Imagina que te subes a un avión. Te pone nervioso viajar en ellos, pero intentas relajarte. A mitad de vuelo suena por los altavoces la voz del piloto: “queridos pasajeros, les garantizamos que no hay ninguna persona que suponga una amenaza para la tripulación. Repito, no hay ninguna amenaza a bordo y no hay motivos para que entre el pánico”. ¿Cuál sería tu reacción? Probablemente una muy parecida a la que se ve en los comentarios de Twitter del último mensaje del secretario del Tesoro de Estados Unidos.
Fin de año catastrófico: estamos porcentualmente en el peor diciembre de la Bolsa norteamericana desde la Gran Depresión, un desplome de Wall Street que se traduce en que el S&P 500 ha perdido un 18% de su valor desde el máximo anual y el Nasdaq ha entrado en zona de mercado bajista. Este 2018, las bolsas mundiales se han dejado siete billones (trillones en concepto anglosajón) por culpa de la devaluación del mercado, lo que no se veía desde 2008. Estamos a finales de año y es el momento en el que las empresas finiquitan su estrategia para el año próximo.
Today I convened individual calls with the CEOs of the nation's six largest banks. See attached statement. pic.twitter.com/YzuSamMyeT
— Steven Mnuchin (@stevenmnuchin1) 23 de diciembre de 2018
Excusatio non petita: y entonces aparece Steven Mnuchin diciendo que ha decidido parar sus vacaciones navideñas para mantener conversaciones urgentes con los principales ejecutivos de los grandes bancos del país para que le garantizasen que hay liquidez de sobra y así llamar a la calma al resto de inversores. La economía crece con “solidez”, dice Mnuchin, diciendo que no hay ningún motivo para alarmarse.
Equipo de Protección Contra el Desplome: en su comunicado el secretario del Tesoro también ha hecho planes para convocar a este grupo y establecer mecanismos para prevenir un escenario más grave en un futuro cercano. Un escenario que, ojo, no tiene por qué ocurrir ya que la economía está sanísima. Pero, por lo que sea, empezará a reunirse con este equipo. El dirigente de la Reserva Federal también dijo que empezará a tener reuniones mensuales con la prensa en vez de trimestrales para hablar de la evolución de la economía.
Incertidumbre económica: la economía estadounidense lleva nueve años seguidos creciendo, especialmente al calor del dinero barato derivado de los bajos tipos de interés. Como ya hemos comentado, este país, como las grandes zonas económicas del mundo, están dando señales de ir hacia una desaceleración, si no una recesión. Por citar algunas a nivel local: el fin de la ventaja del petróleo barato estadounidense, una rebaja en sus previsiones de crecimiento, la curva de yield y sobre todo, las dolorosas cicatrices que está dejando y puede dejar en el futuro la guerra comercial con China.
Profecías autocumplidas: lo que se teme es una respuesta emocional por parte de los inversores que provoque eso que se teme. En verdad, la OMC y el FMI prevén que se mantenga el crecimiento de la economía estadounidense y, en general, mundial, pero al mismo tiempo importantes autoridades como Bloomberg, Reuters o el Wall Street Journal estiman que hay un 40% de posibilidades de que el país entre en recesión para 2019. El secretario del Tesoro tiene buenas razones para creer en la prosperidad o, al menos, no situación apocalíptica del país, aunque ha elegido la peor forma y el peor momento posible para anunciarlo.
El factor Trump: muchos han querido leer esta desafortunada intervención de Mnuchin como una respuesta a las ansiedades de la Casa Blanca. Trump tiene pánico de que el país deje de crecer, lo que ocurriría en fechas próximas a las nuevas elecciones. Jerome Powell, dirigente de la Reserva Federal, ha aumentado este año cuatro veces los tipos de interés y ha prometido nuevas subidas para 2019, lo que para Trump se trata de una traición contra el pueblo estadounidense y una manera de boicotear el crecimiento económico. En realidad es una medida de normalización de los tipos, ayudando así a rebajar la deuda nacional, pero Trump no lo ve así. Dado su particular carácter, muchos creen que podría intentar cargárselo, lo que generaría convulsión en los mercados.
Nuevamente, fue Mnuchin el encargado de decir que Trump “ha descubierto que no tiene la autoridad de despedirle”. Otro mensaje de lo más tranquilizador.