Hay dos formas de interpretar el adelanto electoral anunciado por Pedro Sánchez. La primera sería la optimista: el PSOE querría maximizar sus posibilidades de éxito frente al PP. La segunda sería la pesimista: el PSOE no estaría jugando a ganar estas elecciones, sino asentando el terreno para devorar el espacio electoral ocupado a día de hoy por Podemos. Un detalle encapsulado en la Ley Orgánica del Régimen Electoral apunta en esta dirección.
Diez días. La LOREG establece lo siguiente en su artículo 44:
Los partidos y federaciones que establezcan un pacto de coalición para concurrir conjuntamente a una elección deben comunicarlo a la Junta competente, en los diez días siguientes a la convocatoria. En la referida comunicación se debe hacer constar la denominación de la coalición, las normas por las que se rige y las personas titulares de sus órganos de dirección o coordinación.
Dicho de otro modo: todas las candidaturas que deseen coaligarse de cara a las próximas elecciones generales tienen un plazo máximo de diez días para comunicárselo a la Junta Electoral. Diez días contando desde hoy mismo. Si transcurrido ese periodo de tiempo no han cumplimentado el proceso, tendrán que presentarse por separado.
¿A quién afecta? Solo dos partidos de ámbito nacional han discutido durante los últimos meses una plataforma electoral conjunta para las próximas generales: Podemos y Sumar, el proyecto de Yolanda Díaz. Pese a que los puntos en común son numerosos, las diferencias intestinas entre distintas facciones han imposibilitado el acuerdo. Al menos por el momento. Gran parte de la debacle electoral de la izquierda se debe a este desencuentro: Podemos ha quedado por debajo del 5% en muchas plazas donde sí habría sumado en coalición.
Por sorpresa. El impás entre Díaz y Podemos (personificado en sus dos líderes, Montero y Belarra y muy azuzado por Pablo Iglesias desde sus plataformas mediáticas) se mantiene a día de hoy. La coalición entre Sumar y Podemos era incierta antes de que Pedro Sánchez adelantara las elecciones. Ahora les coloca una espada de Damocles sobre la cabeza: si en diez días no resuelven sus disputas, y son muchas, la izquierda acudirá atomizada de nuevo a las elecciones. Con las consecuencias ya vistas en las municipales.
¿Quién gana? La distancia entre Podemos y Sumar favorecería así al PSOE, el único partido sólido frente al electorado de izquierdas y la única posibilidad de frenar a un futuro gobierno conservador. El célebre "voto útil", desterrado tras la eclosión de Podemos y Ciudadanos y hoy de regreso más de diez años después. El adelanto electoral no buscaría tanto superar al PP como debilitar lo suficiente a Podemos y Sumar, habilitando así al PSOE a recuperar un espacio electoral perdido desde 2015. El viejo anhelo del bipartidismo.
¿Tienen tiempo? Gran parte de la disputa entre Yolanda Díaz y Podemos era interna, es decir, de listas y de control de la coalición. Programáticamente sus diferencias no son insalvables. Los pobres resultados en las municipales quizá aceleren el acuerdo con los diez días de plazo en mente. Pablo Iglesias, de hecho, ha llamado hoy mismo a la unidad porque la división electoral tiene "consecuencias dramáticas".
Hasta ahora, la forma de esa "unidad" había mantenido en posiciones distantes a Podemos y Sumar. Está por ver si el adelanto electoral cambia sus prioridades.
Imagen | GTRES
En Xataka | La incógnita del 5%: cómo la barrera electoral ha revivido el "voto estratégico" en las elecciones
Ver 14 comentarios