Guía rápida para saber qué candidatos pueden ganar en Francia y qué opinan sobre los asuntos clave

Guía rápida para saber qué candidatos pueden ganar en Francia y qué opinan sobre los asuntos clave
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Domingo en Francia, domingo de elecciones. El país galo afronta a lo largo de hoy uno de los comicios más decisivos de sus últimos años. La posibilidad de que por primera vez desde la institución de la Quinta República ninguno de los dos candidatos de los dos principales ejes políticos de país, el centro-derecha y la social-democracia, es real. Al frente, dos relevos: el de Macron, la reforma interna y limpia, y el de Le Pen, el shock externo.

En muchos sentidos, las elecciones de hoy habrán cambiado el sino de la política francesa durante años. Los motivos son variados, y a ello contribuye la extraordinaria competitividad de hasta cinco candidatos, con uno descolgado en las encuestas, con posibilidades de convertirse en presidentes de Francia. A saber, Marie Le Pen, François Fillon, Emmanuele Macron, Jean-Luc Mélenchon y Benoît Hamon. ¿Pero quiénes son y qué quiere cada uno?

La respuesta más intuitiva a la anterior pregunta rota en torno a sus plataformas políticas. Le Pen sería la candidata de extrema derecha, del populismo nativista que ha triunfado en Reino Unido o Estados Unidos; Fillon, una versión recrudecida del tradicional conservadurismo francés; Macron, un reformista de centro; Hamon, un candidato socialdemócrata que quiere renovar el impulso de partido; Mélenchon, la voz de ruptura izquierdista.

Para entenderles mejor, sin embargo, es necesario observar qué opinan en los asuntos clave que han vertebrado la campaña electoral. Dentro gráfico.

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Y ahora, dentro breve guía rápida para encontrarles sentido.

Unión Europea, defensa y política exterior

El origen del protagonismo de las elecciones francesas: Marine Le Pen, la candidata con más aparente apoyo en las encuestas, ha abierto la veda para un posible referéndum al estilo británico sobre la permanencia en la Unión Europea. Su presidencia supondría una debilitación histórica o la extinción de la UE. Aquí le sigue de cerca Mélenchon, no tan radical, pero sí abiertamente escéptico sobre el papel y poder de Bruselas.

Fillon, Macron y Hamon, especialmente estos dos últimos, son partidarios de "más Europa", aunque Fillon ha coqueteado con un discurso beligerante con bruselas dada la competencia en votos de Marine Le Pen. Le ha empujado a su terreno.

Le Pen Marine Le Pen. (Flickr/Remi Noyon)

A nivel exterior, recetario mixto: Fillon y Le Pen se salen de la órbita tradicional del conservadurismo y son partidarios de estrechar lazos con Rusia y de alejarse de la dirección de la OTAN. Mélenchon aboga directamente por abandonar la alianza y reducir el gasto en defensa radicalmente y, en el lado contrario, Hamon y Macron abogan por un perfil más atlántico y tradicional. Macron, en concreto, quiere cumplir los objetivos de gasto en defensa.

Política macroeconómica

De nuevo Le Pen y Mélenchon se tocan: ambos son muy beligerantes con el orden neoliberal y con la globalización, apuestan por diversas formas de proteccionismo (Mélenchon, de forma un tanto extravagante, solidario) y apoyan una reindustralización del país. Es aquí donde Le Pen se encuentra con Trump y otros populistas de extrema derecha, y donde obtiene parte del teórico caladero de votos obrero.

Fillon es el candidato más clásico al uso conservador, seguido de Macron, ex-economista y de tendencia claramente liberal en materia económica, y Hamon, cuyo idario oscila, en un renovado Partido Socialista Francés, entre mantener los nexos con un mundo globalizado y articular el fomento de las economías locales y la protección de lo francés.

Macron Emmanuel Macron. (Flickr/LeWeb)

Si es complicado encontrarles acomodo ideológico clásico, podemos mirar su política de impuestos: Fillon, Macron y Le Pen no son partidarios a grandes rasgos de subirlos, con contadas excepciones, mientras Mélenchon y Hamon llevan en sus programas el aumento de los gravámenes a las rentas más altas, a las sucesiones y a las herencias y a un largo etcétera de impuestos con objeto de recaudar más de las clases más altas.

Inversión pública, beneficios sociales

Diversas ideas: tanto Macron como Fillon, ambos de perfil liberal-conservador en lo económico, optan por reducir el peso de la admnistración francesa, gigantesca. Mélenchon, Hamon y Le Pen optan o bien por mantenerlo o bien por aumentarlo.

En materia social, posturas muy variadas. En general, son Hamon y Mélenchon, los candidatos más a la izquierda, quienes optan por aumentar la bolsa de beneficios. Piden una reducción aún más drástica de la jornada laboral (de 35 horas a 32) y el primero reclama una renta básica universal, además de subidas en pensiones, salarios mínimos, coberturas para parados (Macron también se apunta aquí) y un amplio listado.

Fillon François Fillon. (Wikipedia)

Macron mantiene un perfil liberal, con algunos beneficios sociales no directos, como ayudas a la vivienda, y posturas más moderadas en cuanto a la protección del trabajador en el mercado laboral, abogando por su desregulación y por mayores facilidades para contratar y despedir. Fillon sí tiene un arco más típico en este sentido: no quiere oír ni hablar de la jornada de 35 horas y quiere subir la edad de jubilación, lo que contrasta con Le Pen, que quiere bajarla.

Le Pen es el candidato menos previsible en este apartado. Si bien prioriza lo nacional en la mayor parte de beneficios sociales como línea vertebradora, mantiene posturas más clásicas del progresismo en algunos beneficios sociales (aumentar partidas para discapacitados) y se sube al carro de los conservadores en otros (vivienda social nacional). Su postura es ambivalente fruto de sus propias contradicciones (su masa de votantes es, al fin y al cabo, conservadora).

Inmigración y cultura francesa

Tres candidatos han articulado un claro discurso pro-inmigración y pro-refugiados: Hamon, Macron y Mélenchon (este último en menor medida: su discurso proteccionista pesa). Macron considera que más inmigrantes y refugiados implican más riqueza y dinamismo económico, y aboga por copiar el modelo de Merkel (la única gobernante europea, junto con Suecia, que apostó de forma decidida por acoger a más refugiados).

Melenchon Jean-Luc Mélenchon. (Flickr/Cancillería Ecuador)

Es el punto más controvertido de Le Pen: sus declaraciones son o bien muy nativistas o bien directamente islamófobas o xenófobas, en sintonía con Geert Wilders o el UKIP. Limitación de las expresiones del Islam en público en defensa de la laicidad y el cierre de las fronteras, parando en seco el flujo migratorio hacia Francia. Fillon también tiene un discurso duro en inmigración: es beligerante y apoya un programa de cuotas.

Energía sostenible y justicia social

Pocas fricciones el primer apartado: desde los candidatos muy entusiastas de la energía renovable, como Hamon o Fillon (su programa energético es sorprendentemente moderno viniendo de un candidato tan conservador en otros frentes), hasta quienes la abrazan conocedores de que no hay otra opción de futuro, como Macron o Mélenchon. La excepción es Le Pen: apuesta por las energías verdes pero con la boca muy pequeña.

Hamon Benoït Hamon. (Wikipedia)

En el plano de justicia social, posturas más o menos coherentes con el espectro ideológico tradicional: Hamon y Mélenchon son pro-aborto y defienden sin ambages el matrimonio homosexual y las políticas en favor del colectivo LGBT; Macron tiene una postura algo ambigua a este respecto, con declaraciones conflictivas sobre el daño que la aprobación del matrimonio igualitario provocó en las familias conservadoras; Le Pen y Fillon son bastante conservadores, especialmente el tradicional y católico Fillon, y se oponen nominalmente a ambos.

Seguridad interna y lucha contra el terror

El único punto de acuerdo: todos quieren aumentar en mayor o menor medida el número de fuerzas de seguridad y los recursos destinados a luchar contra la inseguridad en las calles y contra los atentados terroristas, un asunto muy candente en Francia. Tanto, que el jueves, en pleno debate, la noticia de un nuevo atentado en París irrumpió como un trueno. Pocas opciones tienen los cinco: se deben a votantes que tienen miedo.

Una explicación más detallada y profunda de las políticas e ideas de cada uno se puede encontrar en este gran trabajo de Le Monde (en francés).

Actualización: los resultados electorales de la primera vuelta

Con un 23.7% de los votos Emmanuel Macron queda primero en el duelo por la presidencia de Francia que se disputará con Marine Le Pen, 21.7% el próximo 7 de mayo. Han quedado cerca de la línea de meta el conservador Fillon, del partido de Los Republicanos, y Jean Luc Melenchón, de Francia Insumisa. Ambos partidos han logrado poco más del 19% de los votos. Son resultados conforme a las previsiones de los grandes medios.

Uno de los dos grandes partidos históricos nacionales, el Partido Socialista por el que ascendió François Hollande a la presidencia del país en 2012, ha sufrido un batacazo (el 6% de los votos) que le anticipa un duro camino antes de volver a convertirse en una opción de voto útil para los franceses de cara a los próximos comicios.

Los Republicanos de François Fillon, que antes lo fueron de Sarkozy, tampoco salen demasiado bien parados perdiendo más de siete puntos con respecto a las pasadas elecciones. Ninguno de los candidatos de estos partidos estará en la segunda vuelta de las elecciones. Si algo nos dicen los resultados de ayer es que el bipartidismo también ha perdido su forma en la nación gala, y que el espectro político de la Francia actual es mucho más convulso.

El Frente Nacional ha hecho unos resultados históricos, pero su subida de aproximadamente unos cinco puntos en mitad de la debacle de los dos grandes partidos y de un aumento del terrorismo jihadista sabe a poco. Los resultados de la izquierda rupturista de Jean Luc Melenchón son moderadamente optimistas, ya que se le preveía un porcentaje de apoyos más bajo y, con lo expuesto en los análisis de composición de voto por nivel económico, ha demostrado saber conectar con las clases más bajas.

Todos los grandes candidatos salvo Melenchón han pedido a sus votantes detener el proyecto político de Marine Le Pen apoyando al europeísmo liberal de Macron.

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