Japón es una nación acostumbrada a la disculpa. En la historia reciente, tal propensión se remonta a las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial y a su condición de nación derrotada. Durante el último medio siglo los gobernantes y representantes japoneses han pedido disculpas a las gentes de Myanmar, a las autoridades chinas y a los gobiernos de Corea del Sur por sus diversas conquistas y crímenes de guerra (también, sucesivamente, a Estados Unidos).
Tamaños actos de constricción pública no son habituales en el resto de las naciones, más propensas a cierto halo de arrogancia para con su historia (los estados reacios a negar sus crímenes pasados son numerosos). Y más allá de las particularidades históricas de Japón, la coreografía pública (siempre escenificada por los gobernantes japoneses con gran solemnidad) bebe también de la cultura japonesa. En Japón, disculparse es un ritual social llevado hasta el extremo.
El ejemplo más evidente es el "dogeza", el gesto de arrodillarse en señal de profundo lamento y disculpa hacia la persona perjudicada por tus actos. Las declaraciones y las peticiones de perdón pública no siempre tienen un carácter tan dramático (aunque en ocasiones sí), pero son más habituales, más raras y en apariencia más absurdas que a las que estamos acostumbrados en Europa o América. Aquí el reconocimiento de la culpa propia tiende a ser una excepción, y suele llegar tras situaciones extremas y en condiciones mediáticas insostenibles.
Sin embargo en Japón es de lo más habitual. Ya sea mediante empresas públicas que hacen un uso indebido (al modo japonés, obvio) de los fondos públicos, a través de corporaciones privadas que han cometido algún error lamentable o de parte de los propios ciudadanos, la tradición de la disculpa resulta tan fascinante como extraña. Estos son algunos de los ejemplos más llamativos y singulares de la bien conocida, muy regular y muy ¿envidiable? tradición japonesa por la disculpa.
1. La empresa que pidió disculpas por un empleado que salió 3 minutos antes a su hora de comer
Los dirigentes de una compañía de aguas tuvieron que disculparse hace un mes escaso por el repetido absentismo de uno de sus trabajadores. ¿El gravoso motivo? El pobre hombre, al parecer, había escamoteado tres minutos diarios de media a sus empleadores (y al público japonés) iniciando su hora de descanso para la comida con demasiada prontitud. En total (sí, había un cálculo total), el anónimo empleado había dejado de trabajar unos 72 minutos. Fue suspendido de su sueldo.
2. La compañía ferroviaria que pidió perdón por un tren que salió 20 segundos antes
El servicio ferroviario japonés es obsesivo hasta lo absurdo con la puntualidad de sus trenes. Hay estrictas reglas que permiten a los pasajeros reclamar sus billetes en caso de que los retraso acumulen un determinado umbral de tiempo. El ejemplo más extremo de su lucha por la perfección horaria lo disfrutamos hace algunos meses cuando una operadora tuvo que pedir disculpas públicamente por permitir que uno de sus trenes partiera 20 segundos antes de lo previsto.
20 segundos.
3. La estrella del pop que pidió perdón en público, avergonzada, por haber pasado una noche con su novio
Hace cinco años, la carrera de Minami Minegishi se vio truncada para siempre. Tras pasar la noche con su pareja, Minegishi, de apenas veinte años, tuvo que pedir disculpas públicas por tan ¿aberrante? comportamiento. Al parecer, su grupo tenía una estricta norma que obligaba a la castidad como ejemplo de su recta moral pública. Al incumplirla, se rapó la cabeza y grabó un surrealista vídeo solicitando el perdón de la opinión mediática.
Calcado caso a cualquier estrella del rock occidental.
4. La pareja que pidió disculpas por haberse quedado embarazada cuando no les "correspondía"
El orden juega un papel importante en la sociedad japonesa, de carácter tradicional. También la jerarquía. Lo vivió en sus carnes una empleada público de la prefectura de Aichi cuando se vio obligada a disculparse por su embarazo. Lo hizo, al parecer, saltándose el turno de sus colegas (y superiores). El caso ilustró los enormes problemas de conciliación en Japón y el sistema informal de arreglos que algunas empresas públicas o privadas mantienen para "turnar" los embarazos de tal modo que las bajas sean lo menos "perjudiciales" posibles.
5. El hotel que pidió perdón a sus clientes por dejarles un minuto sin Internet
Sucedió en el Hotel Palace de Tokyo. Debido a tareas de mantenimiento, los sufridos clientes de la cadena tendrían que sobrevivir la insoportable cantidad de 60 segundos sin conexión a Internet. Obviamente la historia se hizo viral de inmediato, llegando a Reddit. Para mayor escarnio, el corte se produjo a las cuatro de la madrugada. Inaceptable servicio.
6. El piloto japonés que pidió perdón a una ciudad de Oregón veinte años después de haberla bombardeado
Sucedió en Brookings en 1942 y fue la única ocasión en la que el Imperio Japonés atacó directamente uno de los cincuenta estados contiguos de los Estados Unidos. Un submarino y un avión trataron de prender fuego (sin éxito) a un bosque a las afueras de la localidad, en el estado de Oregón. Veinte años más tarde el piloto encargado de la misión (merece la pena recordar que no hubo víctimas mortales) entregó la espada de su familia al vecindario en señal de disculpas. La reliquia cuenta con más de 400 años de antigüedad. El hombre fue adoptado con honores.
7. El político que se convirtió el meme por sus dramáticas, folclóricas disculpas en la televisión
La escenificación del arrepentimiento por parte de Ryutaro Nonomura fue tan escandalosamente exagerada que obtuvo su propia página en Know Your Meme. El hombre, al parecer, había utilizado fondos públicos de la prefectura de Hyogo para beneficios personales en julio de 2014. A la hora de la verdad, y en claro contraste a otros ejemplos políticos, Nonomura decidió mostrar su honda vergüenza en un mar de lágrimas y gesticulaciones fuera de lo común.
Meme asegurado.
8. La cadena de televisión que pidió disculpas por emitir una falsa alarma de misil norcoreano dirigiéndose a Japón
El pasado mes de enero y en plena escalada de tensión con Corea del Norte, la cadena de televisión NHK lanzó una alarma a los teléfonos de millones de japoneses: un misil norcoreano se dirigía de forma inminente a su territorio. Resultó ser falsa, por lo que la cadena tuvo que emitir un comunicado de honda, vergonzante disculpa al día siguiente. No todos los días un ser humano tiene la oportunidad de osbervar a un medio de comunicación arrepentido.
9. El fabricante de helado que hizo un vídeo disculpándose por subir el precio de sus productos 9 céntimos
La joya de la corona.
Tras un cuarto de siglo manteniendo sus helados al mismo precio, la compañía Akagi Nyugyo decidió hace algunos meses aumentar en nueve pírricos céntimos el precio de su producto estrella. Como campaña de márketing perfecta, los dirigentes produjeron un vídeo en el que pidieron disculpas por adelantado a sus millones de consumidores. Japón entiende el capitalismo a su manera: allí, al parecer y en materia de helados, el cliente tiene la suma razón.
Una versión anterior de este artículo fue publicada en julio de 2018.