Todas las veces que estuvimos a punto de declarar la Tercera Guerra Mundial y no lo hicimos

Todas las veces que estuvimos a punto de declarar la Tercera Guerra Mundial y no lo hicimos
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La fuerza aérea turca ha derribado un SU-24, un caza ruso de fabricación soviética, mientras sobrevolaba el espacio aéreo sirio. El incidente se enmarca dentro de la Guerra Civil Siria y de los intereses contrapuestos de Turquía y Rusia, cada uno apoyando a diversas facciones. La tensión entre ambos países había crecido durante los últimos días. Hoy ha culminado en, por primera vez desde los años '70, un avión de (un país perteneciente a)* la OTAN derribando a otro ruso.

Dada la compleja relación política y diplomática del bloque occidental con Rusia, la idea ha flotado durante toda la mañana tanto en las redes sociales como en los medios de comunicación: Tercera Guerra Mundial. Un mantra que se lleva repitiendo casi desde el final de al Segunda Guerra Mundial y que ha estado a punto de ser declarada, al menos en nuestra memoria, en un puñado de ocasiones históricas. ¿Es este el último capítulo de una interminable lista de incidentes que espolearon la perversa imaginación de la humanidad? Posiblemente. Sólo si se queda ahí, como parece.

Merece la pena, en todo caso, repasar otros incidentes históricos de altísima tensión y gravedad que ensombrecieron el futuro de la humanidad con otro conflicto bélico de escala mundial. En el eje de la acción, siempre se encontraron el bloque soviético y el occidental, potencias contrapuestas durante toda la Guerra Fría. El escenario, en cambio, varió: desde un avión civil sobrevolando el Mar de Japón hasta una isla de Caribe. El resultado final fue constante: la Tercera Guerra Mundial sigue siendo una idea remota, quizá ahora enmarcada dentro del contexto de una Nueva Guerra Fría.

En todo caso, veamos con qué precedentes contamos.

El bloqueo de Berlín, 1948

Exceptuando el inicio de los '60, la Tercera Guerra Mundial nunca estuvo más cerca de librarse que en los días posteriores de la Segunda Guerra Mundial, aún con las tropas nazis recluidas en campos de prisioneros aliados. Poco después de la caída de Hitler, el choque de intereses entre Stalin y las fuerzas aliadas era inminente, hasta el punto de que mandatarios como Churchill consideraron la posibilidad de armar a los soldados alemanes en previsión de un inminente conflicto armado y terrestre con la URSS.

Berlin Bloqueo Un C-54 descargando provisiones en Berlín.

No sucedió, pero los meses y años posteriores al fin de la contienda no aligeraron la tensión acumulada. En el ojo del huracán, Berlín: la capital alemana había quedado dividida en cuatro sectores, pero estaba rodeada de terreno soviético. Los aliados y la URSS dejaron de colaborar pronto tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Provisiones, organización política y administrativa, seguridad: ambos seguían caminos divergentes.

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, la posibilidad de un conflicto occidental-soviético parecía inminente

Cuando las fuerzas aliadas introdujeron una nueva divisa en sus respectivos sectores de Berlín, la Unión Soviética bloqueó la ciudad e impidió el tránsito de ferrocarriles y vehículos de transporte a lo largo de su territorio. Eso hacía virtualmente imposible el abastecimiento de su población y soldados en la capital alemana excepto por el aire. Comenzó el puente aéreo de Berlín, que duró un año. De nuevo, la sombra del conflicto pareció cercana, dada la aparente incapacidad de ambos bandos para colaborar mutuamente y establecer de forma efectiva lo pactado en conferencias anteriores.

La guerra de Corea, 1950-1953

Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial no sólo se dejaron sentir en Europa, sino también en la costa pacífica del Asia continental. Fue en la península de Corea donde se libró la primera gran batalla a gran escala entre la Unión Soviética y el bloque occidental. Tras la rendición de Japón, imperio que poseía Corea antes de la Segunda Guerra Mundial, el país se dividió en dos: el norte fue ocupado por la Unión Soviética y el sur por Estados Unidos, por mutuo acuerdo. En 1948 se crearon dos estados distintos, ambos reclamando la soberanía de la totalidad de la península.

Guerra De Corea

Corea fue el único escenario donde las fuerzas norteamericanas y soviéticas se enfrentaron frente a frente

Dos años después, la Corea del Norte comunista, bajo el abrigo de China y de la URSS, declaraba la guerra a la Corea del Sur capitalista, y procedía a invadirla. La violación del norte fue condenada por Naciones Unidas, y una fuerza compuesta por soldados británicos y estadounidenses acudió en ayuda de Corea del Sur. La guerra se extendió durante tres años y, a su término, mantuvo el status quo previo al conflicto. Por primera y última vez, la URSS y EEUU se enfrentaron cara a cara.

De ahí que las crónicas de la época vieran de forma más inminente que nunca el estallido de la Tercera Guerra Mundial. Corea había alineado al mundo en dos bandos de forma taxativa: por un lado el bloque comunista; por otro, el capitalista. Los cazas estadounidenses y soviéticos no se volverían a enfrentar cara a cara en ningún otro conflicto armado, pero sí de forma indirecta. Corea marcó el punto inicial, y uno de los más delicados de la posguerra.

La crisis de los misiles de Cuba, 1962

La Tercera Guerra Mundial jamás pareció tan inminente como durante los cuatro días de octubre de 1962 en la que Cuba, régimen comunista apoyado por la URSS, se convirtió en el epicentro de la atención mundial. Allí se gestó la crisis por excelencia de la Guerra Fría, solventada finalmente con un anticlímax histórico: no sucedió nada, pero el estallido de un conflicto bélico nuclear estuvo muy cerca de darse. Ningún bando se atrevió a dar el paso definitivo.

Misiles Lugar de instalación de los misiles soviéticos en Cuba.

La posibilidad de una guerra nuclear era temida por ambos bandos: fue el freno que impidió el estallido de la Tercera Guerra Mundial en varias ocasiones, pero especialmente en Cuba

¿En qué habría consistido ese paso? Ambos países tenían a tiro nuclear a su enemigo: Estados Unidos contaba con misiles en Turquía, por aquel entonces país fronterizo con la Unión Soviética, y la URSS acababa de instalar sus propios misiles en Cuba, tratando de proteger al recién instaurado régimen de Castro y amenazando a escasos kilómetros al sur de Florida el territorio norteamericano. La administración Kennedy optó por bloquear la isla, algo que las autoridades soviéticas entendieron como una provocación.

En pocos días, la diplomacia tenía que solventar una crisis enorme. Estados Unidos accedió a no tratar de derrocar a Castro en Cuba de nuevo, mientras que la Unión Soviética desmontó sus misiles poco después de la crisis. Estados Unidos hizo lo mismo en Turquía.

Se consiguió, en gran medida, porque la amenaza nuclear frenó durante toda la Guerra Fría la posibilidad de enfrentamientos reales directos. Pero en aquellos días de octubre, estuvieron muy, muy cerca de darse: un submarino soviético, incomunicado durante días en plena crisis y acosado por cargas de profundidad de un destructor norteamericano, no lanzó un torpedo nuclear tan sólo por la negativa de uno de los tres oficiales requeridos protocolariamente para hacerlo, Vasili Arkhipov, convencido de que la guerra aún no había comenzado. Su deducción, en realidad, la evitó.

El derribo del KAL007, 1983

La década de los '80 recuperó los fantasmas del pasado: las acciones soviéticas en Afganistán y la llegada al poder de Ronald Reagan, partidario de mantener una línea dura contra el comunismo y la Unión Soviética, provocaron nuevas escaladas de hostilidad entre ambas potencias. Durante aquellos años, uno de los incidentes más graves fue el del derribo del Korean Air Lines Flight 007 en el Mar de Japón, mientras cubría el trayecto Nueva York - Seúl. Un avión de pasajeros abatido por un caza soviético Sukhoi Su-15: una acción en la que murieron 269 personas, todos civiles.

Avion Coreano Un Boeing 747-230B, idéntico al abatido por el caza soviético.

Las autoridades soviéticas alegaron que el KAL007 había entrado sin permiso en el espacio aéreo de la URSS, e interpretaron el incidente como una maniobra provocativa de Estados Unidos. Los reproches mutuos continuaron durante los meses y años posteriores, mientras la investigación de los hechos siguió su curso. Ante la muerte de tantos civiles, la posibilidad de un conflicto directo entre ambos países, dado el singular momento de delicadeza política, volvió a situarse sobre el tablero.

Petrov, el hombre que nos salvó a todos, 1983

Tres semanas después del derribo del KAL007, la amenaza de la Tercera Guerra Mundial volvía a alcanzar un pico histórico. En esta ocasión, no se trató de ningún incidente militar o civil a gran escala, sino de un error en el funcionamiento del sistema de detección de misiles de la Unión Soviética (Oko). Erróneamente, identificó el lanzamiento de dos misiles LGM-30 Minuteman desde Estados Unidos, dirigidos a territorio soviético. El protocolo indicaba que, en ese caso, la URSS tenía que responder. ¿Quién debía dar la orden? Stanislav Petrov, teniente del Ejército del Aire.

Minuteman LGM-30G Minuteman, versión III.

Petrov, supervisor al cargo del sistema de alerta soviético, intuyó correctamente que se trataba de un error, al tratarse tan sólo de dos misiles aislados y no de una ofensiva a gran escala. Desde el punto de vista de la URSS, la cercanía del incidente del KAL007 hacía factible el ataque estadounidense. Pese a ello, Petrov optó por no responder, interpretando la alerta del sistema como una falsa alarma. Acertó, y la falta de respuesta soviética impidió un casi seguro conflicto nuclear a gran escala.

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