanzan su máximo esplendor de forma simultánea, pero no se me ocurre ni una sola vez en las que todas hayan fallado a la vez, por lo que incluso en sus horas más bajas –y ha habido algunas épocas especialmente flojas- hay algo que te permite disfrutar siempre y cuando aceptes que el ‘Pressing Catch’ es lo que es, tanto para lo bueno como para lo malo.
Todo eso está muy bien, pero yo fui fan y dejé de verlo
Ha habido muchas personas que en un momento u otro de sus vidas fueron fans de ‘Pressing Catch’ y que luego acabaron abandonando su visionado. No pocos serán los que recuerden con añoranza esa etapa a principios de los noventa televisada por Telecinco con luchadores tan carismáticos como Hulk Hogan, El Último Guerrero, El Enterrador, El hombre del millón de dólares o Los Sacamantecas. Fue un boom indiscutible que llevó a infinidad de chavales a hacer sus propios combates con las figuras que aparecían a la venta.
El problema es que se fue casi tan rápido como llegó, ya que las numerosas quejas de diferentes asociaciones de padres y madres, creando un vacío en nuestro país que, salvo en ocasiones muy puntuales, se alargó hasta que Cuatro decidió recuperarlo en el 2006, dando pie poco después a un segundo boom que también hace ya tiempo que llegó a su fin. Seguro que muchos se preguntarán que sucedió durante todo ese vacío, y no es para menos, ya que los mejores años de ‘Pressing Catch’ se encuentran durante ese vacío.
Lo primero que hay que saber al respecto es que los personajes tan exagerados fueron perdiendo peso de forma progresiva en beneficio de un acercamiento algo más realista que no terminó de cuajar. De ahí que a mediados de los noventa se produjese un bajón de interés que estuvo a punto de llevar a WWE a la quiebra cuando WCW, su gran competidora que incluso llegó a emitir muy brevemente en España y durante la madrugada en el año 2.000, empezó a ganar popularidad tras conseguir que Hulk Hogan se volviese uno de los malos.
La reacción de WWE no se hizo esperar y respondieron ante WCW con sus mismas armas: Un contenido más adulto que también disparó su popularidad. Lo cierto es que ni el mayor fan del ‘Pressing Catch’ puede negar que se trata de un entretenimiento de nicho, pero a finales de los 90 y principios del nuevo milenio se convirtió en uno de los pasatiempos más queridos por el público americano, en parte gracias a ese paso adelante para evitar hundirse, que fue finalmente lo que sucedió con WCW en 2001 tras varios años perdiendo seguimiento a marchas forzadas.
Si estás interesados en esa época, que fue cuando The Rock entró en la compañía, pero también cuando Stone Cold Steve Austin consiguió una fama equiparable a la de Hulk Hogan en su momento, también el momento en el que El Enterrador alcanzó su madurez como luchador y todo ello aliñado con la aparición de otros luchadores míticos como Mick Foley, Triple H o Chris Jericho, os recomiendo buscar la serie de documentales titulada ‘The Monday Night War: WWE vs. WCW’ para luego indagar con mayor profundidad en lo que realmente os haya interesado de lo que allí os contarán.
Heridos por su propio éxito
Por desgracia, la falta de competencia hizo que en WWE fueran dejando atrás ese acercamiento más adulto al producto, aunque el interés del producto se mantuvo durante un tiempo gracias a luchadores como Kurt Angle, también presente en la etapa anterior, o Brock Lesnar, una bestia sobrehumana cuya mera presencia ya debería acojonar hasta al más valiente. El problema es que Steve Austin tuvo que retirarse prematuramente y The Rock acabó dejando la compañía, aunque posteriormente regresaría en varias ocasiones, para convertirse en una estrella de Hollywood -y no ha sido el único en intentarlo-.
Llegamos entonces a los meses anteriores a su desembarco en Cuatro, pues fue entonces cuando se consumó el ascenso al estrellato de John Cena y Dave Batista, dos luchadores que todos aquellos que disfrutasen de su regreso a las emisiones en abierto en nuestro país conocerán bastante bien. Fue el primero quien acabó erigiéndose como el número uno de la compañía, pero también el que ha provocado el desencanto de una enorme cantidad de fans, ya que fue el que mejor representaba la puesta de WWE por centrar sus esfuerzos en el público infantil.
Eso fue algo que ayudó lo suyo a que muchos chavales españoles conectasen con el ‘Pressing Catch’, pero fue otro boom breve, pues ya en 2009 bajó su seguimiento y Cuatro decidió prescindir del entretenimiento deportivo de WWE en 2010. La casualidad quiso que Batista decidiera abandonar la compañía ese mismo año porque no le gustaba el rumbo que estaba tomando la empresa, ya que esa fue la época en la que todo estaba más encaminado a los niños y resultaba complicado encontrar historias interesantes a todo aquel que buscase otra cosa.
Pasos en la buena dirección
Aún tuvieron que pasar un par de años hasta que WWE empezó un proceso de regeneración interna con la llegada de nuevos luchadores que han dado una nueva vida al producto, consiguieron recuperar para la causa a varios fans que abandonaron en su momento. Eso ha ido yendo paulatinamente a más prácticamente coincidiendo con la recuperación de ‘Pressing Catch’ por parte de Atresmedia en 2013 tras un breve paso por Marca Tv. Eso sí, entonces abandonó su mítico título español para apostarse por un nombre más correcto y genérico: Wrestling.
No voy a engañaros, pues a veces sigue siendo frustrante ver cómo cogen una gran idea y la destrozan por completo o también ver que surge un luchador con muchas posibilidades y ellos parecen empeñados en evitar que desarrolle todo su potencial. Lo que tampoco voy a negar es que durante los últimos tiempos han conseguido un equilibrio más estimulante en el que quizá lo único que realmente falla es no hay personajes tan memorables como los de finales de los 80 y principios de los 90, pero es que los tiempos han cambiado.
Otro aspecto que debéis saber es que en 2014 se lanzó WWE Network, una especie de Netflix centrado específicamente en el ‘Pressing Catch’ que permite el acceso a vídeos de cualquier época, los programas de la liga de desarrollo y también el visionado de los PPVs por una cuota mensual de 9,99 dólares. Además, ha habido varias ocasiones en las que han dado un mes de prueba gratuito y seguro que volverán a hacerlo, por lo que es la ocasión ideal para reengancharos al producto actual o para echar un vistazo a lo que se hizo en otras épocas, tanto en las que ya seguisteis en su momento como aquellas que no visteis.
¿Por dónde empezar si quiero reengancharme?
Resulta complicado señalar qué es lo que deberíais ver de todos esos años sin saber exactamente qué fue exactamente lo que os conquistó de ‘Pressing Catch’ en su momento, pero voy a recomendaros cinco historias concretas en las que todo buen fan debería profundizar en un momento u otro. Además, son una buena y variada forma de saber si realmente os compensar volver a engancharos haciendo el esfuerzo previo de familiarizaros con algunos de los luchadores actuales que debéis conocer sí o sí.
La trilogía de combates de Steve Austin y The Rock en Wrestlemania, la Superbowl del Wrestling. En realidad cualquier interacción entre ellos merece la pena, pero sus peleas en Wrestlemania 15, 17 y 19 son algo que nadie puede perderse y una buena forma de empezar en esa época de esplendor del wrestling y luego ir profundizando más. Tampoco es mal comienzo la rivalidad entre Austin y Bret Hart, con su combate en Wrestlemania 13 como la pelea que debes ver sí o sí.
El auge de Brock Lesnar en 2002. Ya he mencionado más atrás la bestia sobrehumana que es Lesnar, algo que en WWE supieron ver, convirtiéndole en campeón mundial cuando únicamente llevaba 126 días en el roster principal. La buena noticia si os gusta Lesnar es que actualmente sigue en la compañía tras pasar casi una década alejado de WWE. Eso sí, sus apariciones son muy limitadas.
El oportunismo de Edge, el mejor rival que jamás ha tenido John Cena. Si nos remontamos a 2005, veremos que fue cuando WWE convirtió en campeón mundial a John Cena, pero apenas unos meses después ya empezó a recibir algunos abucheos, lo cual se convirtió en una constante a lo largo de su carrera. Sin embargo, a principios de 2006 comenzó una larga rivalidad de con Edge, quien consiguió dar vida a un villano tan magnífico que el público volvió a apoyar de forma masiva a Cena, algo que nunca ha vuelto a suceder desde entonces.
El verano de Punk en 2011. Hace ya más de un año que CM Punk abandonó la compañía y a mediados de 2011 era un luchador muy querido por un sector del público que parecía condenado a perder todas las peleas importantes, pero entonces hizo lo que podéis ver en el vídeo superior y se convirtió en una estrella. El resto será mejor que lo descubráis por vuestra cuenta.
El improbable ascenso de Daniel Bryan, un luchador muy hábil dentro del ring, pero al que la compañía no parecía querer dar un papel principal. En Wrestlemania 28 incluso le hicieron perder de forma ridícula en apenas 18 segundos con la intención de ayudar a que su rival se consagrara. El resultado fue el contrario y Bryan fue creciendo de forma paulatina hasta alcanzar la gloria en Wrestlemania 30.
Yo es que ya soy fan y no me has descubierto nada nuevo
Lo primero que me gustaría es dar las gracias a todos los fans que hayan llegado hasta aquí, pues han tenido que leer sobre cosas que ya conocían de forma mucho más profunda de lo que he podido reflejar hasta ahora, pero no os preocupéis, que también tengo cosas que comentar con vosotros.
La primera es que espero que estéis viendo NXT, porque ahí se está viendo que cuando llegue el día en el que Triple H asuma el control de la compañía podemos tener grandes alegrías: Guiones muy funciones, sin sobrecargas absurdas y centrados en destacar las fortalezas de los luchadores, pero lo mejor de todo es que nos están regalando grandísimas peleas y encima cuidando de forma impecable la división femenina, ya que el reciente enfrentamiento entre Sasha Banks y Becky Lynch ha sido de lo mejor del año.
La reciente llegada de Samoa Joe y su inevitable feudo con Kevin Owens también nos puede dar grandes alegrías, pero yo creo que Sami Zayn aún tiene cosas que decir. Además, ahí tenemos también a Finn Balor, Hideo Itami -¿cuándo llegará el momento en el que finalmente use el GTS?- y Tyler Breeze. Con razón se ha convertido en una cita imprescindible para todo fan, ya que mejora con mucho lo que podemos ver cada semana en Raw o Smackdown.
No obstante, creo que Raw y Smackdown ya dejaron atrás sus horas más bajas, en especial el segundo, ya que desde su cambio de emisión al jueves ha dejado simple relleno en el que de vez en cuando se podía ver un buen combate. Lo malo es que quizá ya no vamos a volver a ver a Daniel Bryan, que debería haber hecho una rehabilitación como Dios mana antes de volver al ring, y tampoco me está gustando mucho que el campeonato de Seth Rollins lo estén manejando tan mal y dando la sensación de que simplemente está sujetando el cinturón hasta que vuelva Lesnar. Una pena que el push de Dean Ambrose vaya a ser una mera anécdota...
El futuro
Está claro que la próxima edición de Wrestlemania va a intentar ser la más grande de todos los tiempos desde el momento en que se decidió celebrarla en el AT&T Stadium, ya que WWE va a intentar batir un récord de asistencia. La cuestión es que a mí no me termina de convencer que se siga confiando en las viejas glorias, porque que las rumoreadas peleas entre The Rock y Triple H por un lado y Sting y Undertaker por otro no me resultan especialmente atractivas.
El problema es que en WWE aún no han dado el empuje necesario a las nuevas estrellas, ya que se han empeñado tanto en lanzar a Roman Reigns -y parece que al fin les está empezando a funcionar- y han sacrificado por el camino a grandes proyectos como Bray Wyatt -lamentable su feudo del año pasado contra Cena, ¿verdad?- o el propio Ambrose, y miedo me da lo que están haciendo con Rusev.
Eso sí, la novedad interesante más cercana en el tiempo es el regreso de Tough Enough, que no sé si vostros visteis la última edición con Steve Austin al mando, pero a mí me entretuvo bastante y me ha costado entender que hayan tardado tanto tiempo en hacer otra. Habrá que ver si Chris Jericho da la talla, que en el mundo de los podcasts es cierto que el suyo y el de Austin son los más interesantes sobre el mundo del wrestling, pero las entrevistas que el segundo ha hecho para WWE Network me han dado la sensación de que tiene una actitud demasiada servil hacia la compañía, ¿os ha pasado lo mismo?
Por ahora tendremos que sentarnos ante el televisor -o el ordenador- y ver con qué nos sorprenden, que es innegable que en verano suelen arriesgarse un poco más, aunque si luego es para rematar la historia de una forma tan lamentable como sucedió con Nexus, pues no sé si compensa. En fin, al menos el "regreso" de Elimination Chamber este pasado domingo nos trajo alguna sorpresa agradable...