Aunque lo más común en la presentación de un smartphone de máximo nivel es fijarse en sus especificaciones técnicas, la puesta en escena del HTC 10 nos vuelve a dejar claro que la compañía de Taiwán sigue manteniendo una gran cercanía con Google que le permite hacer una interpretación bastante particular de Android.
No podría ser de otra forma, la nueva versión de HTC Sense parte de Android 6.0.1 Marshmallow. Es un paso más en la dirección de los últimos años de acercarse lo máximo posible el sistema operativo puro, aunque las marcas con peso siguen sin atreverse a dejar toda la plataforma sin su sello. Este caso acaba siendo un poco de todo.
El viejo HTC Sense
Dicen desde la compañía que es un smartphone sin bloatware, que han limpiado al máximo la capa para ofrecer una interfaz de usuario lo más simple y manejable posible. Cuando echas el primer vistazo a la pantalla del móvil recién instalado sí tienes una sensación de limpieza. La causa, que la mayoría de las apps están guardadas en su cajón.
El viejo HTC Sense aparece muy rápido, en cuanto haces un gesto con el dedo en busca de Google Now y te encuentras con Blinkfeed, su agregador de contenidos particular. Dentro esperan un par de aplicaciones más de la casa, como la de su sistema de suscripciones y seguimiento. Y, por supuesto, llamadas, mensajes y cliente de correo propio.
Realmente a lo que se refieren es a la eliminación de aplicaciones que tantas veces hemos visto duplicadas en favor de las estándar de Android. El paquete básico de Google está ahí de forma preferente: las galerías Fotos, el calendario, Chrome, Drive, el reproductor de música... También hay mucho Marhsmallow en todo el aspecto de los menús, tanto en la parte de ajustes como en los accesos rápidos.
Obsesionados con la velocidad
Pero hay otras ocasiones en las que HTC ha preferido tirar de su propio software. Ellos dicen que es una combinación de las nativas de Android con sus desarrollos, pero no hace falta ser tan amable cuando tienes razón.
El concepto más buscado en el rendimiento del HTC 10 es la velocidad. Hemos escuchado esa palabra varias veces durante el evento de este martes, y cada una de ellas en referencia a un aspecto distinto del terminal. Es algo que en estos momentos pedimos a cualquier gama alta, es una obligación, pero su planteamiento es más competitivo.
Su mayor apuesta es por la respuesta del panel, por que el móvil reaccione en cuanto sienta la yema del dedo sobre la pantalla. Según sus mediciones, el HTC 10 reacciona en 120 milisegundos por los 163 de un Galaxy S7 o los 206 de un Xperia Z5. Sí, confirmamos que es muy rápido, pero esas diferencias son inapreciables.
En lo que sí hemos visto esa agilidad es en el desbloqueo de pantalla mediante la huella y la aplicación de la cámara. Han huido de la de Android para hacer una mejor, acorde con los parámetros de primer nivel de su autoenfoque y su disparador.
Esos detalles, Freestyle y Boost+
Un par de detalles más sobre el software del HTC 10 que el fabricante asiático va a mover con fuera. El primero es Boost+, un manager del sistema que regula el uso del hardware para optimizar el rendimiento sin penalizar la batería. Aseguran que se logra aumentar la duración de una carga hasta un 30%, pero es algo que no hemos podido comprobar en una sesión tan breve.
Ya sabemos que las apps de gestión de la memoria no dan tanto resultado como nos venden, pero la parte positiva es que va más allá de esa primera función y también sirve para tener el móvil más limpio de archivos residuales o para organizar las aplicaciones instaladas en función de nuestra preferencia de uso.
Mucho más partido se le va a poder sacar a Freestyle Layout, el sistema de personalización de la interfaz de usuario. A partir de una serie de temas descargables, el propietario va a poder ordenar los elementos de la pantalla a su gusto, sin tener que ceñirse a una parrilla, y asignar pegatinas al programa que desee para no tener los iconos habituales.
Si se escoge un tema como por ejemplo la playa puedes tener un fondo marítimo en el que haya una sombrilla que lance la cámara, unas gafas de sol para el navegador y un sol para WhatsApp. Una vez instalado se hace todo desde el mismo escritorio con un menú muy intuitivo que va a gustar mucho a los usuarios casuales.
Estos son los tres niveles de aproximación de HTC 10 a Android 6.0 Marshmallow. Primero, bastante respeto por todo lo que funciona bien; segundo, una serie de aplicaciones propias de utilidad; y por último las que dejan la huella del fabricante.
La gran pregunta es, ¿será suficiente con esto para recuperar el camino perdido?
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