Quince años después de que su nombre apareciera en todos los medios de comunicación asociado a la mayor trama de dopaje de la historia de España, Eufemiano Fuentes rompió su silencio. Lo hizo en el programa de Jordi Évole y a las puertas de su jubilación. Sin nada ya que perder o que ganar, ¿qué incentivos podría tener el otrora "médico deportivo" para hablar de asuntos oscuros e irresueltos sobre los que jamás había pronunciado palabra alguna? La posibilidad de que un Fuentes de vuelta de todo tirara de la manta era el mayor aliciente de la entrevista.
No contó nada que no supiéramos. La revelación más explosiva de Fuentes trató sobre la medalla de oro obtenida por Fermín Cacho en los Juegos Olímpicos de Barcelona. El mediofondista habría solicitado sus servicios durante los días previos a la cita. Ni siquiera aquí Fuentes dejó de tocar fondo: sus palabras sobre Cacho, como descubriríamos más adelante, surgían de una suerte de vendetta personal, al considerarle el responsable de su caída en desgracia en 2006. Cacho habría tratado de enrolarle en la preparación nacional de los JJOO de Pekín dos años atrás, a petición de Jaime Lissavetzky, secretario de estado para el Deporte.
Fuentes se negaría, según él. El resto de la historia podemos imaginarla: los poderes establecidos del deporte no le perdonarían la afrenta y tratarían de acabar con su carrera. Con éxito.
Tan sólo fue un amago. La entrevista transcurrió en un tono surrealista fruto de los quiebros y recortes retóricos de Fuentes, tan capaz de decir una cosa como la contraria. Quien pasara por el ginecólogo más célebre de España nos enseñó una bolita en forma de nombres y sospechas ampliamente conocidas (su rol en la Federación de Atletismo, la implicación de la Real Sociedad y otros equipos de fútbol en programas dopantes, la existencia de "otros deportistas" en su nómina de clientes) mientras se guardaba en el bolsillo las respuestas que seguimos desconociendo años después (hasta qué punto España mantuvo una red de dopaje de estado).
Fuentes jamás ha mordido la mano que le ha dado de comer. Por eso cercioró a la audiencia de que trabajaba de forma independiente en Barcelona y en los años posteriores o sin el dinero de la federación cuando acudía a Europa del Este, en los ochenta, a "aprender" prácticas dopantes. La entrevista, en fin, fue un ejercicio sobre el trapecio a un metro del suelo. En el camino, Fuentes volvió a dejar vacías las incógnitas y las preguntas del escándalo que popularizó su nombre en las cuatro esquinas del deporte internacional, la Operación Puerto. No contó nada nuevo. No respondió a ninguna de los misterios aún sin resolver. Y son muchos.
Hace cuatro años la Audiencia Provincial de Madrid dio carpetazo definitivo a la operación. Aquellas 211 bolsas de sangre incautadas por la Guardia Civil en 2006 siguen almacenadas en un arcón congelador a la espera de que alguien coteje su contenido y descubra a sus propietarios. No sucederá. Los delitos por dopaje que pudieran existir a raíz de la Operación Puerto han proscrito, y son pocos los deportistas en activo que pudieran responder ante ellas. Ningún organismo tiene especial interés ya en aquel episodio. De ahí que la única forma de llegar al fondo del asunto fuera mediante su principal muñidor, Fuentes. Un Fuentes que se llevará la verdad a la tumba.
Quince años y una entrevista después, la Operación Puerto sigue dejando preguntas sobre cuya respuesta llevamos teorizando desde el primer día, un proceso más interesante por el "encubrimiento" que le siguió que por los implicados. Estas son las principales.
¿Por qué hubo 224 bolsas y ahora sólo hay 211?
Todas las informaciones periodísticas redundan hoy en la misma cifra: 211 bolsas serán liberadas de su cautiverio y destrucción y podrán ser analizadas por las autoridades antidopaje. ¿Pero han sido siempre 211? No:
Las 211 bolsas de la OP, 10 años después. 211. Hubo días de 224. No es conspiración. Noviembre de 2006, vía @abc_es pic.twitter.com/HJLLUj8hvm
— Juanfran de la Cruz (@juanfdelacruz) 14 de junio de 2016
Faltan 13 bolsas. El informe de la Guardia Civil posterior a los primeros registros en Madrid es claro: los agentes hallan 96 bolsas de sangre y 20 bolsas de plasma en el piso propiedad de Eufemiano Fuentes situado en la calle Caídos de la División Azul. En un registro paralelo de otro piso de Fuentes ubicado en la calle Alonso Cano, las autoridades encuentran otras 89 bolsas de sangre y otras 19 bolsas de plasma congelado. En total, 224 bolsas. ¿Qué ha pasado con las 13 bolsas que van desde las 224 originarias del informe de la Guardia Civil a las 211 que aún perviven en el laboratorio de Barcelona?
No se sabe, pero las cifras llevan bailando desde 2007. ¿Han sido destruidas a propósito para proteger la carrera y la identidad de algunos deportistas? ¿Se trata de un fallo de contabilidad de la Guardia Civil? ¿Se perdieron en los traslados?
¿Quién es Clasicomano Luigi? ¿Y RSOC?
Cuando la Guardia Civil entra en los pisos de Eufemiano Fuentes en mayo de 2006 se encuentra 224 bolsas y un largo listado de códigos identificativos. Los agentes, en base a las investigaciones llevadas a cabo desde 2003 gracias al testimonio original de Jesús Manzano, exciclista profesional del Kelme, logran identificar a un puñado de ellos y remiten su informe al juez instructor Antonio Serrano, al frente del caso. Todos los deportistas identificados son ciclistas, y son o bien corredores del Comunidad Valenciana o del Liberty Seguros, además de ciclistas particulares de otros equipos que acuden a Fuentes.
Ahora bien, hay otro listado de nombres en clave que queda sin resolver. Se puede observar completo aquí. Códigos como "Clasicómano Luigi", "Tonante", "Rosa" o "RSOC" sobre los que, a día de hoy, sólo se ciernen sospechas y ninguna certeza en firme. Algunas teorías señalan que Clasicómano Luigi es Fabian Cancellara, ciclista suizo entrenado en su momento por Luigi Cecchini, cercano a Eufemiano Fuentes. No está confirmado. Badiola, expresidente de la Real Sociedad, denunció la compra de sustancias dopantes por parte del club durante la presidencia de Astiazarán. RSOC podría ser el club vasco, que en 2003 alcanzaría el subcampeonato de Liga. Tampoco está confirmado.
En total, una treintena de códigos y apodos, un puzzle entero sin resolver. ¿A quién pertenecían aquellas bolsas? ¿Qué deportistas tenían relación con Fuentes lejos del ciclismo? ¿Cómo es posible que una década y media después nadie se haya animado a investigarlo?
¿Dónde están los otros deportes?
Dentro de ese puzzle entran otros deportes. Cuando la Guardia Civil remite al juez Serrano el informe con los clientes identificados de la red de Fuentes, sólo incluye a ciclistas. Sin embargo, el ginecólogo canario afirma desde un primer momento que entre sus visitas frecuentes se encuentran también atletas, futbolistas y tenistas. De forma paralela, Le Monde publicó una información que vinculaba tanto al Real Madrid como al FC Barcelona con Eufemiano Fuentes. Sin embargo, tan sólo salen a la luz los nombres ciclistas profesionales.
Hasta 2011. En diciembre de 2010 se destapa la Operación Galgo, otro escándalo de dopaje investigado y hecho público por la Guardia Civil. En él también está implicado Eufemiano Fuentes. Los agentes registran la casa de Marta Domínguez, la mediofondista española más laureada de todos los tiempos, y encuentran medicamentos y documentación vinculados a la red. Sólo un mes después la Guardia Civil revela que, en realidad, Domínguez había sido ya descubierta en la Operación Puerto. Es "Urco", uno de los nombres en clave que no fue identificado en el informe enviado al juez Serrano:
Durante la Operación Puerto se intervinieron varias sacas de plasma, entre ellas una etiquetada con el nombre Urco. Se tiene conocimiento de que Marta Domínguez utiliza desde hace años el número de móvil 620XXXXXX. Este teléfono figura en la agenda de Eufemiano Fuentes como Urco - 620XXXXXX.
Si se tenía conocimiento "desde hace años", ¿por qué fue en 2011 y en el contexto de una operación antidopaje diferente cuando se reveló la identidad de uno de los misteriosos nombres en clave de la OP? Como se apunta en Perarnau Magazine, exdopados como el propio Manzano o Hamilton también habían confirmado la presencia de otros deportistas. Y en los vídeos filtrados por la GC en mayo de 2006 se aprecian bolsas y calendarios marcados con la leyenda "Campeonatos de Europa". No hay campeonatos de Europa de ciclismo. ¿Por qué nada de esto terminó en el sumario pero sí se filtró a "Urco" en 2011?
¿Por qué nunca hubo sanciones desde España?
Hasta la fecha, sies ciclistas profesionales han sido sancionados por su implicación en la Operación Puerto. No irá más allá: los delitos han prescrito. Sus nombres: Ivan Basso, Michele Scarponi (aún en activo), Jörg Jaksche, Giampaolo Caruso (absuelto por el TAS), Jan Ullrich y Alejandro Valverde. En total, seis ciclistas cuya sangre ha sido comparada con éxito con las bolsas y las identificaciones encontradas por la Guardia Civil (o que confesaron).
Ninguno de ellos, ni siquiera Valverde, han sido sancionados por organismos españoles. El motivo es simple: el juez Serrano, al contrario que en los casos anteriores, no permitió que la AMA u otros organismos antidopajes internacionales accedieran a las bolsas halladas en los pisos de Eufemiano Fuentes para cotejarlas con el ADN de los ciclistas identificados. Así, mientras la Guardia Civil tenía plena consciencia de que la totalidad del Liberty Seguros o del Comunidad Valenciana estaban implicados, la Federación Española de Ciclismo nunca les sancionó, al no existir pruebas de que aquella fuera su sangre.
Todos ellos siguieron compitiendo. La mayoría relegados a equipos de serie B y marginados (Sevilla ha ganado hace poco una etapa en Colombia, lleva años haciendo carrera al margen de las cámaras). Pero no fueron sancionados.
¿Por qué se han obstaculizado las investigaciones?
El caso de Alejandro Valverde es significativo. En 2006 El País publica lo siguiente:
La Guardia Civil ha localizado durante los registros fichas y listados con 200 nombres de ciclistas, que rehúsan revelar. Las fuentes de la investigación consultadas aseguran que hay ciclistas "de los principales equipos de la élite española". ¿Nombres? "Se puede decir que están la mayoría de los conocidos, salvo Alejandro Valverde", respondieron las citadas fuentes.
Ciclismo 2005, el blog español que más y mejor ha seguido la Operación Puerto desde el inicio de la investigación, bautizó aquel párrafo como "están todos menos Valverde". Pero sí estaba, como se descubrió, finalmente, varios años después. Valverde era en realidad 18 Valv.(Piti) ("Valv" por las cuatro primeras letras de su apellido, "Piti" por el nombre de su perra, nomenclatura habitual de Eufemiano Fuentes). Las fechas de extracción de la bolsa 18, además, coincidían con el paso de Valverde por el Comunidad Valenciana, equipo cuya totalidad de corredores estaban implicados. Desde entonces, Valverde estuvo marcado.
Tanto que, pese a la apatía del juez Serrano y de la Federación Española de Ciclismo, el CONI, el Comité Olímpico Nacional Italiano, actuó en su lugar. En 2008, aprovechando que el Tour de Francia terminaba en el alto de Prato Nevoso, Italia, las autoridades transalpinas tomaban muestras de sangre de Valverde. Pero necesitaban cotejarlas con la bolsa incautada por la Guardia Civil en 2006 y catalogada como 18 Valv.(Piti). Pese a su insistencia, el juez Serrano se negaría, al contrario que en el caso de Basso o Scarponi, a dar la bolsa.
Sin embargo, el CONI lograría hacerse con la suya, en una cadena de acontecimientos que ejemplifica la actitud de las autoridades españolas para con la Operación Puerto desde el inicio. Durante las vacaciones del juez Serrano en el invierno de 2008, el CONI solicita a la jueza suplente, por la vía urgente, el envío de las muestras de la bolsa 18 guardadas en Barcelona. La jueza suplente acepta, el CONI puede comparar el ADN de Prato Nevoso con el del piso de Eufemiano y comprueba que, efectivamente, la bolsa pertenece a Valverde. Le sanciona por dos años en Italia. El TAS la extiende a nivel mundial.
Valverde fue sancionado pese a las autoridades españolas, y no por su acción.
¿Por qué hay tanta laxitud contra el dopaje?
Por todo lo relatado con anterioridad, la Operación Puerto sigue envuelta en sombras, sospechas e incertidumbres. Cuando en 2013 la jueza de lo penal Julia Patricia Santamaría dicta sentencia sobre el caso, condena tanto a Eufemiano Fuentes como a Ignacio Labarta, pero también ordena la destrucción de las 211 bolsas aún restantes en el laboratorio de Barcelona. Lo hace amparándose, como se explica en El Español, en que "se había obtenido en diligencias de entrada y registro autorizadas por un juez porque representan una relevante incidencia en el derecho fundamental a la inviolabilidad del domicilio".
En ningún momento los organismos o las autoridades españolas parecen interesados en investigar a quién corresponden las bolsas aún no identificadas. Ahora la AMA podría ponerse manos a la obra, pero tiene menos incentivos para hacerlo, dado que los delitos han prescrito.
De fondo, la Operación Puerto tan sólo pone de manifiesto la carencia de voluntad política y de recursos para luchar contra el dopaje en España. Hace seis días, la AMA suspendía al Laboratorio Antidopaje de Madrid "debido al incumplimiento de las normas de la Agencia Española (AEPSAD)". Ya no podrá pasar controles antidopaje. De forma paralela, la legislación española contra el dopaje sigue sin estar adecuada a la normativa internacional de la AMA, cuyas advertencias a España han sido reiteradas. Esto último le podría valer una suspensión similar a la sufrida por su homóloga rusa (por motivos evidentes).
Diez años después, España sigue teniendo un grave problema con la lucha antidopaje. Es la pregunta sin respuesta más grave de todas.