El coronavirus ha puesto a prueba todas las verdades políticas y económicas del último lustro. Lo que incluye a una de las más controvertidas, discutidas y potencialmente reguladas de nuestro tiempo: el precio del alquiler. La huida de algunos trabajadores gracias al empleo telemático, el desplome del turismo y la paralización de programas de intercambio de estudiantes, entre otros factores, están hundiendo el mercado. La oferta sigue siendo la misma, pero la demanda es menor.
Y está pasando en todo el mundo.
Porcentajes. En Manhattan, por ejemplo, uno de los mercados más tensionados del mundo, el precio del alquiler ha caído un 11% respecto al año pasado. Si nos fijamos en los apartamentos pequeños y de una sola estancia, los estudios, dirigidos a inquilinos más jóvenes y temporales, el hundimiento es aún mayor, de hasta un 20%. Los pisos se han devaluado a niveles de 2013, tras casi una década de crecimiento (y en pleno repunte, del 16%, de los barrios periféricos, unifamiliares).
Otros lugares. ¿En Londres, una de las ciudades más exigentes a la hora de acceder a la vivienda? Los precios están cayendo a un ritmo del 34% interanual, pese a que en el resto del Reino Unido, descontando a Escocia, han subido ligeramente (un 2%). En San Francisco, el apocalipsis más absoluto en términos de alquiler y compra de un apartamento, el mercado está cayendo un 31% respecto a 2019, con descensos del 7% intermensual. Idéntico escenario al de Toronto (-14%) o Singapur (- 8%).
¿Otra forma de verlo? Hay más pisos vacíos. En Sidney, en torno al 13%, frente al 5% previo a la epidemia.
También aquí. La lectura es igualmente válida para España, donde todo suscrito a las alertas de Idealista habrá comprobado como pisos que hace un año superaban los 900€ en Madrid hoy rondan los 800€. El propio portal cifra en un 3,7% el descenso de los precios en Madrid (tercer trimestre) y en un 4,5% en Barcelona, pese a que en el resto de España han aumentado (un 1,3%). En los "grandes mercados", como explican, los pisos están cayendo por encima del 3% tras años de subidas ininterrumpidas.
A negociar. Por primera vez en una década se abre una ventana de oportunidad para los futuros inquilinos. En palabras de un experto consultado por Bloomberg: "Eres tonto si no renegocias ahora un alquiler más bajo". Hay más oferta, pero mucha menos demanda. Sólo en Madrid se ofertan ahora unas 28.000 viviendas, frente a las 15.000 previas a la pandemia. Muchos caseros ya no pueden recurrir al turismo, aquel maná inagotable, y necesitan residentes a largo plazo.
Residentes que, por su lado, escasean. La generalización del teletrabajo ha permitido que algunos de ellos regresen a sus ciudades de origen, más baratas.
Largo plazo. ¿Son caídas que han llegado para quedarse? Esa es la gran cuestión para la que nadie tiene respuestas, dado que el horizonte a corto y medio plazo es una nebulosa de incertidumbre a causa del coronavirus. Una descapitalización de las grandes urbes, fruto de la búsqueda de espacios menos densos y de la posibilidad de acceder al empleo remoto, podría contener las subidas de los últimos años. Las leyes regulatorias, como la aprobada por Berlín, ahondarían en la contención.
Pero hay una alternativa: que las macrocefalias salgan aún más fortalecidas de la epidemia, como se propone en este interesante ensayo, pese al pequeño revival del pueblo y la ciudad mediana, y que a no mucho tardar recuperemos la tendencia de antaño. Sólo el tiempo tiene la respuesta. Pero de momento, renegocia.
Imagen: Riccardo Orlando/Unsplash