Nos vamos a cansar de ver a empresas importantes del mundo de los zapatos hablar sobre la impresión 3D, tenemos el caso de Nike y Adidas, en el campo deportivo, pero también hay prestigiosos laboratorios de tecnología trabajando en la misma línea. Es el caso del Self-Assembly Lab del MIT.
No nos vamos a engañar, en esto de imprimir zapatos con la horma perfecta hay mucha experimentación y poca cosa que comprar, pero no vamos a dudar de lo interesante de las propuestas, y entender que por ahí van los tiros para mejorar la elección de las tallas.
Mientras se produce la revolución, podemos ir echando un vistazo al trabajo del MIT con sus “materiales activos”, en colaboración con los diseñadores Christophe Guberan y Carlo Clopath. En resumidas cuentas nos encontramos con un material textil flexible y unas guías de plástico que crean la estructura.
El plástico es impreso en 3D sobre el tejido, siguiendo una forma programada que corresponde con la forma del pie. Se corta el material sobrante y nos queda la estructura superior de un zapato que podríamos considerar como deportivo. Creo que para entender mejor de lo que estamos hablando, podemos echar un vistazo al vídeo de presentación que han preparado:
Queda claro que el zapato completo no queda creado, la suela ha de ser generadas de otra forma, bien pudiendo coger elementos generados de una forma más tradicional, o tirando de nuevo de la impresión 3D. Adidas lleva adelante un proyecto en el que imprime suela y zona de absorción: Futurecraft 3D.
Teniendo en cuenta que todo el material empleado tiene cierto juego de flexibilidad, el producto resultante se enfundaría como un guante, cubriendo algunas tallas en un mismo tamaño.
Todo lo que se está trabajando en este proyecto es extensible a otros campos de la industria de la moda, así que hay mucho que esperar de este singular proceso. Otro campo de investigación abierto tiene que ver con ropa que cambia de forma según estimulación externa.
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