Han pasado tres años y todos estamos inmunizados. Y aún así, tiene sentido que España lance su vacuna ahora

Vacuna Covid
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La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha dado su visto bueno a la vacuna contra el Covid desarrollada por el laboratorio Hipra, la vacuna española contra el coronavirus que causó la más reciente pandemia. Cuando ya se han cumplido tres años de pandemia y dos de que comenzara la vacunación, podría pensarse que este hecho no es relevante ya. Sería un error.

Una nueva vacuna. El Comité de Medicamentos de Uso Humano ha recomendado la aprobación de la vacuna Bimervax, la vacuna creada por la farmacéutica Hipra, el primer tratamiento salido de España con en fin de inmunizar a la población contra diversas variantes del SARS-Cov-2, el virus causante del Covid-19.

Según indica la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) en su comunicado, la vacuna se administrará como dosis de refuerzo en mayores de 16 años que hayan recibido ya su pauta completa con una vacuna de ARNm.

Las autoridades sanitarias consideran que, en vista a los ensayos clínicos, la nueva vacuna es segura y muestra un nivel de eficacia semejante al de Comirnaty, el suero creado por Pfizer y BioNTech. El nuevo tratamiento mostraba una generación de anticuerpos incluso superior contra las variantes beta y ómicron.

Cómo funciona. Para ello la vacuna hace uso de una proteína recombinante heterodimérica que se asocia a las proteínas S del virus. Así la vacuna es capaz de generar la respuesta inmunitaria, es decir, la producción de anticuerpos que serán en última instancia los que se encarguen de combatir el virus cuando entra en el cuerpo humano.

Según explica la AEMPS, el antígeno está acompañado también de un adyuvante para incrementar la respuesta inmune. Las reacciones adversas y efectos secundarios son comparables con los de otros compuestos, e incluyen dolor en el lugar del pinchazo, dolor de cabeza, cansancio y dolor muscular.

¿Y qué más da? Podría pensarse que la vacuna llega tarde. Y en cierto sentido se estaría en lo correcto, pero este es uno de los casos en los que llegar es casi tan importante como llegar primero. En primer lugar puesto que en el desarrollo de medicamentos, el fracaso es tónica habitual: Tan solo el 10% de los tratamientos que llegan a la fase de ensayos clínicos acaba superándola.

Esta es una gran noticia para la industria farmacéutica española. Como explicaba ayer la ministra de Ciencia e Innovación, Ciencia e Innovación, tan solo siete países pueden jactarse de haber logrado ser “sede” del desarrollo de una vacuna contra el coronavirus. El desarrollo es, además, fruto de la cooperación entre la empresa y las instituciones públicas.

A esto hay que sumar que, en el contexto más general del desarrollo de medicamentos, tres años de trabajo puede ser considerado un breve periodo de tiempo. La experiencia adquirida por investigadores, laboratorios e instituciones implicará probablemente una mayor facilidad en el futuro desarrollo de vacunas y otros tratamientos.

Una inmunización global. Cabe recordar, además, que si bien la vacunación en los países desarrollados culminó hace más de un año, existen multitud de países donde el acceso a vacunas es muy inferior. Uno de los diversos motivos de este hecho es la difícil logística que implicaban algunas de las vacunas desarrolladas en etapas tempranas, con temperaturas muy bajas de conservación.

Acabar con el estigma. La ciencia y tecnología españolas aún sufren cierto estigma. El éxito de este tratamiento es por eso importante superar determinadas barreras, no tanto de cara a afrontar los retos del presente sino en vistas a un futuro. No se sabe si este futuro implicará nuevas pandemias u otra suerte de enfermedades, la capacidad de reacción y de innovación serán, en cualquier caso, de gran importancia.

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Imagen | Steven Cornfield

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