Sigue creciendo el escándalo sexual protagonizado por el poderoso productor Harvey Weinstein. Entre los nuevos sucesos tenemos a la multipremiada Léa Seydoux contando su experiencia de acoso sumándose así a la retahíla de mujeres protagonizada por Asia Argento, Rose McGowan o Angelina Jolie, entre muchas otras. Oliver Stone se ha encontrado en problemas por indicar que creía que nada de esto debería discutirse en foro público, y Quentin Tarantino, uno de los directores insignes surgidos gracias al propio Harvey, también se ha terminado desvinculando de su figura días después.
La revista Time ha querido dedicarle su última portada. Productor. Predador. Paria.
TIME’s new cover: Harvey Weinstein—Producer. Predator. Pariah. https://t.co/NJEDekiJQY pic.twitter.com/AGSrXPStII
— TIME (@TIME) October 12, 2017
Pero superado y enterrado ya el hombre queda la materia a debatir. Cómo Weinstein es sólo la punta del iceberg de un sistema de abusos de poder que como se ha indicado por multitud de voces radica en el trastorno que supone la asimetría en la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad frente a los que ocupan los hombres.
De entre lo mucho que se ha comentado estos días, quizá la voz que mejor ha sintetizado el trasfondo del problema ha sido la actriz Emma Thompson, que en una entrevista para la BBC que dura 10 minutos ha dejado 90 segundos de oro en los que todo queda claro. Primero, que es un problema endémico, después que es éticamente reprochable que tengan que ser las mujeres afectadas las que tengan que salir a dar la cara y arriesgarse para intentar cambiar el sistema.
Emma Thompson habla de las acusaciones a Harvey Weinstein, son solo la punta del iceberg de un problema más amplio en Hollywood. pic.twitter.com/0mzxQ768MZ
— magnet (@magnet_es) October 13, 2017
Y por último, que, aunque ahora los medios estén cubriendo intensivamente a Weinstein, por mucho que nos resulten las acciones que hemos descubierto ahora que ha llevado a cabo, no debe convertirse en el chivo expiatorio. Todo hombre que haya ejercido su influencia para intentar tener sexo con profesionales de su ámbito mediante insinuaciones y chantajes es tan responsable y repudiable como Weinstein.
Como decimos, esta ha sido una pequeña lección, pero el fragmento no permite exponer el retrato completo que ha querido dejar Thompson. En la entrevista con la periodista Emily Maitlis comentaba, por ejemplo, sus propios encontronazos con Weinstein. Pero más interesante todavía es su visión de cómo todos podemos cambiar estas dinámicas. También reconoce cómo ella misma apoyó en su momento a Polanski, eclipsada por el talento creativo y perdonándole por ello su faceta de violador pederasta.