Llevamos toda la vida disfrutando de canciones cuyas letras no entendemos. La ciencia ya sabe por qué

Música
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Desde hace años, y repetidamente, la gente se ha preguntado en foros como Reddit o Quora por qué no prestan atención a las letras de las canciones que escuchan. "A veces cojo una línea aquí y allá. Ni siquiera sé la letra de mis canciones favoritas. Todos con los que he hablado en la vida real piensan que es extraño. Solo quería saber si a alguien más le ha pasado". Lo cierto es que este usuario no está solo.

De hecho, es un fenómeno común que la ciencia ha intentado explicar durante años. Cuando las palabras fallan, la música habla, incluso cuando viene con letras que no entendemos.

Las letras de las canciones están sobrevaloradas El exlíder de Talking Heads, David Byrne, que ha pasado décadas escribiendo música con un sonido ecléctico, dijo en una entrevista que había adoptado un enfoque realista sobre las letras de las canciones. "La gente las ignora la mayoría del tiempo. Son los sonidos únicos lo que recuerdan. En cierta manera, es el sonido de las palabras, la inflexión y la forma en que se canta la canción y la forma en que encaja con la melodía y la forma en que las sílabas están en la lengua lo que tiene tanto significado", explicaba.

Es una tendencia. Sea flamenco español, electrónica francesa, indie japonés o K-pop coreano, es común que las personas escuchen canciones que no entienden. Al parecer, no saber el idioma de las letras no impide que a las personas les guste una canción y, a veces, incluso la canten. Ahí está la Macarena o Despacito, luego popularizada por Justin Bieber (quien no habla español). Tampoco se trata de personas que solo hablan inglés. Mucha gente no lo hace, sin embargo, Sweetest Pie de Megan Thee Stallion y Dua Lipa sigue encabezando las listas musicales de todo el mundo.

¿Por qué? Es una respuesta complicada. Lisa Decenteceo, quien enseña musicología en la Universidad de Filipinas Diliman, explicaba en este reportaje de Vice que todo comienza con el llamado "simbolismo sonoro". Se refiere al estudio de las relaciones entre los enunciados y su significado. Esto no tiene que ver sólo con la música. Los especialistas en marketing, por ejemplo, pueden sintonizar el simbolismo sonoro como parte de su estrategia para crear nombres de marca atractivos. Tanto en la música como en la marca hay algo en el atractivo de las palabras como sonidos, más allá de su significado en un idioma.

"La mayoría de las veces, cuando escuchamos música en un idioma extranjero, disfrutamos las letras como sonidos y no como palabras", explicaba Thea Tolentino, profesora de música en Melbourne. Esto podría explicar por qué nos sentimos inmediatamente atraídos por una canción, incluso sin saber su letra.

Es cosa del estado de ánimo. Si bien es cierto que la cultura y las experiencias personales afectan las respuestas de las personas a diferentes tipos de música, Tolentino explicaba en aquel artículo que existen ciertas técnicas musicales que generalmente se usan para transmitir ciertos estados de ánimo. Uno de los cuales es la escala, o la serie graduada de notas, tonos o intervalos que dividen octavas. Las canciones en una escala mayor generalmente tienen sonidos más brillantes y alegres, mientras que las escalas menores tienen una sensación un poco más oscura y melancólica.

El cerebro humano está diseñado para responder al sonido. En un proceso llamado arrastre, el cerebro sincroniza nuestra respiración, nuestro movimiento, incluso las actividades neuronales con los sonidos que escuchamos. "Esta es la razón por la que la música de ritmo rápido es tan popular para correr, por ejemplo, o por la que algunos profesores de yoga tocan pistas rítmicas y melódicas en sus clases", comentaba la experta.

La música le hace algo al texto. Desde la forma en que se cantan las palabras hasta la forma en que se usa la voz, por ejemplo, si el canto es áspero, si es estridente. Y también está todo lo que acompaña a las palabras: elementos como el tono, la melodía, la armonía, el timbre y la amplitud tienen un impacto afectivo, psicológico, cognitivo e incluso físico en los oyentes. Lo que hacen todas estas cosas es liberar las palabras, tal y como se explica en el libro The Sound of Nonsense, de Richard Elliott.

Es importante, entonces, entender la música como un discurso entre elementos. Pero estos, en este caso, no solo se relacionan con ritmos, armonías, melodías y los sonidos de otros instrumentos, sino con la forma en que la música se empaqueta y se entrega a los oyentes de todo el mundo. Si las letras son solo una parte de la música, entonces la música en sí misma es solo una parte de algo más grande. Tanto la imagen de un músico, como la estrella de K-pop inspiradora, o los artefactos de la subcultura de un género, como las raves y festivales de música house, ayudan a transmitir significado a través de la canción.

No hay que descartar el significado lingüístico. Con todo, las letras son herramientas poderosas para ayudar a las personas a reconocer, articular y reflexionar sobre sus emociones. Y es importante estar atento a cualquier mensaje en las letras de las canciones. Pero en general, hay valor en cualquier atractivo inmediato que las personas encuentren en la música que escuchan, o cuando vas a descargar música, ya sea que entiendan o no las palabras. La música, después de todo, es el lenguaje universal. Sonara en inglés, chino, alemán o árabe, Like a Rolling Stone de Bob Dylan seguiría siendo igual de buena. 

Imagen: Pexels

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