Y en un inesperado giro de los acontecimientos, España portará los colores de la bandera republicana en el próximo Mundial de Rusia. Tan notable victoria para el republicanismo no tiene nada que ver con el estado del país, tan dado a las nuevas repúblicas durante los últimos meses, sino al extraño nuevo diseño de Adidas.
Resulta que en su ánimo de explotar todo tipo de nostalgia posible, la compañía alemana ha preparado un modelo-réplica actualizado de la camiseta que la selección vistió en el Mundial de Estados Unidos, en 1994. Aquel evento no sólo nos legó para el recuerdo la nariz sangrante de Luis Enrique y el quiebro inmortal de Baggio en cuartos de final, sino también unas llamativas franjas a rombos en la parte derecha de la remera.
Pese al agridulce recuerdo del Mundial, la camiseta pasó a la historia como una de las más icónicas de la selección en color, y se grabó a fuego en la memoria de los aficionados. Como era de esperar, en un permanente ciclo de revisitación retro a los iconos del ayer, Adidas se ha lanzado a rediseñarla. Con tan mala suerte que lo ha hecho difuminando, en un degradado, los célebres rombos. Y creando, sin querer, un icono republicano.
(Adidas).
(Adidas)
La natural conjunción del azul difuminado sobre el rojo ha generado la ilusión visual republicana, unas franjas moradas que sumadas a las rojas y a las amarillas han dado como resultado la bandera institucionalizada por la II República en el 31.
Aquella bandera es utilizada a día de hoy por todos los sectores republicanos como recuerdo del régimen caído por el golpe de estado del 36, y como reivindicación de una España republicana. La disociación de la identidad republicana a la bandera rojigualda, la oficial y recogida en la constitución, ha llegado a extremos de márketing tan curiosos como horrendos, como esta camiseta morada, roja y amarilla con la que Pablo Iglesias se ha dejado fotografiar en alguna ocasión.
La mezcla de colores primarios (Azul+Rojo) trolea a España y les sale una camiseta republicana. ✊️ pic.twitter.com/Rbg02mX8f3
— Antonio Maestre (@AntonioMaestre) 6 de noviembre de 2017
De tanto en cuanto y aprovechando el fulgor nacional que España vivió con motivo del Mundial de Sudáfrica y de las dos Eurocopas, diversas revistas lanzaron prendas que replicaban la camiseta de la selección pero con un guiño republicano. Ahora, Adidas, sin querer, lo ha puesto más sencillo. Y eso que las filtraciones eran aún peores:
Esta será la camiseta española para el Mundial de Rusia. Estéticamente preciosa y con un moradito muy rico pic.twitter.com/lJzg4LUOwe
— Nicolás López (@nicoGalton) 14 de octubre de 2017
La menor importancia del asunto, sin embargo, tiene un curioso guiño histórico: de igual modo que la ilusión visual de la camiseta republicana parte seguramente de un error inconsciente en el departamento de márketing de Adidas, la bandera original republicana también nació de un error de apreciación. Un error, aquel sí, de mayor calado.
En teoría, la particular franja púrpura que define a la bandera de la II República venía a representar el célebre pendón de Castilla, icono de las revueltas comuneras, de gran calado reivindicativo entre las izquierdas castellanas gracias a su carácter anticentralizador y libertario frente a los poderes imperiales de Carlos V. Aquel pendón se creía morado, especialmente tras algunas sociedades liberales y masones que habían enarbolado banderas de dicho color durante el Trienio Liberal.
Aquella franja nunca debió ser morada.
Cuando los dirigentes republicanos aprobaron la nueva bandera, lo hicieron convencidos de que una tricolor casaba mejor con el espíritu republicano, y que así, además, se incluía a Castilla en el emblema (estando la antigua Corona de Aragón ya representada en el rojo y el amarillo). Sin embargo, Castilla jamás utilizó los colores morados o púrpuras, sino los carmesíes, fácilmente confundibles cuando las telas se decoloraban.
De modo que el mismo error visual que llevó a una bandera republicana tricolor y morada es el que nos ha llevado a otra ilusión visual que, probablemente, cause gran diversión entre el republicanismo español.
