Cada año, Pantone escoge un color que trata de capturar el signo de los tiempos. La colección de gamas cromáticas anuales se remonta a principios de siglo, y siempre genera ruido en los medios de comunicación. Este año por los motivos inesperados. La elección del color de 2019, "Living Coral", ha provocado que muchos acusen a la compañía de ceguera medioambiental. O peor aún, de negacionismo del cambio climático.
¿Por qué? "Living Coral" es un espléndido color que debe su nombre a ciertas tonalidades rosas, naranjas y rojas predominantes en los corales oceánicos. Durante los últimos años, sin embargo, el progresivo calentamiento de las aguas está provocando que muchos de ellos mueran, perdiendo su vibrante intensidad cromática. El proceso, conocido como "blanqueamiento", ha aniquilado ya al 30% de la Gran Barrera de Coral.
El drama. ¿Cabe elegir, pues, un color en progresivo proceso de extinción como símbolo del año que viene? Para algunos, la ironía es dolorosa. Algunos climatólogos han acusado a la compañía de "negacionismo" del cambio climático, y otros medios, como Slate, han publicado tribunas en las que cargan con dureza contra la elección del "Living Coral". La compañía lo asocia a un "optimismo" necesario en tiempos turbulentos.
Para sus críticos, es un ejemplo de frivolidad y escasa sensibilidad medioambiental. En su lugar, podrían haber elegido "Coral Blanqueado".
Hi @pantone. What if 2020's Color of the Year is "Bleached Coral" to raise awareness for ocean acidification and climate change? https://t.co/hb6LEekDDL
— Jason Bittel (@bittelmethis) 7 de diciembre de 2018
¿Es para tanto? Pantone selecciona sus colores anuales no sólo como herramienta de márketing, sino también con objeto de aunar ideas e impulsar tendencias. Es decir, tiene un carácter mercantilista. Eso no quita para que otros periodistas climáticos hayan defendido la necesidad de revertir el significado de "Living Coral" y utilizarlo como bandera contra el cambio climático. Al fin y al cabo estamos hablando de los corales gracias a él.
El aumento de las temperaturas podría arrasar la totalidad de los corales. Sería una pena que perdiéramos un color tan bonito.
Qué hacer. Algunas alternativas para evitar que el "Living Coral" se convierta en un mero recuerdo: replantarlos para que crezcan en el futuro; reducir el turismo relacionado con su existencia, o limitar su impacto; modificarlos genéticamente para que soporten mejor las aguas calientes; y, en general, contaminar menos para que la temperatura global de la Tierra no aumente (y el blanqueamiento sea menor).
El peligro para los corales, ecosistemas marinos cruciales para proteger las costas y a un sinfín de especies marina, es real. Y la solución global parece muy lejos.